Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

Ex alcaldes omisos, cómplices de feminicidios

 

Tan malitos eran los ex presidentes municipales de Cuautitlán Izcalli, Chalco, Chimalhuacán, Ecatepec, Ixtapaluca, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Tultitlán y Valle de Chalco que no fueron siquiera capaces de gastar 30 millones de pesos del presupuesto estatal del año 2017, recursos que fueron “etiquetados” para respaldar la Alerta de Género decretada en esos 11 municipios para combatir el lacerante fenómeno del feminicidio que en los últimos años repuntó en esta entidad mexiquense.

La Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres es un mecanismo de protección dentro de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para garantizar la vida, libertad, integridad y seguridad de las mujeres y niñas.

La alerta consiste en tomar acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado, en este caso, en los 11 municipios en mención.

La diputada local Karina Labastida, del Movimiento de Regeneración Nacional, reveló que esos 30 millones de pesos se quedaron “en la alcancía”, porque los ex presidentes municipales de esos municipios no fueron capaces de gestionar el acceso a los mismos y mucho menos su aplicación.

Por supuesto que existen canales y procedimientos específicos para que los ayuntamientos accedan a ese tipo de recursos “extraordinarios” que están ahí, en los presupuestos federal y estatal, para acciones específicas, en este caso el combate a la violencia y delincuencia que priva en la entidad más poblada del país.

En síntesis, los señores ex presidentes municipales pecaron de omisos y de flojos, porque les fue más fácil no hacer nada, ni siquiera intentar acceder a esos recursos, con los que bien se pudo hacer algo más de lo muy poco que hasta el momento se hace en esta materia.

Queda pues en evidencia que la lucha en contra del feminicidio es un asunto que les valió un cacahuate a los ex presidentes municipales, por lo menos de los 11 ayuntamientos directamente involucrados en la Alerta de Género.

Poco hicieron los anteriores alcaldes al renunciar a los recursos «etiquetados» para el combate de feminicidios.

De acuerdo con el sitio de internet creado a nivel estatal precisamente para dar seguimiento a lo que se hace en el marco de la Alerta de Género (http://alertadegenero.edomex.gob.mx) , si es que se hace algo, más allá de bonitos discursos alegóricos cada vez que llega el día en que se recuerda la lucha contra el feminicidio, se supone que la coordinación de esfuerzos entre los tres niveles de la administración pública sería la base para lograr el objetivo específico que dio lugar a todo el esfuerzo: evitar que sigan matando a las mujeres mexiquenses.

“La atención de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en el Estado de México requiere de una coordinación interinstitucional para prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar la violencia de género contra las mujeres en la Entidad”, dice en ese micrositio de internet.

“Para ello, las dependencias encargadas de la seguridad ciudadana y la procuración de justicia deberán elaborar protocolos de actuación relacionados con la intervención inmediata por parte de las autoridades en actos de violencia de género contra las mujeres, así como aplicar los ya existentes, además de brindar capacitación al personal de las instituciones obligadas a implementarlo, basándose en el más alto respeto por los derechos humanos de las mujeres, adolescentes y niñas en el Estado”, abunda.

“Los once municipios considerados en el mecanismo deberán ejecutar acciones complementarias para atender de manera inmediata cualquier acto de violencia contra las mujeres”. Eso es precisamente lo que no hicieron los ex presidentes municipales, porque les dio flojera, porque se les hizo “muy complicado” tramitar el recurso disponible.

Esto es un asunto muy delicado, dado que, si se analiza a fondo el tema, los ex presidentes municipales podrían ser sujetos de responsabilidades administrativas, por omisión.

No solamente se debe sancionar en la “lucha contra la corrupción” a aquellos que se llevan a la bolsa del pantalón o a la cartera el dinero público, el “NO HACER” es omisión, y es una forma de corrupción evidente.

Bien podría determinarse que los ex presidentes municipales fueron incluso “cómplices” de los muchos feminicidios cometidos en sus respetivos territorios municipales, y de los miles de casos de violencia en contra de mujeres que ocurrieron durante sus gestiones, porque el “NO HACER” es una forma de favorecer la impunidad, el que no hace y deja que algo malo ocurra, es tanto o más responsable que quien comete una falta grave de este tipo.

“Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”, reza un viejo refrán mexicano, el cual no quiere decir otra cosa que es tan responsable el que comete el feminicidio o el acto de violencia en contra de alguna mujer, como la autoridad que, en este caso por omisión, favorece que ese tipo de actos delictivos ocurran.

