Grupo Puntual / Carlos Moreno Carreto
TOLUCA, México, 30 de Octubre de 2018.- «Durante el primer semestre de este año, se registraron 125 denuncias por acoso sexual en el Estado de México, de acuerdo a cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, esto es apenas la punta del iceberg, pues se estima que sólo el 2 por ciento se atreve a denunciar dichos actos», expuso la diputada Araceli Casasola.
Al presentar a nombre del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática una iniciativa para reformar el artículo 12 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de México, Casasola dio a conocer que, de acuerdo a la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 realizada por el INEGI, siete de cada diez mujeres mayores de 15 años han enfrentado al menos un incidente de violencia alguna vez en su vida.
“Cuatro de cada diez mujeres han sufrido violencia por parte de su ex, actual pareja o novio, a lo largo de su relación, y una de cada cuatro mujeres que trabajan o trabajaron alguna vez ha experimentado algún acto violento, principalmente de tipo sexual y de discriminación por razones de género o por embarazo”, dijo.
En la iniciativa se señala la importancia de replantear la definición de: “hostigamiento sexual”, esto con el fin de ampliar y maximizar la protección de las mujeres que se enfrentan a dichos actos.
La legisladora perredista relato en tribuna que, el Artículo 12, dice que el hostigamiento sexual es el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente a la persona agresora en sus relaciones laborales, docentes, de trabajo doméstico o cualquiera otra que implique jerarquía; se manifiestan a través de conductas verbales o no verbales, escritas, cibernéticas, físicas que son realizadas individual o en conjunto con propósitos de lujuria, erótico sexual o de la sexualidad de connotación lasciva.
La legisladora reiteró que La ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, menciona que “el hostigamiento sexual implica la existencia de una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor, y éste se lleva a cabo en lugares específicos, tales como en los centros de trabajo y en las escuelas, y además se puede presentar de manera física o verbal”.
“Muchas mujeres prefieren guardar silencio pues temen perder sus puestos de trabajo y de paso no ser tomadas en serio por las autoridades, que minimizan este tipo de acciones, lo que favorece que los agresores mantengan su comportamiento, fomentando así que la violencia sexual quede impune, a pesar de que en nuestra legislación tipifica el delito e impone sanciones que se castigan hasta con cuatro años de prisión”, concluyó Casasola.