Entre basura, restos de comida, casas de campaña y también en medio de un peligroso hacinamiento, la llegada de ciudadanos haitianos y africanos a la frontera norte de México, en particular a Tijuana y Mexicali, ha encendido los focos de alarma de las Organizaciones de la Sociedad Civil, que han apoyado a mitigar la crisis humanitaria.
Mientras haitianos y africanos esperan a que les otorguen su cita con autoridades estadounidenses para pedir una visa humanitaria, el alimento escasea en los albergues, no hay papel higiénico, ni jabón ni agua para lavar o bañarse.
Las temperaturas en Mexicali están por encima de los 40 grados. Algunos buenos samaritanos se han volcado a las calles para ayudar en lo que pueden, con ropa, comida, agua, pero nada alcanza.