Sin aclarar larga cadena de muertes violentas en cárceles mexiquenses

Grupo Puntual / José Contreras Contreras  

ALMOLOYA DE JUÁREZ, México, 25 de Noviembre de 2018.- En lo que va del año suman 17 las personas privadas de la libertad (PPL) que murieron de forma violenta al interior del Centro de Prevención y Reinserción Social de Santiaguito, ubicado en Almoloya de Juárez, sin que la mayoría de esos casos haya sido aclarada.

Familiares de internos del penal de Santiaguito refieren que “la violencia reina en Almoloya de Juárez y las autoridades carcelarias no son capaces de poner orden ni de frenar los asesinatos”.

“La disputa por la venta de drogas es la principal causa de las muertes violentas al interior de la cárcel, donde las disputas entre distribuidores son constantes, pero también en contra de personas que adquieren drogas a crédito y luego no pueden pagar por ellas”, acusó Esperanza “N”, viuda de un interno asesinado en septiembre pasado.

“Lamentablemente él se metió en las drogas, primero a vender, pero luego él también consumía, y no tuvo dinero para pagar, acumuló deudas, y le cobraron con su vida”, relató quien desde el fallecimiento de su esposo regresa cada mes a intentar sabe algo sobre el o los responsables del homicidio.

“A mi esposo lo encontraron en un baño, con varias heridas de arma blanca, lo picaron y se desangró, y nadie me dice nada sobre quién o quiénes lo mataron. Aquí se mueren todos los días y no pasa nada, todo se oculta, no hay ley”, señaló.

 

En el penal de Santiaguito han, en promedio, un incidente violento cada semana, lo mismo por agresiones de presos contra presos que de presos a custodios o de estos últimos a las personas privadas de la libertad, y aunque no todos son mortales, la mayoría sí cobra lesiones de consideración.

Metales afilados en forma de punta son los que más se utilizan como armas blancas para las agresiones violentas, pero también se tiene registro extraoficial de incidentes con armas de fuego entre la población penitenciaria.

“La corrupción es la base de este fenómeno de violencia al interior de las cárceles del Estado de México, porque nadie sabe cómo, pero todo entra a las penitenciarías; en las cárceles hay armas blancas y de fuego, como también hay drogas de todo tipo, bebidas alcohólicas que se comercializan a quien tiene dinero para pagarlas, y teléfonos celulares, aparatos de televisión y radios, cuando todo eso está prohibido”, refiere otro familiar de un interno que sumó a su condena por robo con violencia una de lesiones y uso de arma prohibida al participar en un enfrentamiento con otro preso.

 

“Las llamadas aduanas con prácticamente una coladera en la que todo pasa, si se tiene el dinero suficiente para pagar a todos los involucrados en el proceso de ingreso de drogas, armas y electrónicos, incluyendo teléfonos celulares que muchos utilizan para extorsionar desde las cárceles”, refirió la fuente.

De todos los casos de homicidio al interior de los centros de prevención y reinserción social toma conocimiento el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pero la mayoría de las carpetas de investigación de ese tipo permanecen inconclusas o simplemente se archivan.

 

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