Por: Antonio Huerta Gutiérrez

Aunque no se quiera reconocer, en la coalición “Va por México” hubo un solo perdedor: el Partido de la Revolución Democrática. A partir del 1 de enero de 2022 no encabezará ningún gobierno de los 125 municipios del Estado de México, su presencia en la Cámara de Diputados local es apenas perceptible y en la federal están desaparecidos. Aunque la responsabilidad del fracaso se le indexó al ex dirigente estatal, Cristián Campuzano, la verdad es que hay otras “manos negras” que incidieron tanto o más que él para la caída electoral del partido del sol azteca, uno de ellos, quizá el más visible, es el diputado reelecto Omar Ortega Álvarez, quien no solamente entregó hasta los calzoncillos a la coalición a cambio de rescatar su posición personal sino manipuló de forma oscura y tendenciosa las estructuras a favor de candidatos de otros partidos, panistas, priistas, pero también de Morena y hasta del Verde Ecologista, según le conviniera a sus intereses. ¿Y así sueña ahora con ser el candidato del PRD a la gubernatura del Estado de México? Que descaro.