Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

El Despertar del Diablo…

 

Por fin salió del letargo. El Partido Revolucionario Institucional despertó. No estaba muerto, andaba de parranda, dicen. Salió nuevamente a las calles a hacer lo que mejor sabe hacer: ganar elecciones.

Tan pronto dio el primer minuto del jueves 24 de mayo, el Revolucionario Institucional sufrió algo así como el shock eléctrico que hizo que el monstruo del doctor Frankenstein volviera a la vida. Se dio el banderazo de arranque a las campañas proselitistas para presidentes municipales y diputados locales y le cambió el rostro a los priistas.

Sonaron las matracas nuevamente, volvieron las camisas y los chalecos de color rojo con el logotipo tricolor a inundar las calles, y sus candidatos salieron a hacer lo que su dirigente estatal, Ernesto Nemer, los había convocado una y otra vez semanas atrás: ganar las calles, ensuciarse los zapatos, volver a las casas, tocar puertas, recuperar la confianza ciudadana.

Ahora queda más que claro que los priistas mexiquenses necesitaban un motivo real para despertar, y qué mejor que el orgullo priista, el saber que impulsarán a mujeres y hombres quienes sí se sienten orgullosamente priistas, quienes están dispuestas y dispuestos a partirse el alma antes de perder una elección tan importante como la del 1 de julio.

Quienes hacían muerto al PRI, se equivocaron. No les va a ser fácil ganar un solo espacio en el Estado de México, en el resto del país no lo sé, pero en suelo mexiquense ahora sí estoy seguro que las cosas van a ser muy diferentes a como pintaba el inicio del proselitismo, cuando solamente estaban permitidas las campañas de quienes buscan cargos federales.

Pero ahora el PRI se ve diferente, ya se mueve, ya vibra, ya está de regreso la Fuerza Mexiquense, la ola roja a la que le tienen pavor los que aspiran a pintar de un color distinto esta entidad con casi un siglo de tradición priista.

Y en verdad da gusto ver al PRI de regreso a la contienda, porque pareció por un momento que habían bajado los brazos, que habían dada por perdida la contienda, y nada más equívoco, porque ésta –se ve—apenas comienza.

El PRI es el PRI, le guste al que le guste, pero si alguien apetece hacerse de una diputación local o de una presidencia municipal, va a tener que hacer más que pertenecer a un partido cuyo máximo logro es tener un viejecito que se cree Napoleón Bonaparte y no llega ni a remedo de Musolini.

El proselitismo apenas comienza, es un hecho, y de aquí al 1 de julio muchas cosas van a pasar, porque la maquinaria priista, caminando y acelerando, es capaz de cualquier cosa, no solo de defender sus espacios, sino de incluso revertir una contienda federal que en apariencia estaba más que resuelta.

Que no se les olvide a los “adivinos” de izquierda que esto no se acaba hasta que se acaba, y que en el Estado de México hay en disputa 11 millones de votos en la Lista Nominal de Electores, suficientes para revertir cualquier elección federal, y si el PRI mexiquense ya se puso a trabajar, es capaz de cualquier cosa, incluso de vencer en la última y más importante de las encuestas, la del 1 de julio. Ojo, esto no se ha decidido.

 

Sin remedio alguno

 

Lo que de plano no termina de tomar forma es la entelequia autodenominada Por el Estado de México al Frente, sobre todo en el caso de Toluca, donde la amalgama entre izquierda y derecha está haciendo crisis.

En principio los promotores del “Frente” creyeron que sería fácil engañar a los electores con políticos de laboratorio y uno que otro de banqueta, pero no les está resultando fácil, por el contrario, las cosas se les han complicado.

Muchos recuerdan aquel ejemplo de los burros que estaban amarrados con un lazo del cuello, a los cuales les pusieron una zanahoria de cada lado y nunca fueron capaces de comerse ni una de las dos, porque cada uno jalaba fuertemente hacia su lado y nunca tuvieron la inteligencia para ponerse de acuerdo e ir juntos primero por una y luego por la otra para satisfacer el apetito.

Exactamente eso les está pasando a los amarillos-azules-naranjas que tratan de hacer causa común pero que definitivamente no aciertan a asumir acuerdos de conveniencia general.

El mejor ejemplo de la catástrofe del “Frente” en Toluca es su abanderado a la presidencia municipal, Gerardo Pliego Santana, quien ya ni con su coordinador de campaña, Juan Carlos Núñez Armas, es capaz de ponerse de acuerdo.

El día que arrancaron campaña, la madrugada del 24 de mayo, Pliego y Núñez Armas no atinaban a qué hacer para que se viera medio lleno el evento, y, sobre todo, que pintaran un poco el espacio con el blanquiazul tradicional de los panistas.

