¡Buenos Días Señor Gobernador!

Por: Antonio Huerta Gutiérrez

“La Quina” de López Obrador se llama Carlos Romero Deschamps. Después de 26 años al frente del sindicato petrolero, quizá el más importante del país por los recursos económicos que por ahí pasan, tuvo que renunciar ayer y seguramente tratar de ponerse a salvo. Horas antes, la Unidad de Inteligencia Financiera congeló sus cuentas bancarias y las de sus familiares cercanos, como una clara advertencia que pende sobre su cabeza todo el peso de la guillotina justiciera de la Cuarta Transformación. Ni por equivocación alguien se atreverá a hablar a favor del ahora perseguido sindicalista, pues sus formas y acciones evidenciaron durante décadas los excesos del poder que, tarde o temprano, se pagan irremediablemente, más hoy que el combate a la corrupción está en lo más alto del asta nacional. Lo importante no es si lo atrapan o no antes de que se fugue, tampoco es relevante si lo encarcelan o no, pues eso sería consecuencia lógica, sino, en el fondo, lo que aspiramos la mayoría de los mexicanos en que algo se haga de fondo en Petróleos Mexicanos para evitar que se forme otro parásito de ese tamaño, como lo fue “La Quina” o este mismo. Ojalá.

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