El pueblo de la capital del estado propinó un duro revés a la política autoritaria del presidente municipal Marco Antonio Leyva Mena y demostró que con organización se pueden echar abajo decisiones arbitrarias, y el mejor ejemplo fue obligarlo a que mediante cabildo se acordara desechar la intentona de cobrar un impuesto de 15 pesos mensuales por la recolección de basura.

Pero además, logró que el alcalde capitalino cediera a la modificación del proyecto de remodelación de la avenida Álvarez, en pleno centro de la ciudad, y le exigieron que en vez de invertir recursos en obras que no son necesarias, atienda la problemática urgente relacionada con los servicios públicos como el agua potable, el drenaje, alumbrado público o recolección de basura.

Aglutinados en el recién formado Frente Ciudadano de Chilpancingo, representantes de diversas colonias presionaron hasta lograr que el presidente municipal los recibiera en audiencia, ante la urgencia de sus demandas, entre ellas el asunto del impuesto que Leyva Mena había advertido se comenzaría a cobrar a finales de agosto.

El primer edil se vio obligado a recibirlos para lo cual se hizo acompañar de regidores y síndicos en el palacio municipal, en donde ante la presión social comprometió al cabildo para que se tomara el acuerdo de que se le daría marcha atrás a dicho cobro, que por si fuera poco se ha argumentado que sería ilegal pues no está contemplado dentro de la Ley de Ingresos del municipio.