Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

Se durmieron los de Morena

 

Cuando faltan exactamente veinte días para que los mexicanos vayamos a las urnas a decidir quiénes serán nuestras autoridades y representantes populares, parece que las tendencias en las preferencias electorales van tomando tintes definitivos, lo cual será muy difícil de revertir en los pocos días que quedan de campañas proselitistas, a no ser que ocurra algo verdaderamente importante que haga que las cosas se volteen.

A pesar de los malos augurios que existían al inicio de las campañas, el pasado 24 de mayo, el Partido Revolucionario Institucional demostró su capacidad, potencia y, sobre todo, estructura política, para cosas fueran muy distintas a lo que a nivel federal se observaba en un paisano más bien adverso.

El PRI no solo recuperó terreno sino, además, consolidó posición de ventaja en municipios muy importantes, comenzando por la capital del Estado de México, donde ahora se observa a un Fernando Zamora bien plantado y con una distancia cómoda para llegar en primer lugar a la meta del primero de julio, cuando se lleve a cabo la más importante de las encuestas: la de las urnas.

Y es que mucho se habló de las famosas encuestas, de cómo observaban a los candidatos antes de comenzar la campaña, lo cual aquí mismo comentamos y advertimos que no se podía creer mucho en sondeos previos al arranque del proselitismo, pues una cosa es quién conoce o no conoce a una persona, y otra muy distinta será medir cuando el trabajo de promoción personal y del voto se lleve a cabo.

Las encuestas que se presentaron previo a las campañas en realidad no decían mucho de la realidad electoral, y quienes quisieron adornarse con eso realmente lo único que hicieron fue condenarse al fracaso en sus proyecciones electorales, pues evidentemente las cosas, luego de dos semanas de campañas, son totalmente diferentes en el ámbito estatal y más aún en la particularidad de los distritos y municipios.

Según los sondeos que se atrevieron a difundir antes del 24 de mayo, previo al arranque de las campañas, el Movimiento de Regeneración Nacional observaba una ventaja general en el Estado de México de hasta 10 puntos arriba de su más cercano competidor, que era el Partido Revolucionario Institucional.

Sin embargo, dos semanas después de iniciadas las campañas, los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional demostraron que para lo único que son buenos es para “colgarse” de la imagen de su máximo tótem, Andrés Manuel López, y lejos de crecer en las preferencias electorales, se han ido rezagando de forma peligrosa, siendo rebasados en muchos casos por los candidatos priistas y en otros lugares por los de la coalición denominada Por el Estado de México al Frente, que integran el Partido Acción Nacional, el de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.

Lo engreído de los candidatos de Morena les hizo pensar que iban prácticamente solos en una competencia de dos, Morena y PRI, pero nunca voltearon a ver que por la derecha los estaban rebasando en muchos casos los abanderados propuestos principalmente por PRD y PAN, y eso nunca lo tomaron en cuenta.

En la competencia que se observaba desde el principio entre PRI y Morena, la verdad es que el tricolor sacó a relucir lo mejor de sí mismo, de su capacidad de organización y de operación política, para dejar atrás a una serie de mujeres y hombres que creían que solamente por decir que eran del mismo partido político de Andrés Manuel López ya la habían hecho y que ganarían aún sin hacer campaña política.

Eso está sucediendo en muchos lugares del Estado de México, municipios y distritos, donde los candidatos de Morena se durmieron en sus reales, decía mi abuela, y simplemente fueron superados ampliamente por mujeres y hombres del tricolor que tienen, primero, experiencia política, seguido de capacidad y tercero de una estructura que cuando se pone a trabajar verdaderamente hace temblar a cualquiera.

 

Tendencias claras

 

Hay municipios y distritos donde ya existen tendencias claras a favor del Partido Revolucionario Institucional. Comencemos con el caso de la capital mexiquense, donde Fernando Zamora sacó a relucir lo que en este mismo espacio comentamos hace más de tres meses, cuando advertimos que una cosa es ser alcalde, pero otra muy distinta es ser candidato, y en ese rubro nadie le gana al profesor Zamora.

