• A través de su secretario particular cobra a empresarios cuotas “para que no les pase nada”

Grupo Puntual / Arturo Baena  

NAUCALPAN, México, 24 de Enero de 2019.- Roberto Girón Salinas, subdirector de Seguridad Pública de Naucalpan, presuntamente dirige una intrincada red delictiva que vende “protección” a empresarios de la zona industrial, a quienes cobra “renta” a cambio de que los establecimientos comerciales y factorías operen sin ser víctimas de la delincuencia.

Empresarios de Naucalpan, quienes solicitaron la reserva de sus nombres y los de sus compañías, para evitar represalias, explicaron que el subdirector de la policía de Naucalpan de Juárez, a través de su Secretario Particular, Antonio Castillo Martínez, cobra “cuotas” a los establecimientos comerciales e industriales para brindarles “atención”.

“Si pagas puntualmente lo que exige el subdirector de la policía, entonces las patrullas están fuera de tu empresa, mañana, tarde y noche, hay rondines permanentes, y responden de inmediato a cualquier llamado de alerta, pero si no, simplemente la vigilancia desaparece y detrás de ellos llegan sujetos que roban autos, asaltan a los trabajadores e incluso atacan al interior de las empresas”, relató uno de los afectados.

Aunque aclaró que las cuotas van de acuerdo con el tamaño de cada empresa, los afectados relataron que Roberto girón Salinas, subdirector de Seguridad Pública de Naucalpan, a través de su Secretario Particular, Antonio Castillo Martínez, cobra de 3 a 5 mil pesos semanales.

“Pero el mismo trato lo tienen las tienditas de la zona, a las que rentean con 200 o 300 pesos; hay almacenes de outlet que dependen de las fábricas, donde se vende al público, ropa, por ejemplo, a los que les cobran 2 o 3 mil pesos, pero a las plantas grandes les cobran mucho más, todo a cambio de que no pase nada”, dijeron.

La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo del Valle de México dio a conocer que, en el año 2018, el 44.2 por ciento de las empresas fueron víctimas de corrupción, principalmente por parte de policías e inspectores de dependencias estatales y federales, lo que se convirtió en un lastre para el desarrollo de las compañías.