Un año después del restablecimiento de relaciones diplomática con Cuba, la administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, externó hoy su confianza en que habrá importantes avances en los meses próximos.

A 12 meses de la reapertura de sus respectivas embajadas en Washington y La Habana, Estados Unidos destacó los logros en materia comercial, de telecomunicaciones, ambiente, de seguridad e intercambio de personas, pero desestimó cambios en su política migratoria hacia la isla.

“En este momento, ‘pies secos, pies mojados’ se mantiene como nuestra política”, puntualizó un funcionario de primer nivel del gobierno al aludir uno de los aspectos de la Ley de Ajuste Cubano, que La Habana ha pedido a Estados Unidos eliminar por considerar que alienta la migración ilegal.

Esa política significa que si un ciudadano cubano es encontrado en el mar intentando alcanzar las costas de Estados Unidos no se le permite ingresar al país y es repatriado, pero si toca suelo continental puede quedarse.

El gobierno reconoció que se están agotando las acciones que el presidente Obama puede adoptar con su autoridad ejecutiva, para facilitar este proceso, por lo que corresponde ahora al Congreso hacer su parte eliminando el embargo comercial.

“Hemos empezado a identificar áreas donde podemos trabajar juntos, dentro de los confines de embargo para alentar una mayor prosperidad para los estadunidenses y los cubanos”, dijo el funcionario a periodistas, hablando bajo condición de anonimato.

En medio de este progreso, el funcionario recordó que Cuba enfrenta retos económicos debido a la crisis en Venezuela, uno de sus principales socios, haciendo notar con ello la necesidad de mayores reformas en la isla.

Insistió que la normalización es un proceso largo que se hará más complejo aún por temas como derechos humanos, reclamos de propiedad y el regreso de fugitivos a la justicia estadunidense, que dijo son “ásperos, pero estamos logrando un progreso”.

El funcionario dio a conocer que esta semana una delegación estadunidense estará en La Habana para iniciar la segunda ronda del diálogo antinarcóticos, donde se firmará un acuerdo bilateral no vinculante sobre la materia.

Estados Unidos trabaja además con su contraparte cubano para programar una reunión sobre derechos humanos a celebrarse en La Habana.

El tema de reclamos de propiedades expropiados por el gobierno cubano fue discutido en diciembre pasado, y el funcionario adelantó que las delegaciones que analizan el tema celebrarán en esta capital una tercera ronda a fines de este mes.