EL PAÍS HOY

Ernesto Soto Paez

Cuando México estuvo en peligro

El asteroide que pasará cerca de la tierra este viernes, de cierta forma ha causado inquietud en la comunicad internacional, y hay expectación, aunque se ha divulgado que Florence sólo podrá ser estudiado con radares, y que no es el fin de la humanidad.

Este evento ha traído a cuento que no será el único asteroide que pasará cerca de la tierra. Tampoco será el único, pues el planeta, junto con la galaxia, está siendo cruzado por cientos de asteroides, de los cuales muchos impactaron al mundo en tiempos inmemoriales; por ejemplo, el que cayó cerca de la Península de Yucatán, del cual se cree que produjo la extinción de los dinosaurios.

Sin embargo, en 1883 un pedazo de cometa se acercó peligrosamente a la Tierra, amenazando con destruirla con una devastadora explosión, algo que ahora vive la humanidad, constantemente, por la información que recorre el mundo en cuestión de minutos y que lo mantiene en vilo.

De acuerdo a cálculos de los investigadores, si este meteorito hubiera colisionado con el planeta, se habría producido una detonación con una potencia superior a 3.000 explosiones equivalentes a aquella que se conoce como la explosión de Tunguska. El hecho lo registró, entonces el científico mexicano, José Bonilla, cuyos apuntes fueron retomados por los actuales astrónomos del país y publicado, en un artículo, por la Universidad de Cornell, Estados Unidos.

Un equipo encabezado por Héctor Manterola, del Instituto de la Geofísica de la Universidad Autónoma de México, estudió recientemente las enigmáticas imágenes tomadas por el astrónomo mexicano Bonilla, el 12 y 13 de agosto de 1883, y que vieron la luz en 1886 en la revista L´Astronomie.

Durante esos días del avistamiento en el Observatorio de Zacatecas, Bonilla registró 447 objetos que cruzaron frente al Sol envueltos en una “bruma”, según describió.

El astrónomo no ofreció ninguna explicación respecto al fenómeno observado, pero posteriormente los editores de la revista plantearon las hipótesis de que los objetos habrían podido ser aves, enjambres de insectos o partículas de polvo. Las fotos incluso se consideraron, audazmente, como el primer caso documentado en la historia de la aparición de un OVNI.

Ahora, Manterola y su equipo analizaron los datos de la observación, de nuevo, y dedujeron que Bonilla observó un cometa que se acercó a una corta distancia a la Tierra y se desintegró en numerosos fragmentos. Según sus cálculos, los objetos pasaron a una distancia de 538 a 8.060 kilómetros de la Tierra; tenían de 46 a 795 metros de ancho, de 68 a 1.020 metros de largo. La masa del cometa antes de desintegrarse habría podido alcanzar 8,19 x 1015.

Los científicos indican que la única clase de objetos en el sistema cósmico que pueden estar rodeados por una “bruma” son los comentas. La presencia de ellos, en este fenómeno estudiado, indica que “el cometa de Bonilla” se había desintegrado poco antes de ser detectado, por lo que no todas las sustancias volátiles se habían evaporado.

Así que en los más de 130 años que han pasado de ese evento estelar, se han observado más de 40 casos de la desintegración de cometas. Otro de ellos que se destruyó en las proximidades de la Tierra, aunque en su caso lo hizo a millones de kilómetros, fue el comenta de Schwassmann-Wachmann, que se hizo pedazos a fines de 1990.

En fin, habrá que estar atentos pues no hay peligro, así que prendámonos de la curiosidad y veámoslo con interés científico.

Según la NASA, cada año el mundo vuelve a la realidad y se da cuenta de lo vulnerable que es en el universo. Con una gran frecuencia hay noticias en las que se afirma que un asteroide pasará muy cerca de la Tierra, aunque para su tranquilidad, no llegan a impactarla.

Durante la existencia de la tierra ni una vez sola ha sido golpeada por un asteroide lo suficientemente grande como para poner en peligro la existencia de la raza humana.

Hace unos años, en febrero de 2013, un meteorito que no había sido avistado por la NASA ni ningún otro organismo espacial, chocó con contra la zona sur de los Urales, en Rusia, dicho meteorito poseía 17 metros de alto y 15 metros de ancho y su masa total ascendía hasta las 10.000 toneladas y su impacto causó una explosión que liberó una energía de 500 kilotones.

Entonces, 1491 personas resultaron heridas, pero ninguna de ellas de gravedad y tampoco murió nadie, como consecuencia del impacto. Sin embargo, este hecho provocó que los científicos comenzaran a mirar un poco más hacia el cielo.

¿Usted, cómo ve el fenómeno?

E-mail: sottopaeze@gmail.com

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