Derecho Ciudadano

Por: María del Socorro Castañeda Díaz.

¡Bien! Por TV Mexiquense

Esta semana quiero dedicar este espacio a hablar de un tema que, sinceramente, parecería ya pasado de moda: la televisión. En estos tiempos en que las opciones de entretenimiento parecen haberse ampliado casi al infinito, la que en otros tiempos fue llamada “caja idiota” ha pasado a ser la última de las elecciones de las personas, sobre todo cuando se trata de matar el tiempo.

Como buena comunicóloga, recuerdo todavía los tiempos en que se estudiaba a Marshall Mc Luhan y su concepto de televisión. El brillante sociólogo canadiense la bautizó como “gigante tímido”, porque desde su punto de vista, no es un medio adecuado para las discusiones calientes, ni tampoco para las controversias claramente definidas, esto, por el gran tamaño de las audiencias, lo que, siempre según Mc Luhan, causa una especie de “rigor mortis” en el público, sobre todo en temas relevantes, porque el auditorio tiene poca o nula posibilidad de opinar o  debatir lo que la televisión le ofrece.

Hoy en día, todo parece indicar que la televisión está rebasada, diría que medio muerta. Ya tenemos Internet y plataformas que nos permiten elegir lo que deseamos ver, y esa es la manera en que muchas personas podemos obtener un entretenimiento ligero, equivalente al que en sus mejores tiempos daba la televisión.

Claro que en un país como México, donde todavía existe una importante brecha digital (42.6 por ciento de los mexicanos hasta el segundo trimestre de 2015 no son usuarios de Internet, según la Asociación Mexicana de Internet) la televisión continúa como una de las más populares formas de divertimento e información que existen.

¿Por qué un premio Emmy a un programa de TV Mexiquense?

Por eso es que las televisoras siguen esforzándose por brindar un servicio que les genere audiencia y por supuesto, ganancias económicas, en el caso de las emisoras privadas. Pero se da también el caso de la presencia de televisoras que trabajan gracias al dinero de todos, los canales oficiales que por desgracia poco o nada pueden hacer para competir por el rating que la televisión comercial tiene.

Es el caso de Televisión Mexiquense, que, tras iniciar en 1984 como un pequeño canal que transmitía en Metepec, ha llegado, en 35 años de existencia, a estar presente en todas las plataformas posibles e imaginables, además de que, desde el año 2004 amplió su cobertura fuera de territorio nacional, y llega Estados Unidos, el sur de Canadá, el Caribe, Centroamérica y la mayor parte de Sudamérica.

Es decir que, en teoría, la televisión propiedad del gobierno del Estado de México, tiene potencialmente millones de seguidores. El problema es que esa potencialidad no siempre pasa a la realidad y el canal no es precisamente de los más populares del país.

Justamente por eso es importante mencionar con todo el entusiasmo posible la inclusión de una de las producciones propias del canal como un producto de calidad que ha sido reconocido a nivel internacional.

“Las mil y una notas” es el programa coproducido por Televisión Mexiquense y la Orquesta Filarmónica de Toluca que ha logrado una nominación para la séptima emisión de los premios internacionales infantiles Emmy, que otorga la Academia Internacional de Artes y Ciencias de Televisión.

El programa nace de una idea que parece casi una utopía: acercar la música clásica ni más ni menos que al público infantil. Sí, a ese sector de la audiencia a quienes la televisión comercial ha inundado de reguetón y aberraciones varias, la televisión mexiquense le propone una fórmula sencilla: mezclar música clásica con las historias de un cuentacuentos, lo que permite un contacto importante además con la danza y el teatro.

En “Las mil y una notas”, Arki el Guardacuentos, es el encargado de recopilar, alrededor de todo el mundo, leyendas, historias y narraciones orales que las culturas han dejado como legado. Así, en cada capítulo, Arki y su amigo, el maestro Gerardo Urbán, junto con la Orquesta Filarmónica de Toluca, acompañan con la música de sus instrumentos, los cuentos que Arki relata a los niños.

Así, como en la “tele de antes”, cuando los niños de los años setenta y ochenta pudimos aprender a través de programas que quedaron en nuestra memoria, como “El tesoro del saber”, “Odisea burbujas” o “Cantinflas show”, los niños tienen la posibilidad de aprender divirtiéndose. Tal vez no sea una coincidencia que el productor de “Las mil y una notas” sea un hombre de esa generación, Carlos Arturo Jiménez, quien junto a un equipo integrado, entre otras personas por Alejandra Urbán, Magally Blanquel. Carlos Cornejo y Jazmín Gutiérrez, logró realizar 27 emisiones divididas en dos temporadas, que son el ejemplo de que la televisión estatal también puede tener alta calidad y que los niños de hoy están en posibilidades de acercarse al arte y a la cultura a través de un medio que durante mucho tiempo ha sido subestimado, pero que, aun en la era digital puede hacer propuestas dignas del reconocimiento mundial.

Porque en verdad, estar al tú por tú con programas de Singapur, Noruega y Reino Unido, no es cosa menor y los mexiquenses lo lograron. Y eso hay que reconocerlo y sobre todo, valorarlo. Pero lo más importante es que quien dirige el canal de televisión que a todos nos pertenece porque se paga con nuestros impuestos, aproveche esta oportunidad.

En realidad estos son los esfuerzos que valen la pena, y con todo respeto, Televisión Mexiquense debería esforzarse más por la producción propia que importar, por ejemplo, telenovelas coreanas, porque en el canal habrá seguramente quien piense que ayudan al rating, pero sinceramente no parece que ese tipo de contenidos aporte mucho a una televisión de verdadera calidad, y sobre todo, poco le dejan de provechoso al auditorio, que más bien debería tener acceso a mejores opciones de entretenimiento.

A ver si con la nueva administración en la televisora de la entidad se invierte más en programas inteligentes dedicados a todos los públicos y menos en las repeticiones de formatos que a la televisión comercial ya tampoco le funcionan. La verdad es que ahora es el momento de arriesgar y de proponer. En una de esas le dan al clavo y las propuestas terminan por ser grandes hits de nuestra televisión estatal.

Ojalá que esa nominación marque una nueva era para Televisión Mexiquense, que en este momento tiene la oportunidad de llevar calidad a donde hace tanta falta, porque con el paso del tiempo, la televisión ha demostrado que con garbanzos de a libra como “Las mil y una notas”, puede ser más que una caja idiota, y aportar un poco a la formación de las personas, sin perder su principal objetivo, que es la diversión.

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