Entraron en vigor ayer las nuevas restricciones de entrada a Estados Unidos que impone el decreto antiinmigratorio de Donald Trump, afectando a viajeros de seis países de mayoría musulmana y a asociaciones de defensa de los refugiados.
El veto migratorio que entró en vigor a las 20:00, hora local, afectará a los refugiados y musulmanes que no tengan una relación “formal” con empresas e instituciones educativas estadounidenses.
El veto está destinado a prohibir durante 120 días la entrada de refugiados y, durante 90 días, el ingreso de los nacionales de seis países de mayoría musulmana (Irán, Somalia, Sudán, Siria, el Yemen y Libia).
De manera amplia, el Supremo determinó que Trump puede negar la entrada a Estados Unidos a cualquier persona que no pueda probar que tiene un vínculo “genuino” con el país, es decir, que no tengan familia o que no tengan planes para trabajar o estudiar en el país.
Esta distinción ha sido considerada como “arbitraria” por organizaciones defensoras de los derechos civiles, como la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU).