Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

¿Va la revancha?

 

De repente parece que la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional en la Legislatura local se la pasa cosechando “triunfos”, pero no es así. En las últimas semanas han dado grandes “golpes”, pero solamente mediáticos, nada de fondo. Se equivoca quien crea que las cosas están finiquitadas en asuntos como la Cuenta Pública del 2017 y, la más reciente, la abrogación de la Ley de Seguridad Social del Estado de México, mal llamada “Ley Issemym”.

Sobre el primer asunto, el primer gran “golpe” que propinó la bancada de Morena en el Congreso local, pues habría que observar que prácticamente de lo único que sirvió su gran “triunfo” fue para aplazar un asunto que tarde o temprano será aprobado, o simplemente quedará ahí, en el recuerdo, en la “congeladora” legislativa, sin que eso perjudique o beneficie a nadie, dado que para que las cosas fueran diferentes tendría que venir una reforma legal de gran calado, la cual, aun y cuando se lleve a cabo, no tendría carácter retroactivo, por lo que de modo alguno perjudicará a esa Cuenta Pública 2017.

En el mejor de los casos lo que queda por el momento para los diputados de Morena es hacer frente a su responsabilidad de sacar adelante ese asunto que ellos mismos magnificaron, pues devolver el análisis a comisiones no es otra cosa que un simple trámite en materia parlamentaria, el cual tendrá que salir delante de un modo u otro, pues la ley vigente no les permite hacer nada más que el show que ya hicieron, pero más temprano que tarde tendrán que pasar el documento, así el encuentren todas las irregularidades y sospechas que quieran.

Lo que sí pueden hacer, y ya se están tardando en ejecutarlo, es un cambio de fondo en el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México, organismo que está en sus manos, primero, poner un titular que verdaderamente haga el trabajo en serio y no a contraprestación con los presidentes municipales, y ni qué decir de los funcionarios estatales. Se requiere ahí a un titular que no sea a modo de la tranza, como lo ha sido en los últimos años quien encabeza esa instancia que, no se olvide, debería estar bajo la vigilancia y en estricto apego de los diputados, ya que no se manda solo, como cree el actual titular Fernando Valente Baz Ferreira.

Los diputados de Morena, mucha estridencia, poca conciencia.

Pero, además del cambio de rostro en el OSFEM, es necesario que ese organismo haga lo que debe hacer, y no que bajo el argumento de la prevención, siga vendiendo asesorías y componendas a los presidentes municipales para que salgan siempre limpios de cualquier auditoría que se les practica. Es una cuestión de fondo, no de forma, de ir hasta el tuétano en cada acción de revisión a los ayuntamientos, lo cual, es evidente, ahora los señores y señoras diputadas de Morena ya no están tan interesados en llevar a cabo, simple y sencillamente porque están conscientes que la mayoría de los próximos alcaldes serán de sus mismos colores y siglas.

En fin, la Cuenta Pública del 2017, responsabilidad a tres cuartas partes del ex gobernador Eruviel Ávila Villegas, tendrá que ser desenterrada tarde o temprano, y, aprobada, le guste al que le guste, porque la ley no les confiere a los diputados más allá que esa responsabilidad. Tarde o temprano procederá, con shows mediáticos, con estridencias o sin ellas, pero va a ser aprobada, les guste o no.

 

Dejan al Issemym en el limbo

 

Más recientemente, apenas la semana pasada, el jueves, para ser exactos, los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional se aventaron otro show de esos que parecen hacerse más continuos a nivel estatal, ahora con la aprobación de un dictamen por el cual se abroga el dictamen anterior mediante el cual la Legislatura pasada aprobó la Ley de Seguridad del Estado de México y Municipios.

Ese asunto nuevamente tiene un fondo más mediático que verdaderamente político. Es cierto que los diputados de Morena, con eso, cumplieron definitivamente con un compromiso que adquirieron ante diversos sectores desde antes incluso de ser legisladores, lo que hicieron obviamente como una forma de ganar voluntades y “demostrar” su responsabilidad social.

La llamada Ley de Seguridad Social, o Ley Issemym, para los cuates, es uno de esos casos de rancia medicina, pues en su oportunidad, cuando se discutió y votó favorablemente en la pasada Legislatura local, se explicó hasta el cansancio que se trata de una medida poco popular, que evidentemente no dejaría satisfecha a la mayoría de personas que directamente afecta, de un modo u otro, en este caso los servidores públicos del Estado de México y de los 125 municipios que lo integran, así como a sus familias, además de a miles de jubilados y pensionados que en ese sentido dependen del Issemym para la sobrevivencia.

