Por: Antonio Huerta Gutiérrez

Colapsó el autodenominado movimiento de la Red Universitaria, que encabezaban Jaciel Montoya Arce y Fermín Carreño, la “guerra de egos” entre ambos dirigentes y sus huestes provocaron un rompimiento que parece irreconciliable. El problema es que ahora que necesitaban estar más unidos que nunca, para entrarle a las mesas de análisis de las propuestas de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma del Estado de México son ellos los que se ponen “zancadillas” y golpetean por debajo de la mesa con intenciones de dejar fuera un grupo al otro. Todo comenzó con la autoría de su propuesta de reforma, la cual, muchos lo saben, fue el equipo jurídico de Fermín Carreño el que hizo “su versión” de la propuesta de reforma, y los de Jaciel simplemente se la adjudicaron; luego el rompimiento estuvo a la hora de ver quién tenía “la cola” más corta como para dar la cara por el movimiento y evitar cuestionamientos sobre sus presuntas implicaciones en casos de acoso laboral y sexual, entre otros “pecadillos”. El caso es que la cohesión interna de la Red Universitaria es de menos diez, justo cuando necesitaban entrarle con todo a la defensa de lo que ellos creen que conviene a la institución, o por lo menos a los grupos minoritarios que ellos representan.