• “No hagamos de una tragedia sanitaria un pastel político para las ambiciones políticas, personales y de grupo”, exige Jorge Neyra

Grupo Puntual / José Contreras Contreras

TOLUCA, México, 1 de Mayo de 2020.- En unidad y con prudencia celebró la clase trabajadora este 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo, en condiciones inéditas por la contingencia sanitaria de COVID-19, y con un llamado urgente a instalar, cuanto antes, una mesa de diálogo tripartita –autoridades, empleadores y asalariados—para diseñar y poner en práctica un programa conjunto para superar el “paro económico” que provocó la pandemia.

Jorge Neyra Sosa, dirigente de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados del Estado de México (CATEM), planteó que las organizaciones sindicales serias han aplazado para un mejor momento los procedimientos de revisión contractual, tanto en materia salarial como de prestaciones y condiciones de trabajo.

“Hoy la situación marca una condición de solidaridad, tanto de los elementos de la producción, fundamentalmente de la mano de obra y el capital, en el entendido de que se está generando un sacrificio para todos”, dijo.

Indicó que en este momento lo más importante es velar por la salud de los trabajadores y preservar las fuentes laborales, e hizo un público reconocimiento a las empresas micro, pequeñas, medianas y grandes que se han solidarizado con sus empleados, estableciendo jornadas más cortas, dotándolos de equipo y elementos de bioseguridad, y respetando el salario.

Enfatizó que “el trabajador no es letra de cambio” y condenó a quienes, agazapados, esperan que pasen las restricciones de movilidad social para “hacer su agosto” a costa de quienes lamentablemente han perdido sus fuentes de empleo, más con tintes políticos y electoreros que con una auténtica preocupación por el bienestar de la clase obrera.

“No hagamos de una tragedia sanitaria un pastel político para las ambiciones políticas, personales y de grupo, es tiempo de unidad, de cerrar filas, y de que, juntos, hagamos todo lo que esté en nuestras posibilidades para superar el mal momento”, advirtió.

Neyra Sosa confió en que esta difícil circunstancia productiva que enfrenta el país, y el mundo entero, deje también cosas buenas para las relaciones obrero-patronales, como erradicar los llamados “contratos de protección” a los que apuestan los que calificó como “traficantes de la contratación colectiva”.

“Ojalá también los empleadores se presten a esa transparencia y a esa libertad sindical, porque creo que ese es el paso trascendente que en esta materia México estará dando al salir de la epidemia; ese es el sindicalismo nuevo y moderno al que le apuesta la CATEM en el Estado de México”, puntualizó.

Por último, hizo votos porque el Día Internacional del Trabajo no pase desapercibido para nadie y que se celebre con el mismo entusiasmo de todos los años, con la misma emoción, porque fue el parteaguas del derecho al trabajo que se goza hoy en día, a pesar de los pendientes y rezagos de justicia salarial y laboral que subsisten.