SIN MEDIAS TINTAS

Por: Jorge Valdez Reycen

 

• Jorge Zuriel “capoteó” a los diputados
• Crónica donde el “NO”, se impuso al Sí
• Y el PRD se vió más priísta que el PRI

No fue un asunto de “chamaqueada” a MORENA. Tampoco el Fiscal General se burló de las preguntas, ni cuestionamientos de diputados bisoños. Ni el PRD se vió más priísta que el PRI… en todo caso fue una comparecencia donde el “No” se impuso sobre el “Sí”.
A Jorge Zuriel de los Santos Barrilla no lo amonestaron, ni lo reconvinieron ni nada. No respondió preguntas “peliagüdas”, como si estuvo en una fiesta privada en la mansión de La Cima, que “Reforma” le adjudicó el 5 de septiembre pasado, en su nota principal. No respondió si trae pleito con Xavier Olea Peláez. “Pregúntenle a él”, les dijo. Tampoco respondió que nadie le señaló el domicilio exacto de la “casotota” de un millón de dólares, pero hasta escritura pública exhibió de una empresa fantasma “Castillo y Trinidad Asociados”, cuya razón social “no aparece en el padrón de inmobiliarias”, le espetó Mariana Guillén.
Verónica Muñoz Parra, desde la presidencia de la mesa directiva, condujo con experiencia una sesión plenaria “planchada” a medias, con un retraso de dos horas. Tuvo un final abrupto, porque así lo manda el formato de comparecencias: preguntas-respuestas-réplicas.
Pablo Amílcar Sandoval, como mariscal de campo, envió dos baterías de fuego contra el Fiscal de 32 años de edad y 10 años de experiencia como abogado… o sea comenzó a foguearse en la carrera del derecho desde los 22. ¿A los cuantos años egresó de la Facultad?
No preguntes.
Arturo Martínez Núñez –quien está a horas de ser papá— volvió a la carga con preguntas más insidiosas que reporteros de medios izquierdosos. Y desde la gayola del palco de tunde-máquinas, se desparramó el siseo laaaargo. “Ssssssssssssss” que hizo reir a Alfredo Pérez Zárate, la cabeza visible de un grupo que llegó a aplaudirle al Fiscal Zuriel.
El PRD se desdibujó, en un soliloquio de lugares comunes, citas hipotéticas y frases de cliché en labios de Bernardo Ortega Jiménez, apoderado del MAS, una de las tantas tribus sobrevivientes de los tránsfugas que migraron a MORENA. Y es que el PRD se vio más priista que el PRI. Aunque la perredista diputada Salgado se escuchó con más tablas y oficio parlamentario que el ex coordinador de la bancada del sol azteca de hace dos legislaturas.
Al Fiscal no le incomodaron las palabras de “frívolo”, “omiso”, “mentiroso”. Tampoco se enganchó a las respuestas directas. Apeló a que su cargo “de por sí es de alto riesgo” para divulgar dónde vive, cuántos lo cuidan, cuáles propiedades tiene y cuánto gana (80 mil pesos aproximadamente) más 20 ó 30 mil de viáticos mensuales. Y lo custodian seis agentes de la Policía Ministerial.
En la comparecencia de los “No” respondió el Fiscal, quedaron prendidos los morenistas con el abrupto final de Verónica Muñoz, tras la réplica de Mariana Guillén de que respondiera sí estuvo o no en esa residencia del Club Residencial La Cima en una fiesta. O si pernoctó o no alguna vez en esa casotota de un millón de dólares, vendida a “precio ganga” en 10 millones de pesos, según Reforma. Ni lo uno, ni lo otro.
Zuriel libró el fuego de las baterías de los panzers morenos. El PRD fue benevolente con él. El PRI cumplió con su institucionalidad y MORENA no fue “chamaqueada”, porque el formato los salvó del ridículo de no conocer pasadizos y subterfugios del parlamentarismo guerrerense.
En el aire quedó la sensación de que el Fiscal sorteó los cuestionamientos, pero no dejó satisfechos a morenos ni a periodistas. El “No” se impuso al “Sí”. Una sonrisa de triunfalismo, media retorcida, se le dibujó al salir del recinto a un Fiscal que se adelantó dos pasos a las diputadas de la comisión de cortesía que lo acompañaron a la puerta.
Por cierto, fue el final también para un cuestionado y señalado de corrupción exdirector de Comunicación Social del Congreso del Estado, Jaime García Moreno. Nadie lo extrañará. ¿Se irá con su convenio de 160 mil pesos mensuales de publicidad que se autoasignó a su empresa?
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.

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