Núñez Armas hacía llamadas al por mayor porque supuestamente tenía “amarrado” a un grupo de lo que queda en la capital mexiquense de las “juventudes panistas”, quienes se supone acudirían al acto para “calentarlo”, para que se vieran banderas azules y se notara que ese partido todavía existe en Toluca, mientras que su candidato tuvo la “brillante” idea de hacer contacto con un “cuate” que le había ofrecido al grupo de la Porra Perra Brava para acto de inicio de campaña.

Pues Núñez Armas nunca logró que los “jóvenes panistas” llegaran al acto, quizá se le olvida que Acción Nacional se quedó con menos de 200 militantes activos en el municipio de Toluca, y mientras, el candidato Gerardo Pliego Santana sí logró contratar a los de la Perra Brava, con un módico arreglo de 200 pesos por cabeza, lo que en realidad no se le hizo muy caro, pues le prometieron 50 escandalosos para su “animación”.

El único problema es que se le olvidó a Gerardo Pliego que los de la Porra Perra Brava se caracterizan, además de por escandalosos, por vestir normalmente del color del equipo de futbol soccer que normalmente apoyan en el estadio Nemesio Diez, por lo que cuando llegaron a echarle porras al evento, éste se vistió de rojo, no de azul, como quería su coordinador de campaña, entonces la amalgama se puso más atractiva, con playeras amarillas del PRD, naranjas del Movimiento Ciudadano, y rojas del PRI, perdón, contratadas por el PAN. Vaya tino.

 

El desgaste guinda

 

Dicen que no por mucho madrugar amanece más temprano, y esa es la lección que en los días recientes se están llevando los dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional.

Mucho fue el escándalo que hicieron los del partidito de López Obrador cuando el proselitismo arrancó a nivel federal, conferencias, eventos en plazas públicas para elegir a sus coordinadores y candidatos, movilizaciones a todo lo que daban, y yo creo que se les acabó el aire, o los recursos para sostener ese ritmo de proselitismo.

Al inicio de las campañas en el Estado de México las cosas pintan muy diferentes para los candidatos de Morena. Con honrosas excepciones, los candidatos locales de ese partido simplemente no se ven, dos o tres lonitas mal puestas, es todo lo que se puede ver de ese color.

Lo único que difunden, lo único que destacan, es la presencia de su dios de Macuspana, quien obviamente se tiene que andar paseando por suelo mexiquense para tratar de arrastrar a los medianitos candidatos que le impusieron sus hombres de “confianza”, como Horacio Duarte Olivares e Higinio Martínez Miranda, quienes ahora se dan cuenta que poner al hermano del compadre de borracheras no es siempre la mejor decisión cuando se trata de ganar el voto ciudadano.

Lo que creían que iba a ser sencillo arrastrados por el llamado “efecto Peje”, pues nada más no les está resultando, las campañas de los abanderados de Morena no están siendo lo que esperaban y por supuesto el resultado electoral pinta de pobre para abajo.

Un buen ejemplo de esta crisis en Morena es su candidata a la presidencia municipal de Metepec, Gabriela Gamboa, quien arrancó “a todo vapor” su proselitismo con una conferencia de prensa a la que asistieron no más de diez medios de comunicación de verdadero prestigio, y llenaron las sillas dispuestas con uno que otro militante o simpatizante, para que no se viera tan vacío.

Lo peor de la conferencia, para la señora Gamboa, no fue el vacío que le hicieron los auténticos representantes de los medios de comunicación, sino que en las pocas notas que se difundieron de ese acto la única que no apareció fue precisamente ella.

Entre Higinio Martínez Miranda, coordinador estatal de Morena y candidato a senador, y Ricardo Moreno Bastida, el siempre “lucidito” representante de ese partido ante el Instituto Electoral del Estado de México, se encargaron de opacar a una gris candidata a la alcaldía, quien no tuvo más remedio que fruncir el ceño y reconocer que para eso de la política le falta todavía bastante.

También Gamboa se ha dado cuenta en las últimas horas que una cosa es que te digan “estamos contigo” y otra muy diferente que estén dispuestos a acompañarla en su aventura transformer de panista a izquierdista, pues hasta sus más cercanos que días atrás le decían que estaban de su lado, simplemente no aparecen por ningún lado ahora que intenta que le organicen reuniones con vecinos o grupos relevantes de Metepec.

Dicen que del plato a la boca se cae la sopa, y la señora Gamboa está viviendo en carne propia la falta de estructura de un partido político que puede parecer brillante y atractivo a nivel presidencial, pero que a pie tierra simplemente no existe.

 

La politización del transporte

 

Los que verdaderamente intentan llevar agua para su molino son los concesionarios del sistema de transporte público de pasajeros en el Estado de México, quienes a toda prisa tratan de aprovechar el momento electoral que vive esta entidad para hacerse de un nuevo aumento a las tarifas o, más aún, de más concesiones y beneficios para su causa.

La movilización de los transportistas protagonizada hace unos días no fue en realidad un llamado a la autoridad y mucho menos una muestra de rechazo a las medidas instruidas a través del decreto que el Ejecutivo del Estado publicó el pasado 20 de marzo en la Gaceta de Gobierno, órgano oficial de difusión de la autoridad mexiquense.