¡Claro que no era una medida popular el aumento de cuotas y mucho menos pasar de un cómodo régimen de seguridad social basado en pensiones a un esquema muy cercano a los fondos de retiro donde el mismo trabajador es responsable de ir construyendo el recurso del cual algún día vivirá él o sus descendientes a los que herede. No, no es algo muy aplaudido por ninguno de los derechohabientes.

Dejar sin efectos la Ley Issemym también deja a ese instituto en el «limbo» legal.

Pero en materia de política social el asunto no es de gusto, es de necesidades, y hay que tomar en cuenta que esa medida de fuerza no se pensó con el objetivo de ser aplaudido por los derechohabientes, sino para garantizar la viabilidad financiera del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y de sus municipios.

Lamentablemente el Issemym no vive sus mejores tiempos, y mantenerlo como la “gallina de los huevos de oro” que cubra todos los requerimientos de sus derechohabientes, actuales y pasados, no es una situación sencilla, porque ya no hay recursos que alcancen para tal objetivo, de ahí la necesidad de cambiar las formas para lograr el fondo, conseguir que hubiera el dinero suficiente para lograr esas metas de beneficio colectivo.

Para tal fin se tenían que modificar los esquemas de captación de fondos, tanto en cantidad como en forma, pues ya no es posible que una base muy reducida soporte las necesidades económicas de una punta de la pirámide que cada vez se está haciendo más grande, y por lo tanto más complicada de cargar, de soportar, de alimentar.

En un esquema de pensiones es necesario que la base de aportantes o contribuyentes sea por lo menos dos o tres veces más grande que la de pensionistas, y tiene muchos años que las cosas ya no son así, más bien el esquema se revirtió y ahora son menos los que aportan que los que reciben, lo que hace inviable el esquema financiero.

Pero como en este estado, y parece que a nivel nacional, hoy priva una forma de hacer “política” en la que lo único importante es dejar contenta a la “mayoría”, sin importar lo que cueste o las repercusiones que generen ese tipo de decisiones, pues se dio el “brillante” paso de abrogar la ley que buscaba rescatar al Issemym, simplemente porque había un “malestar social” de lo derechohabientes de la misma institución.

Así, de la noche a la mañana se utilizó el término de “abrogar”, que no quiere decir otra cosa que “dejar sin efecto” una ley, haya o no entrado en vigor, como era el caso, pues la mal llamada Ley Issemym tendría vigencia hasta el primer día del próximo año.

Sin embargo, a las y los diputados de Morena les gusta el aplauso fácil, la corona de hojalata, esa que les hace parecer como los “buenos” de la historia, sin importar el efecto real de sus decisiones, y entonces pensaron que lo más “fácil” era abrogar dicha ley.

A veces e me asemejan esos legisladores del partido de Andrés Manuel López Obrador como los trapecistas novatos que con tal de arrancar el aplauso del público son capaces de lanzarse sin red de protección, porque se les olvidó un principio elementar de la vida parlamentaria: “cuando tiras una ley, es porque ya hiciste una que le sustituya”. Y eso no lo hicieron.

Para ellos, parece, primero es derribar y luego construir, pase lo que pase, tope donde tope, cuéstele al que le cueste. Se busca romper, destruir, quebrar, aniquilar, deshacer, cortar todo lo que huela al PRI, todo lo que el PRI haya construido, sin importar si era bueno o era malo, sin siquiera revisarlo.

Esto, además, evidencia su novatez legislativa, pues ni siquiera observan que hay instancias, que hay procedimientos, que hay plazos, que hay formas que cumplir, pues, de no hacerlo, el supuesto “beneficio” de sus acciones generarán más problemas que efectos positivos para los mismos derechohabientes a los que se supone pretenden beneficiar.

Para el caso de la abrogación de la Ley de Seguridad Social hay cosas que no han explicado los señores diputados y diputadas. Lo primero es qué va a pasar con los miles de derechohabientes que quedarán sin la protección de la ley en el primer minuto del 2019.

Hay que recordar que la mal llamada Ley Issemym derogó el marco legal anterior, el cual todavía es vigente, pero su aplicación concluye precisamente el primer día del año 2019. Entonces, no va a  haber ley válida a partir del próximo año. Es decir, generaron un vacío legal que cualquiera pude aplicar.

