Por: Antonio Huerta Gutiérrez

Llama poderosamente la atención la atención “selectiva” que se tendrá en apoyo de los damnificados del Cerro del Chiquihuite, en Tlalnepantla, afectados el pasado 10 de septiembre con deslave de piedras y lodo que sepultó sus viviendas. El ayuntamiento de Tlalnepantla ya solicitó a la Legislatura local autorización para donar un predio propiedad municipal para construir ahí los edificios que el gobierno federal dijo que haría para trasladar ahí a quienes perdieron prácticamente todo. El asunto es que en el Senado de la República, al aprobar la construcción de los nuevos inmuebles, se dijo que no será para todos los implicados y que solamente se atenderán los casos “más graves”. La pregunta será ¿Y los demás? ¿Qué criterio se aplicará para determinar cuáles son “graves” y cuáles no? ¿Quién lo determinará? Y, por último, entonces, los que no sean “graves” ¿tendrán que volver a sus casas sepultadas?