Derecho Ciudadano

Por: María del Socorro Castañeda

¡No disparen a la Cruz Roja!

 

Empiezo esta colaboración partiendo de una idea que me agobia cada día que por gusto, porque hasta eso no es manda, reviso las redes sociales, sobre todo Facebook y Twitter. Esa idea es que muchas veces las personas que las usamos publicamos y compartimos contenidos que francamente no siempre merecen siquiera ser vistos, y que honestamente ni siquiera tendrían que haberse producido.

Tal es el caso de una publicación con la que me topé y que me parece muy incorrecta porque, además de que generaliza y refleja el resentimiento de una persona, implica que esas mismas emociones tendrían que ser compartidas, en el más amplio sentido de la palabra, por quienes la leen y eventualmente la creen.

Se trata de un post en Facebook que a la letra, dice: “la Cruz Roja dejó de ser benemérita. Te cobra por atenderte. Pide colecta. Es subsidiada por el gobierno. Ya parece hospital privado, incluso hay casos que si no pagan no te atienden, por eso yo no donaré. No a la donación a la Cruz Roja. Como a todos nos ha tratado mal la Cruz Roja en estos últimos tiempos, ni un peso a esos inhumanos”.

Pues sí, me dejó fría la publicación, que una vez más pone en evidencia la veracidad de una de mis citas favoritas del gran semiólogo italiano Umberto Eco: “las redes sociales dan voz a legiones de idiotas […] Es la invasión de los necios”. Dan ganas de pedir que el uso de la red se limite a personas que tengan una mínima capacidad de discernir, aunque claro, se corre el riesgo de limitar la libertad de expresión que, aunque no nos guste, pertenece a todos.

Lo cierto es que, en el mar de publicaciones erróneas que me he encontrado en los últimos días, me parece que ésta merece un trato especial, porque pretende difundir información equivocada que podría desmotivar la colaboración con una institución que, ante todo, es digna de respeto y no merece insultos ni mucho menos un desprestigio basado en una opinión que por cierto nadie pidió y por lo visto fue expresada más con el hígado que con el cerebro.

Y es que, para empezar, la Cruz Roja no recibe ningún subsidio gubernamental. ¿Cómo hacer entender a las personas que se trata de una institución de asistencia privada y por lo mismo requiere forzosamente de las cuotas de recuperación en el caso de servicios médicos y de hospitalización? Y no, no es cierto que sin recursos de por medio no hay atención. ¡Por favor! Primero se brinda el servicio y después, si el paciente no tiene manera de pagarlo, se realiza un estudio socioeconómico para determinar la cuota de recuperación, que puede, incluso, ser igual a cero. ¿Podríamos entonces, por favor, evitar la desinformación y el descrédito gratuitos?

Cruz Roja es un esfuerzo ciudadano al que hay que respetar y fortalecer.

Efectivamente la Cruz Roja llama a la buena voluntad de las personas durante su colecta anual, pero ojalá quienes no donan, pero sí promueven que los demás no lo hagan, entendieran o al menos supieran que, por ejemplo, con recursos obtenidos durante la Colecta Nacional 2018 fue posible financiar alrededor de 20 por ciento del gasto operativo de la institución en la entidad mexiquense.

Hay cifras que hablan por sí solas: en el año 2018, la Delegación Estado de México prestó más de 52 mil servicios de emergencia y proporcionó más de 279 mil servicios médicos, entre consultas externas, exámenes de laboratorios, rayos X, servicios dentales, curaciones y certificados médicos.

Además, 72 mil 425 familias mexiquenses de escasos recursos recibieron apoyo directo con despensas alimentarias, paquetes de aseo personal, colchones, cobertores, kits de cocina y hasta bicicletas. Y todo gracias al modo en que la institución se conduce y se administra. Y ahí sí, no es que la Cruz Roja “parezca” hospital privado, como reza la publicación citada al inicio de este espacio, es que, efectivamente, es una institución de asistencia privada y por lo mismo, se requiere, como mencionó su delegado que las personas estén perfectamente informadas de que es necesario que participen con tarifas de recuperación, y eso es para reponer los materiales clínicos que se emplean para atenderlas.

Y no es que no haya errores. Efectivamente hace menos de un mes, en marzo de 2019, y tras las denuncias recibidas precisamente a través de la red social Facebook, el propio delegado de la Cruz Roja mexiquense, Jorge Alberto Forastieri Muñoz, junto a los coordinadores estatales de Administración, Socorros, Servicios Médicos, Enfermería, Damas Voluntarias y Capacitación, inició una auditoría operativa en la Delegación Local Nezahualcóyotl La Perla, todo con la finalidad de revisar y ajustar los procesos y protocolos de atención a los ciudadanos.

Vale decir que con la auditoría en Nezahualcóyotl la institución está mostrando simple y llanamente que existe una gran apertura para revisar cualquier situación anómala, de esas que provocan que los ignorantes y  los revoltosos se atrevan a decir que la Cruz Roja “a todos nos ha tratado mal en los últimos tiempos”.

No señores, no es a todos. Y si en lugar de denostar denunciamos, como en muchos otros casos se requeriría, la situación probablemente tendría remedio. Ha habido, sin duda, prietitos en el arroz, porque la perfección no es humana, pero sinceramente, sería mucho mejor que las personas se dieran cuenta de que la institución sigue siendo un ejemplo de altruismo y de buena voluntad. Personalmente, y no están ustedes para saberlo, la idea que desde niña me inculcaron acerca de la Cruz Roja, y que por cierto si no mal recuerdo se difundía también a través de los medios de comunicación de aquella lejana época, es que nunca se sabe cuándo podremos necesitar de sus servicios.

Pero por desgracia, los tiempos ya no son los mismos y tal parece que muchos usuarios de Internet son aficionados a desprestigiar hasta a quienes menos lo merecerían, así nada más, porque pueden, y en lugar de aportar sugerencias para un mejor funcionamiento, se dedican a señalar y a promover lo que consideran justo, sin darse cuenta de los alcances que sus acciones podrían tener.

Para la Cruz Roja cada peso vale, porque representa la posibilidad de asistencia y apoyo a todas las personas, porque no hay que olvidar que se rige bajo los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad. En serio, queridos usuarios de las redes sociales, hay cosas que no se valen, como, en este caso, volver realidad una expresión italiana que se refiere a hacer escarnio del más débil: “dispararle a la Cruz Roja” (“sparare sulla Croce Rossa”). Eso, que en otro idioma representa una acción vergonzosa, innecesaria y sobre todo, injusta, está ocurriendo en la práctica, e insisto, así nomás, porque las personas pueden hacerlo.

Tengo la fortuna de conocer personas que se dedican al voluntariado en esa institución. Son ejemplo de sacrificio, de bondad, de altruismo, por eso me indigna y me molesta en serio que se busque hacer una contracampaña cuya pretensión es, ni más ni menos, instar a la comunidad a no donar. Ojalá que seamos más quienes decidamos aportar un poco, aunque sea un peso, a la institución, sobre todo pensando en que en algún momento, todos podríamos necesitar sus servicios.

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