La OTAN y Rusia celebraron hoy aquí su primera reunión a nivel de embajadores desde que los aliados decidieron desplegar cuatro batallones de hasta cuatro mil efectivos en el Este de Europa en respuesta a las acciones rusas en Ucrania.

La medida, aprobada durante la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) el pasado fin de semana en Varsovia, Polonia, fue calificada de “provocación” por Moscú.

“Las acciones de Rusia en Ucrania han debilitado la seguridad euro-atlántica. Los aliados y Rusia tenemos desacuerdos profundos y persistentes sobre esa crisis”, concluyó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras la cita del Consejo de la alianza atlántica con Rusia.

No obstante, el líder aliado consideró la reunión como “muy útil” para aclarar las posiciones de ambos lados y reiterar a Moscú que los 28 países de la Alianza “no reconocen y no reconocerán la anexión ilegal e ilegítima de Crimea por parte de Rusia”.

Stoltenberg volvió a urgir a Rusia a implementar los acuerdos de paz de Minsk y a favorecer una solución negociada al conflicto separatista en el Este de Ucrania.

El embajador ruso para la OTAN, Alexandre Grouchko, explicó a los aliados los planes de su país para fortalecer la seguridad aérea en la región del mar Báltico, que fueron acogido con simpatía.