Como es lógico suponer, la dirección general del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios tendrá que blindarse a partir del 1 de enero del 2019, y lo más seguro es que paralice las actividades administrativas en áreas precisamente tan sensibles como las jubilaciones y los trámites de pensionistas. Por lo que, de facto, quedará prohibido jubilarse el próximo año, al menos hasta después del mes de marzo en que inicie el próximo periodo ordinario de sesiones de la “valiente” legislatura local que domina el Movimiento de Regeneración Nacional, para que comiencen a convocar a sus “foros de consulta” para saber qué quieren los beneficiarios del Issemym como ley regulatoria, de qué color la desean, con qué cuotas, y todo, en ese modo tan “interesante” que buscan adoptar de hacer “leyes al gusto del cliente”, como si la ley fuera precisamente para dejar contentos a lo regulados y no para crear un marco que haga funcionar las cosas, aunque la medida no sea popular.

Sin embargo, a los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional se les olvidó un “pequeño” detalle, además, y éste es que el titular del Poder Ejecutivo del Estado de México todavía tiene la posibilidad de recurrir a su derecho de veto para echar atrás la “brillante” decisión de abrogar la Ley de Seguridad Social.

De acuerdo a las prácticas parlamentarias, el dictamen aprobado, por el cual se abrogó la Ley Issemym, fue enviado el mismo viernes al Ejecutivo estatal para su publicación en la Gaceta de Gobierno, órgano oficial de difusión del Gobierno del Estado de México, visto éste como los tres Poderes de la entidad. Si el gobernador no publica el Decreto en la Gaceta, entonces no entrará en vigor, y, con observaciones, tiene el derecho de devolverlo a los legisladores para un nuevo análisis y otra vez buscando su aprobación.

Este simple hecho implica un proceso nuevamente de más de 30 días, en el mejor de los casos, más uno o dos meses más para que vuelva a salir de la Cámara de Diputados en busca de su publicación. Y en ese tiempo ¿qué pasará con el Issemym?

Consultados algunos especialistas en la materia, éstos refieren que si el Ejecutivo no publica el Decreto en la Gaceta de Gobierno, lo que sucede es que se mantiene la ley que se buscó derogar. La pregunta es cuál ley, ¿la que hasta hoy está vigente y rige la vida del Issemym? ¿O la que aprobó la pasada Legislatura local, que es precisamente la que buscan dejar sin efecto los diputados de Morena?

Un verdadero enredo, pero lo que es un hecho es que la fiesta todavía no termina, y, como puede observarse, los diputados de Morena no se han salido con la suya, aunque ellos ya celebran y se pavonean como si verdaderamente esa batalla legislativa ya hubiera terminado, lo cual es falso. Esto apenas comienza.

No les caería nada mal a los señores diputados de Morena un curso de prácticas parlamentarias, pues es evidente que tienen mucho que aprender, más allá de la arrogancia y el mayoriteo que tanto daño está haciendo, no solo a ellos, sino a todos los que resultamos afectados de un modo u otro con sus “sabias” decisiones. Lo cortés no quita lo valiente, decía mi abuela.

 

La ruina de la Capacitación para el Trabajo

 

Ahora que la recién nombrada titular del Trabajo en el Estado de México, Martha Hilda González Calderón, le ha dado por ponerse a chambear y quitar la facha a esa dependencia del “lugar soñado” para trabajar, porque ahí nunca pasaba nada,  valdría la pena se diera una vuelta por la sucursal Metepec del Instituto de Capacitación para el Trabajo Industrial (ICATI).

El ICATI es una de esas instituciones que deberían ser orgullo de todos, solamente por el hecho de que ahí se enseña a trabajar a las personas, a ser productivas, a generar lo necesario para una subsistencia honesta y responsable.

Lamentablemente muchas de las plazas del ICATI se caen a pedazos por falta de atención, por falta de presupuesto, porque no cuentan ni con lo mínimo necesario para operar, y lo hacen, sí, sí lo hacen, pero detenidos de un hilo muy delgado que tarde o temprano termina por reventar.

Es el caso del ICATI Metepec, el cual dirige la pasante de la licenciatura en Derecho, Amparo Rubí Lagunas, a quien evidentemente la falta no solamente el título, sino, además, la capacidad para desempeñar adecuadamente esa función de directora de ese plantel.

Martha Hilda Gonz´palez Calderón, secretaria del Trabajo, presume mucho al ICATI, aunque sus planteles se están cayendo a pedazos.

Tratos más allá de la grosería a sus subordinados, pésimas decisiones administrativas, un alejamiento que es evidente del alumnado, hacen que el ICATI de Metepec esté sumido en una de sus peores crisis de la historia.

