EDITORIAL

Responsabilidad Universitaria

La UAEMex actuó con responsabilidad y legalidad ante el adeudo con el ISSEMyM o lo que el auditor no quiso escuchar ni ver.

En el adeudo que integró la Universidad Autónoma del Estado de México por concepto de cuotas de seguridad social al ISSEMyM, no existe ninguna ilegalidad ni tampoco se configura alguna responsabilidad administrativa, lo que se presentó fue un encadenamiento de condiciones adversas como el hecho de que no se tuvieron los subsidios suficientes para la operación desde 2008 y otros eventos ajenos a la institución que complicaron cada vez más las finanzas universitarias.

Hasta 2011, la Universidad contaba con un presupuesto que si bien no era suficiente para su operación, permitía pagar impuestos y contribuciones como las cuotas de seguridad social. Pero la situación empezó a complicarse con una reforma a la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios aprobada a finales de 2012, régimen al que está incorporado la UAEMex, por la cual aumentaron las cuotas patronales y de trabajadores a partir del año 2013. En el caso de la cuota patronal creció considerablemente al pasar de 13.0% a 20.15%.

Es cierto que las cuotas vienen incluidas en el presupuesto federal, sin embargo, es conveniente precisar que el modelo de la SEP soló considera la aportación de un 12.75% del salario. En contraparte, con estas reformas, las cuotas empleado y patrón alcanzaron en conjunto un 33.395%. Entonces, la pregunta es de dónde salía el 20.6% restante. El pago de la UAEMex por este concepto pasó de 252 millones de pesos en 2012 a 545.5 millones anuales en 2016.

A pesar de las condiciones en que inició la Administración 2013-2017 con adeudos por 926.5 MDP de acuerdo con el Estado de Posición Financiera al 30 de abril de ese año, más un desfase en flujo de efectivo por cerca de 500 millones de pesos, en 2013, derivados de la operación y firma de convenios con dependencias federales, se implementaron medidas de ahorro y contención en el gasto corriente que se extendieron hasta 2014 que permitieron estabilizar la operación financiera y mantener el pago de obligaciones y el nivel de deuda en parámetros aceptables. A partir de ello, la institución pudo realizar los pagos de las cuotas de seguridad social correspondientes a los ejercicios 2013 y 2014.

En 2015 tiene lugar otro evento que impactó directamente a las finanzas universitarias, pues con la reforma a la Ley de Coordinación Fiscal se eliminó el estímulo directo que exentaba a la UAEMex de pagar el 60% del ISR retenido a sus trabajadores, por lo que a partir de ese año se fija la obligación de enterar al SAT el 100% de las retenciones.

Ante el incremento en sus obligaciones fiscales y la insuficiencia en sus ingresos ordinarios, en 2015 la UAEMex se declaró en imposibilidad de pago al ISSEMyM, situación que prevaleció hasta la primera mitad de 2016 cuando se presentó el primer adeudo acumulado por 601 millones de pesos. No obstante, esta deuda pudo ser sufragada gracias a la ampliación presupuestal otorgada por el Gobierno del Estado de México por 476 millones de pesos y 125 millones que la Universidad tenía guardados de las retenciones al personal universitario. Es decir, las retenciones siempre se realizaron al trabajador, lo que no se tenía era el recurso necesario para la aportación patronal y, por Ley, no se pueden realizar enteros parciales al Instituto.

Para hacer frente a esta situación, en 2015 se implementó el “Programa de Orientación Estratégica del Gasto” como medida para contrarrestar el ajuste presupuestal efectuado por el Gobierno Federal al sector Educación por 7,800 MDP, derivado de la caída de los ingresos petroleros. Dicho ajuste tuvo un impacto directo al subsidio ordinario y a fondos extraordinarios. El programa incorporó medidas de ahorro en un mayor número de conceptos de gastos, incluyendo el capítulo de servicios personales, y fue más específico con la finalidad de atender de manera eficiente la operación de los espacios académicos.

La condición económica precaria de la institución se mantuvo durante 2016, por lo que, en un ejercicio de responsabilidad, en su momento las autoridades universitarias tomaron la decisión de priorizar el pago de la nómina neta a docentes y administrativos y mantener los apoyos a la comunidad estudiantil. Al mismo tiempo, se optó por resguardar las retenciones realizadas a los trabajadores en una cuenta bancaria.

