Grupo Puntual / Claudia Rodríguez

TOLUCA, México, 11 de Abril de 2019.- Su habilidad para tejer la palma verde y seca es muestra de los 51 años que lleva realizando esta actividad, una tradición que ha heredado desde sus bisabuelos.

Sentada en el suelo, con sus palmas en la rodilla, la señora Francisca poco a poco va dando forma con dobleces, nudos y cortes a las imágenes que serán bendecidas el próximo Domingo de Ramos.

“Yo me enseñe como a los ocho años, me enseñaron mis primos, mi mamá, mis abuelos, y la verdad sigo tejiendo, sigo haciendo mi historia de tejer y me da mucho gusto tejer”, comentó.

Francisca ha visto cómo al paso del tiempo la tradición de tejer palmas en su localidad, San Cristobal Huichochitlán, poco a poco se pierde.

“Ahora sí, de la calle Vicente Guerrero, ya somos cinco personas las que tejemos en este barrio”, aclaró.

La palma verde, seca, romero y trigo son los principales elementos para realizar las imágenes de la Virgen de Guadalupe, Cristo y cruces que van desde los 15 centímetros hasta los tres metros.

Está tradición ha sido preservada por los jóvenes y más pequeños de cada familia, y  es una práctica que los identifica no sólo en su comunidad sino fuera del Estado de México, comenta Mónica, de 15 años de edad, nieta de Francisca.

“Bueno por la tradición que es aquí pues para que no se vaya perdiendo la tradición me gustó hacerlo”, apuntó.

Las palmas benditas recuerdan los ramos de olivo que los habitantes de Jerusalén colocaban al paso de Jesús, pero además representan una artesanía que permite tener un ingreso a familias, como la de Francisca, y así poder obtener el pan de cada día.