En el ICATI Metepec no hay nada para trabajar. Se supone que lo bueno de esa institución es que prácticamente es un simulador para el trabajo; es decir, los que estudian mecánica cuentan con un taller mecánico e incluso vehículos con los cuales practicar reparaciones menores y mayores. Pero en el ICATI Metepec no hay nada de eso, ni siquiera herramientas. Los que quieran practicar tienen que buscar por fuera personas que les pongan en sus manos sus vehículos para hacer lo que en teoría les enseñan, y comprar, aunque sea en el “Piojo” sus propias herramientas, a riesgo de que sean robadas.

Los que estudian repostería, por ejemplo, tienen que hacer “coperacha” para comprar gas para las estufas y hornos, e incluso pagar para repararlos, además de llevar ellos mismos sus insumos y utensilios, porque la institución no tiene ni lo mínimo necesario.

Esos son solo ejemplos, pero las cosas están así en todas las áreas, y por supuesto que la pasante de la licenciatura en Derecho no tiene la capacidad para hacer frente a esa situación, la cual no es solamente que esté mal, sino que está perjudicando directamente la formación de cientos de alumnos que ahí intentan sentar las bases de un futuro laboral.

Sería benéfico, para esos alumnos, que la secretaria del Trabajo, Martha Hilda González Calderón, se dé una vuelta por esas instalaciones para que conozca la realidad del ICATI, porque ella en varios discursos ha puesto a esa institución como ejemplo, incluso ha dicho que el nuevo programa del gobierno federal encausado a sacar a los jóvenes del desempleo pasará por el ICATI.

Ojo, porque si ese programa federal pasa por las aulas del ICATI, por lo menos el de Metepec, es evidente que se estará condenado al fracaso, pues no se puede formar a una mujer o a un hombre para el trabajo, cuando no se cuenta con lo mínimo para aprender, y ni siquiera con una directora a la que se le ocurra algo más que humillar a quien se atreve a hacerle ver las pésimas condiciones en que opera el plantel.

 

La última y nos vamos…

 

Ayer lunes rindió su tercer informe de labores el presidente municipal de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, en ceremonia que encabezó el gobernador Alfredo del Mazo Maza, y a la cual asistió lo más granado del panismo.

Y claro que hay razón para que los panistas se concentraran en ese lugar, no solo para escuchar lo que hizo Vargas del Villar en el más reciente año de su gestión como alcalde de Huixquilucan, sino porque en esta misma ocasión estaba rindiendo protesta para un nuevo periodo consecutivo para el cual fue electo.

Es decir, Vargas del Villar tiene frente a sí otros tres años para seguirse consolidando como uno de los panistas más fuertes y poderosos del Estado de México.

Enrique Vargas del Villar, alcalde de Huixquilucan, ¿es el Plan B?

Hay quienes dijeron, allá en Huixquilucan, que prácticamente era la toma de protesta al candidato del Partido Acción Nacional a la gubernatura del Estado de México, lo cual no es remoto ni falto de fundamentos, porque es un hecho que desde esa posición política el alcalde de Huixquilucan tiene mucho qué pelear en materia política.

La presencia en esa ceremonia del titular del Ejecutivo estatal también tuvo sus lecturas. No solo es que Alfredo del Mazo Maza sea oriundo de ese municipio, el cual también presidió, sino que algunos lo vieron como una aprobación de facto al próximo candidato del PAN a la gubernatura mexiquense.

Con un partido político hecho pedacitos, como el Revolucionario Institucional, Del Mazo Maza es tan inteligente para voltear a todos lados en busca de alguien adecuado a quien entregar el poder al término de su gestión, y en realidad Vargas del Villar no parece una mala apuesta, sobre todo si no se quiere seguir entregando todo al Movimiento de Regeneración Nacional.

Falta mucho para las decisiones de candidatos y más para el proceso en el que se elija al próximo gobernador del Estado de México, pero lo cierto es que ayer mismo podríamos haber presenciado algo fundamental para esos eventos futuros de esta entidad.

Es cierto que a Del Mazo Maza le gustaría más la continuidad de su instituto político en el Estado de México, pero con un partido político donde la “nota” es que los cambios no fueron cambios, sino ratificaciones y uno que otro nombre “nuevo”, la verdad es que no hay mucho qué aplaudir por ese frente, por lo que cualquier en un sano juicio tendría que ir pensando en un Plan B, que aunque doloroso, fuera menos lamentable que entregar hasta la cocina a quienes avasallaron en la más reciente elección constitucional, pero que hasta el momento no están mostrando mucha eficiencia a la hora de ejercer el poder. ¿O no?

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