El asunto de los lineamientos de seguridad del transporte son simplemente un pretexto utilizado por los concesionarios para presionar a la autoridad, porque, en términos reales, a los señores de los camiones les costaría algo así como 3 pesos con 50 centavos al día el invertir en cámaras de video vigilancia, botones de pánico, geolocalizadores (GPS) y otros instrumentos que se les están exigiendo para tratar de combatir los asaltos a bordo de sus chimeneas, perdón, unidades.

El caso no es de dinero, dado que cualquiera de sus chatarras recogen más de 3 pesos con 50 centavos al día para poder cumplir con ese requisito, lo que evidencia que todo eso es un pretexto para hacer escándalo, que el gobierno estatal voltee a verlos y les cumpla más de sus caprichitos.

¿O será acaso que los concesionarios no quieren invertir en esos instrumentos tecnológicos porque temen que se les caiga otro de sus grandes negocios? Hay quien asegura que eso de la inseguridad en el transporte es una arista más en la larga lista de tranzas que los señores transportistas tienen para hacerse de dinero.

Fuentes muy bien enteradas, porque pertenecen a ese gremio, me han comentado en voz baja que los concesionarios reciben incluso una parte proporcional de lo que los rateros obtienen en los asaltos.

¿Alguien se ha preguntado, y, peor aún, se ha respondido fielmente por qué normalmente en los asaltos que ocurren a bordo de los autobuses de pasajeros los choferes normalmente actúan tan mansitos y hacen exactamente todo lo que les ordenan los presuntos asaltantes? ¿Por qué los ladrones se llevan celulares, carteras y todo lo de valor que llevan los pasajeros pero normalmente a los choferes no les quitan los fajos de billetes que cargan?

Dicen que piensa mal y acertarás, y todo pinta para que ellos siempre salgan muy bien librados porque en realidad no son el objetivo de esos ataques. Y si en verdad se trata de un negocio más arriba de sus unidades, pues lógicamente los concesionarios no están interesados en perder esa “entrada”.

 

La última y nos vamos…

 

Muchos se preguntaron hace unos meses por qué el PRI no impulsó como candidato a cualquier cargo de elección a Miguel Sámano Peralta, quien ha demostrado una y otra vez su capacidad para ganar elecciones, incluso en un distrito que no es nominalmente el suyo, el de su natal Acambay.

La respuesta es simple, se llama estabilidad legislativa. Es cierto que Sámano era un cartucho probado y casi infalible para levantar cualquier elección, por ejemplo al Senado o a una diputación federal, con lo que el tricolor podría haber recuperado su legado de votos y con ello apoyar desde el norte mexiquense a su candidato presidencial, por ejemplo, pero hay que tomar en cuenta que incluso hay cosas más importantes que una elección, por interesante que ésta parezca.

Un gran empresario del periodismo con el que me une una amistad de muchos años me enseñó desde hace muchos años que la Cámara de Diputados del Estado de México es la “caja de resonancia” de todo lo que en materia política ocurre en esta entidad, y, aunque no se diga ni trascienda, es y será justamente en ese espacio legislativo en donde se puede resolver, en buenos términos, un proceso electoral tan complicado como el que vivimos hoy los mexiquenses.

Los Poderes del Estado de México deben mantenerse firmes y perfectamente estables antes, durante y después de este proceso electoral, y ese es el papel que precisamente está jugando Miguel Sámano, quien es una auténtica ancla al frente de la Junta de Coordinación Política de la actual Legislatura.

Resolvió muy bien recientemente uno de los temas más delicados o escandalosos que siempre trae cada elección, ese asunto relativo a qué programas sociales deben seguir operando a pesar de las campañas proselitistas, y es delicado porque la tentación de su uso con fines proselitistas siempre estará presente.

Sin embargo, con mano derecha firme e izquierda tersa, fue capaz Sámano Peralta de lograr los consensos necesarios para que hubiera acuerdo, aprobado por mayoría, sobre cuáles sí y cuáles no deben seguir en marcha, a pesar de las elecciones, sobre todo para no lastimar la delicada situación social y económica que viven miles de beneficiarios de esos programas.

A pesar de que Acción Nacional se guardó ese “cartucho” para hacer un escándalo electoral en los próximos días cuando supuestamente recurra a la Suprema Corte de Justicia a contravenir tal acuerdo, lo cierto es que el mismo contó con el respaldo de la mayoría de los legisladores mexiquenses, por lo que es un acuerdo con valor democrático que seguramente la SCJN respetará en sus términos.

Hay que observar que aunque el PAN quiera utilizar ese asunto para atraer reflectores, lo cierto es que el proceso jurídico que implicaría tal controversia constitucional no se resolverá antes del 1 de julio, por lo que el asunto queda simplemente reducido a un “petate de muerto” más de los de azul y blanco. ¿O no?

 

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