De acuerdo con los estados financieros de la institución que aprueba el H. Consejo Universitario, el presupuesto de 2017 no alcanzó para pagar dichas obligaciones. Incluso, fue insuficiente para pagar la nómina neta.

En el inicio del saneamiento financiero jugaron un papel muy importante el Gobierno Estatal y la Legislatura local al atender las solicitudes de incremento presupuestal en 2018 y 2019, asignando a la Universidad incrementos por 829 millones de pesos entre esos dos años; adicionalmente, la SEP otorgó en esos años 200 millones de pesos más.

Sin duda, también fue fundamental el compromiso y la determinación de la comunidad universitaria que apretándose el cinturón e implementando puntualmente un intenso Programa de Ahorro y Contención pudo ahorrar 301 millones de pesos durante dos años.

Este Programa fue una gran aportación a la solución de problemas estructurales de la Universidad, atendiendo diversos aspectos que generan ahorros y economías en aras de tener una administración eficaz y eficiente de recursos humanos, financieros y materiales.

Gracias a estas acciones, en 2019 la UAEM contó con 1,330 millones de pesos más respecto de su presupuesto de 2017. Esto cambió radicalmente el perfil económico con miras al saneamiento financiero de la institución y adicionalmente, se comenzó a atender de manera satisfactoria el pago del ISR a través de una gestión con el Gobierno del Estado de México para obtener una ampliación presupuestal por 207.1 millones de pesos. Al cierre de 2020, la institución no presentaba adeudos por este concepto.

No obstante, la deuda con el ISSEMyM también había crecido considerablemente porque cuando se tiene un adeudo con el instituto y se desea realizar un pago, estos recursos cubren primero los intereses, multas y recargos, en tanto que la deuda principal permanece. Es como una tarjeta de crédito. Por eso tenía que llegarse a un Convenio entre la Universidad y el Instituto, lo cual fue posible gracias a disposiciones que la LX Legislatura incluyó en la miscelánea fiscal para 2020. Para entonces, el adeudo acumulado ascendía a 3,551.9 millones de pesos.

Con la aprobación de la miscelánea fiscal de la Entidad en diciembre de 2019 se facultó al ISSEMYM a suscribir convenios en un plazo de hasta 84 meses que incluía la condonación de multas y recargos. La Universidad se adhirió a esta disposición, previa aprobación del Consejo Universitario, para comprometer el pago del adeudo en siete años a partir de su firma.

Finalmente, el 23 de diciembre de 2019, bajo el esquema de adhesión al decreto de reconocimiento de adeudos, la Universidad accedió a un convenio con el Instituto mediante el cual se le condonaron 1,427.9 millones de pesos correspondientes a multas y recargos y se realizó un pago por 1,679 millones de pesos.

En el mismo convenio se comprometió el pago de los restantes 445 millones de pesos más los intereses por prórroga por 288.9 millones. Es decir, a la Universidad solo le restó un adeudo de 733.9 millones de pesos a pagar en siete años, lo que significó inicialmente, pagos anuales de 104.8 MDP o bien, pagos mensuales de 8.7 millones de pesos.

En apego a este Convenio, la Universidad pagó en tiempo y forma las mensualidades correspondientes a 2020, incluso, gracias a los ahorros logrados el año pasado, se realizó un pago extraordinario con aportación a capital por 118 millones de pesos, con lo cual se ha reducido a menos de la mitad el adeudo del principal y por ende los intereses moratorios. A partir de esta acción, el pago anual a partir de 2021 será de 74.2 MDP.

Con estas acciones, es claro que la Universidad ya tenía una ruta trazada para pagar los adeudos, por lo que tarde o temprano estaría en posibilidad de realizar el Convenio. Lo importante era que la Legislatura hiciera posible la firma de estos acuerdos, disposición que estuvo abierta para todos los entes que tuvieran adeudos con el ISSEMyM, no sólo para la Universidad.

Es clara también la ruta y la estrategia seguida en los últimos años en la Universidad para superar las condiciones adversas, eliminar el déficit y lograr condiciones financieras saludables y en equilibrio para cumplir su función principal que es la formación de las y los mexiquenses a nivel profesional y de posgrado con niveles de excelencia.

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