El abanderado del Partido Revolucionario Institucional simplemente se puso a hacer lo que mejor sabe: operación electoral, y a partir del 24 de mayo desbocó a miles de habitantes de la zona norte de la capital mexiquense, donde tiene su fortaleza y bastión electoral.

Zamora ganó las calles, mientras su más cercano contrincante lo único que ha hecho es ganar el Facebook con transmisiones ridículas desde un bache hasta intentar ganar simpatías transmitiendo cómo come tacos o garnachas en alguno de los sitios más tradicionales del mercado Morelos, que, por cierto, es el único que conoce.

Se le olvida a Juan Rodolfo Sánchez que las elecciones se ganan con votos, y que los votos se obtienen con el contacto ciudadano, caminando, gastando las suelas de los zapatos y no pagando pautas publicitarias de Facebook, herramienta que ayuda a la promoción entre cierto segmento de la sociedad, ese que tiene conexión permanente a internet, el cual, por cierto, es el que registra menor nivel de participación en las urnas.

Y en Toluca el caso de Gerardo Pliego ya lo razonábamos semanas antes, cuando dijimos que llegaría a su máximo histórico, el cual no rebasa ni el 15 por ciento del electorado, a pesar de que haya hecho un gran esfuerzo por construir una estructura política pagando con recursos públicos de la Cámara de Diputados un equipo de movilizadores, como aquí mismo lo comentamos semanas atrás, que también citamos el caso de su equipo de comunicación, que opera para él y cobra en la fracción parlamentaria de Acción Nacional de la Legislatura local.

Pues ni así, ni apostando recursos públicos a su campaña proselitista Gerardo Pliego pudo hacer más de lo normal, un insípido 10 por ciento en las preferencias electorales que de nada le servirá ante un promedio de 35 por ciento que mantiene el priista Fernando Zamora Morales y un 26 por ciento de Juan Sánchez que no crecerá más en los días que quedan a las campañas.

En otro municipio del Valle de Toluca las cosas también quedaron claras, y me refiero al caso de Metepec, donde la capacidad y experiencia de Carolina Monroy, candidata del Partido Revolucionario Institucional, puso en su lugar a dos aprendices como la morenista Gabriela Gamboa y a la panista Elisa Quijada.

Además de los atributos personales y profesionales de Carolina Monroy, quien marcha con una cómoda ventaja de más de 17 puntos sobre su más cercana competidora, habría también que ponderar los múltiples errores cometidos por la ex panista Gabriela Gamboa, como el día que despreció la comida que le ofrecieron los artesanos de Metepec.

Resulta que la señora Gamboa llegó a una reunión en casa de uno de los artesanos más prestigiados de Metepec, familia que le abrieron su casa en un acto de pluralidad política, para escuchar su “oferta#”, la cual, por cierto, nunca presentó pues se dedicó durante una hora haciendo señalamientos en contra del PRI, de su candidata y de los gobiernos emanados del Revolucionario Institucional.

Los artesanos querían escuchar si tenía algo bueno qué decirles, alguna propuesta específica para fortalecer la alfarería, esa actividad que ha dado renombre internacional a la tierra del Árbol de la Vida, pero no, no hubo más que señalamientos en contra de todos, pero ninguna propuesta seria para el sector.

Al final, pues simplemente le invitaron a pasar a comer lo que habían preparado con cariño y respeto para ella, y cuando se sentó a la mesa y le sirvieron, se levantó “fúrica” y les dijo: “qué nos les dijeron que yo no como eso”, refiriéndose a un delicioso mole y el plato de arroz rojo que le presentaron los artesanos.

