HAY QUE DECIRLO!

Mario Alberto Falcón Correa

 

  • Las dictaduras nacen con ADN democrático
  • Morena y la Torre de Babel

 

Históricamente, las dictaduras se construyen sobre las bases democráticas de una elección, salvo las que son el fruto de “golpes de estado”.

El proyecto de Nación cacareado por Morena en diferentes foros, se reduce a la “cuarta transformación” citada por el presidente electo, sin mayor base ideológica que la imitación de acciones realizadas en su momento, ´por Francisco I. Madero, Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, tres íconos del lopezobradorismo que pretende inculcar en las masas con la misma devoción que sienten por la Virgen de Guadalupe, por Pedro Infante y por las Chivas rayadas del Guadalajara.

El ejercicio del pernicioso paternalismo a través de las llamadas “políticas sociales”, se convierte en la herramienta eficaz del dictador, para obtener, ampliar o fortalecer el apoyo de grandes mayorías populares que casi se convierte en un dogma.

Con este control, está garantizado el voluntarismo de la dictadura en todos los planos del quehacer público.

Para las dictaduras con ADN democrático, es imprescindible contar con la alianza de mayorías en los órganos legislativos y judiciales, pero sobre todo, con las fuerzas armadas.

En los tiempos actuales, han demostrado la eficacia de este esquema, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela; Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia y

En el pasado, el campeón de las estrategias dictatoriales fue, sin duda, el argentino Juan Domingo Perón.

El paralelismo de las estrategias del gobierno lopezobradorista que está por comenzar, con los referentes históricos mencionados, encendieron los focos rojos, aunque todavía las hordas morenistas no logran controlar al Poder Judicial, a las Fuerzas Armadas y a la Iniciativa Privada.

Un indicador más preocupante sería que en el Presupuesto de Egresos de 2019, las partidas de las “políticas sociales” superen al rubro de inversión.

 

IGNORANCIA Y PRECIPITACIÓN

 

El pasado dos de julio, los mexicanos amanecimos con la sorpresiva noticia de que Morena había ganado la mayoría aritmética en el Congreso de la Unión y en las legislaturas de varias entidades.

Este fenómeno no ocurría desde 1975, en la agonía del sistema monopartidista y más aún, con la alianza del PT, del PES y la adhesión posterior del PVEM, se constituyó una “mayoría calificada en San Lázaro y en el Senado.

Este resultado allanó el camino al proyecto personal de López Obrador y la toma de decisiones de sus allegados en temas delicados.

No fue necesario esperar al primero de diciembre para conocer la cancelación del Aeropuerto en Texcoco, avalada por una caricaturesca consulta ciudadana, para dar gusto a los activistas radicales de Atenco o pretender anular de un plumazo la Reforma Educativa para satisfacer apetitos de la CNTE.

Los acólitos y activistas Javier Jiménez Espriu, el constructor José María Robióo y Esteban Moctezuma, a quienes inspira más el sentimiento de venganza que su aportación positiva al País, asumieron actitudes grotescas al descalificar a expertos en Aeronáutica o  Educación y a firmas como MITRE o instituciones como la UNESCO-

La belicosidad del coordinador de los Senadores, Ricardo Monreal, lo llevó a cometer la peor y más grave pifia al anunciar su iniciativa de cancelar el cobro de comisiones bancarias en distintos rubros.

En cuestión de minutos la Bolsa Mexicana de Valores se desplomó. El tipo de cambio se disparó y los Bancos perdieron miles de millones de pesos en las bolsas de Estados Unidos. Dinero que es de los mexicanos, no de los bancos y menos del gobierno.

Fue necesario que el virtual secretario hacienda, Carlos Urzúa, saliera a corregir la plana al senador Monreal y asegurar que la “emoción de los legisladores no necesariamente guiará la política financiera de la nueva administración-

El receloso sector financiero reacción ligera, muy ligeramente a este comunicado y fue necesario que el propio Andrés Manuel López Obrador, en conferencia de prensa, garantizara a los inversionistas que en tres años no habrá cambios en las políticas fiscal y financiera.

 

MÁS RECELOS QUE CONFIANZA

 

Las formas, el ritmo y el tono de la transición. Empleado por López Obrador y varios de sus futuros colaboradores, han sido vertiginosos, considerando que sus acciones son aún rounds de sombra hasta recibir el poder, aunque el juego de golpes deja nerviosismo y desconfianza entre empresarios, bancos, ejército, sindicatos y el Poder Judicial.

En política y sobre todo en economía, la incertidumbre es el peor de los escenarios.

Ante ese contexto, convendría al Presidente Electo arrancar los vaticinios con una autodefinición de su perfil político: “intransigente en lo público, negociador en lo privado”.

El problema es el desorden acompasado, la forma y el modo de las posiciones públicas y las decisiones en privado de un pensamiento estratégico, de su propuesta de Cuarta Transformación.

En público, por ejemplo, asegura que no transigirá con el cambio de régimen, pero, lejos de luces y taquígrafos, ofrece acuerdos a contratistas para liquidar contratos o migrar a otros proyectos, como en el viejo capitalismo “de cuates”.

En sus actos más publicitados, como la cancelación de Texcoco, define el cambio como separación del poder político y del económico, pero en privado alienta a empresarios “carnales”, del círculo de Alfonso Romo u de José María Riobó a sumarse a sus proyectos, como el aeropuerto en Santa Lucía.

Dan la impresión el Presidente Electo y los integrantes de su círculo cercano, que se indigestaron con el poder adquirido a través de un triunfo electoral ansiado, pero no esperado en esa dimensión. Será necesaria una purga inmediata

Deja un comentario

Nombre y Correo obligatorios (Tu correo electrónico no será visible).