Y bueno, pues yo creo que se respeta que a la candidata de Morena no le guste el arroz y el mole, pero lo que no se vale es que se haya portado tan grosera con los artesanos de Metepec que con tanto respeto le habían preparado la comida, una comida que, por cierto, ellos solamente ofrecen a alguien especial cuando visita su casa.

Por supuesto que el episodio dejó muy mal parada a Gabriela Gamboa ante los artesanos de Metepec, quien después de la “escenita” se convencieron que la señora puede ser muy famosa en la zona dorada de las plazas comerciales, donde es conocida por sus abundantes compras de ropa y zapatos de diseñador, pero en realidad entre el pueblo auténtico de Metepec, simplemente no encaja.

Quizá por episodios como este y otros muchos vividos durante su campaña, donde prácticamente diario termina a gritos con sus colaboradores, es por lo que la señora Gamboa simplemente está siendo rebasada en las preferencias electorales por Elisa, la panista, quien aunque nadie daba un peso por ella, ha logrado dar la vuelta a Gamboa entre un importante sector de la comunidad de Metepec, quienes ven en ella a una buena segunda opción, porque la mayoría está bien definida en su intención a favor de quien representa la experiencia de un buen gobierno anterior, que es Carolina Monroy.

En Acambay, al norte del Estado de México, las cosas también están ya muy definidas a favor de Daniel Sámano, el joven candidato del Revolucionario Institucional quien representa una importante opción de relevo generacional, pues tiene detrás toda la capacidad y experiencia de uno de los políticos de mayor renombre en esta entidad, su padre, Miguel Sámano Peralta, actual presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, pero él mismo es una persona seria y de ideas nuevas que ha sido adoptado por los habitantes de esa localidad como al mejor opción, a pesar de que otros institutos políticos hicieron lo posible por poner enfrente a personajes que aparentemente podrían causarle problemas.

Pero no fue así, en Acambay las cosas también han tomado una tendencia muy favorable para el PRI, de más de 18 puntos de ventaja, por lo que la elección ahí demostrará que cuando se juega la carta correcta el tricolor puede ganar fácilmente, así le pongan enfrente al mismo enviado del “dios” López Obrador.

 

La Fiscalización, el exceso

 

El actual proceso electoral que vive el Estado de México será uno de los más caros de la historia, si no es que el más caro, y no porque los candidatos anden gastando mucho, sino porque la autoridad se ha puesto en un ridículo plan de observar y vigilr hasta la ropa que usan los candidatos, textual.

Todos los días, el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Electoral del Estado de México movilizan en el territorio mexiquense a más de 2 mil 500 “fiscalizadores”, mujeres y hombres encargados únicamente de vigilar qué es lo que hacen los candidatos en su actividad proselitista.

Dónde se reúnen, si usan o no aditamentos como equipo de sonido, sombrillas, lonas, banners publicitarios, lonas, sillas, mesas, pero lo más ridículo es que les contabilicen si toman o no botellas de agua, cuántas, de qué tamaño y hasta de qué marca, y todo eso lo están tomando en cuenta como “gastos de campaña”.

Así sea que al candidato o candidata alguien le ofrezca un vaso con agua, pues ese también se los anotan y se los cuentan, y que nadie se atreva a recibir a un candidato con un ramo de flores, un peluche o cualquier tipo de obsequio, porque ese también se contabiliza y se los anotan al candidato o candidata como “gasto de campaña”.

O sea que si a alguien se le ocurre ser caballeroso y entregar un ramo de flores, ese también debe fiscalizarse, saber cuánto costó, y se anota como un gasto, como una aportación de un militante o simpatizante para la campaña de ese candidato.

Esto aplica para todos los candidatos, así sean del color o partido político que sea, lo importante es solamente que esté participando como aspirante a un cargo de elección, y con eso es suficiente para que los “fiscalizadores” lo observen y le cuenten hasta la ropa que utiliza, así, textual, porque si un candidato trae por ejemplo una blusa o camisa bordada con el logotipo de su instituto político, debe declarar cuánto le costó esa pieza, cuántas hizo y cuántas utiliza, porque, al menos para ellos, para los fiscalizadores del IEEM o del INE, eso también es un “gasto de campaña”.

La fiscalización llega al ridículo de la ropa interior, de una toalla que alguien se atreva a utilizar para secarse el sudor del rostro, y hasta si alguien se atreve a sacarle una fotografía a algún candidato con una cámara profesional de fotografía o video. Si eso ocurre, aunque sea algún medio de comunicación el que esté realizando la cobertura de esa campaña política, pues los fiscalizadores se le acercan a preguntar quién te envió, por qué estás aquí, cuánto te está pagando el candidato. Absurdo.

Es decir, que ya ni los medios de comunicación pueden tener la libertad de dar cobertura informativa a un hecho político como lo es una campaña proselitista, pues, para la autoridad electoral, o al menos para sus supuestos “fiscalizadores”, eso también genera un gasto de campaña.

Esa actitud tan melindrosa ha empujado a algunos candidatos, de todos los partidos políticos, a preferir hacer sus campañas políticas a escondidas de los medios de comunicación, ante el riesgo inminente de que alguno de esos “sesudos” reportes de los fiscalizadores, más adelante les vayan a representar un riesgo para sus planes electorales, cuando les hagan la suma de gastos “suntuosos” como el beber una botella de agua, utilizar una camisa bordada con logotipo y nombre, o cambiarse los zapatos de vez en cuando. Así de ridículo está el asunto de la “fiscalización” electoral.

 

La última y nos vamos…

 

Perdidos en la locura electoral, como está la mayoría de la clase política y de los mismos medios de comunicación, pasó casi desapercibida una acción de verdadero interés social que concretó la administración de Alfredo del Mazo Maza.

El gobernador Del Mazo demostró que cuando se quiere, se puede, y abatió de 36 a solo 8 los meses que ahora tendrán que esperar las parejas que deseen adoptar a un infante.

¿Sabe usted cuántos niños llevan años, textualmente años, esperando que se concrete su adopción? Muchos, decenas, cientos en realidad. Simplemente porque la burocracia obligaba a que los trámites para concretar ese objetivo simplemente fueran tan tediosos que la mayoría de las parejas acababan por aburrirse y mejor daban las gracias y se retiraban de las oficinas del DIF estatal.

Fueron muchos años que escuchamos el mismo “compromiso” de agilizar los trámites de adopción, pero eso simplemente nadie lo concretó, hasta que llegó alguien evidentemente más capaz y resolvió que la adopción tenga un fin social realista, que se cuiden los detalles de adopción, sobre todo para preservar la seguridad del infante, pero sin que eso constituya prácticamente un factor para ahuyentar a los interesados.

Si bien esperar ocho meses para adoptar un menor sigue sonando todavía como que mucho, no será ya nada en comparación con los 36 meses que muchos tuvieron que aguantar para concretar esa aspiración social.

Y es que la mayoría de las parejas sueña con tener hijos, hay algunas que no lo logran de manera biológica, pero existe la posibilidad de la adopción para concretar esa ampliación del vínculo familiar que tanta felicidad acarrea a la mayoría. Pero si en lugar de impulsar esa forma, como antes, se hacía todo lo posible para que no se llevara a cabo, pues ahí está uno de los factores prioritarios del por qué los albergues del DIF están llenos de menores en busca de un hogar y por qué hay tantas parejas deseosas de adoptar pero que no lo han podido hacer porque no se los permiten.

Qué bueno que el gobernador mexiquense se haya metido de fondo a un asunto que resulta tan delicado desde el punto de vista social, y que en lugar de mal gastar el tiempo de las parejas, se impulse para que se realicen como padres de familia, lo que evidentemente abatirá el número de menores de edad sin padres, lo cual resultará bueno en todos los aspectos. Menores con padres son menos candidatos a conductas antisociales, eso es un hecho. ¿o no?

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