Qué lamentable es darse cuenta de todos los casos de muertes de mujeres o maltrato de las mismas se pudieron evitar, si es que hubiéramos tenido presidentes municipales más capaces, o por lo menos dedicados a trabajar, para sacar esos recursos que siguen ahí durmiendo el “sueño de los justos” e invertirlos de forma positiva en acciones, programas, obras, que favorecieran el combate a la criminalidad en contra de las mujeres.

Lamentable el asunto, ojalá nuestros legisladores locales, más allá de la simple denuncia, den un paso adelante y actúen firmemente en contra de esos muy malos ciudadanos que impulsaron, repito, por omisión, que los delitos en contra de las mujeres sigan creciendo en esta entidad.

 

Qué clase de cínicas

 

De verdad sorprende el cinismo de la nueva “estrategia” de comunicación de las dirigentes nacional y estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Claudia Ruiz Massieu y Alejandra del Moral Vela, respectivamente.

No sé a cuál de todos los genios que cobran en el PRI como “asesores”, internos y externos, se le ocurrió el discurso que ahora manejan ambas dirigentes, el cual se basa en decir a la sociedad algo así como “en el PRI no todos somos corruptos, queremos una nueva oportunidad para demostrarlo”.

Quien haya creído en realidad que una lamentable postura de ese tipo impulsará a la sociedad mexicana, y en particular a la del Estado de México, a volver a creer en ese instituto político, pues evidentemente tiene dormida por lo menos la mitad de las pocas neuronas que les quedan útiles.

¿Acaso no se darán cuenta que la mayoría de electores de este país les dio la espalda precisamente por ese tipo de poses cínicas y tan poco inteligentes?

Alejandra del Moral Vela, presidenta del PRI mexiquense, ¡qué poca imaginación!

Decir hoy a la sociedad que “no todos en el PRI son corruptos” es, en sí mismo, aceptar que sí los hay, y si lo que intentan hacer creer al electorado es que los que eran corruptos ya no están, que ya se fueron, pues los compromete de antemano, primero, a señalarlos, y luego públicamente a exhibirlos y expulsarlos, legalmente, formalmente, porque no se trata solamente de decir que “ya no hay corruptos”, lo que evidentemente no se creen ni ellas mismas, me refiero a las presidentas nacional y estatal del Revolucionario Institucional.

Y luego, eso de “denos una nueva oportunidad para demostrárselos”, es algo así como que llegue a tu casa el que te asaltó ayer para decir que te va a devolver tu cartera, vacía, para demostrar que ya es bueno.

Es evidente que quien desarrolló el “nuevo discurso priista” no reflexionó en que siete décadas al frente del gobierno federal de este país fueron suficientes oportunidades para demostrar que no eran corruptos, y también fue tiempo suficiente como para demostrar que podían hacer cosas mejores que darle en la torre a esta República Mexicana.

Qué desgracia que el Partido Revolucionario Institucional esté hundido en ese estado tan lamentable de abandono político, que carezca de dirigentes capaces de hacer algo verdaderamente importante para resucitar a esa fuerza política que evidentemente está al borde de la extinción.

Este país, ahora más que nunca, necesita una oposición política real al actual régimen, un partido capaz de convertirse en contrapeso y combatir las decisiones arbitrarias que en los tiempos recientes observamos y que mucho daño están causando a millones de mexicanos.

Pero evidentemente el PRI perdió ese papel, demuestra hoy que no sabe ser oposición, por lo menos real, propositiva, porque no se trata solamente de ocupar espacios en los órganos de representación política y votar en contra de todo lo que venga del partido político que hoy domina la esfera nacional.

El PRI necesita políticos, pero de altura, capaces de desarrollar y poner en práctica un discurso de fondo, pensado, inteligente, y, sobre todo, que trabaje desde ras de piso para recurar la base social que evidentemente perdió tras la elección del 1 de julio del 2018.

Militancia hay, pero está echada para atrás evidentemente porque no tiene un liderazgo real que la convoque y que la haga moverse; cuadros hay, el PRI, por lo menos hasta no hace mucho, tenía en sus filas a muchos valiosos políticos jóvenes, pero con experiencia y capacidad, lo malo es que muchos de ellos fueron pateados en el trasero y los echaron a la calle bajo el argumento de que quienes llegaron no los necesitan.

Hagamos votos porque alguien sea capaz de revertir esta lamentable espiral que parece llevar al Partido Revolucionario Institucional directamente al precipicio, justo ahora que tanto nos hace falta una fuerza política capaz de frenar las intenciones de Maximato que amenazan a la nación.

 

¿No quiere o no puede?

 

Julio César Serrano González, presidente municipal de San Mateo Atenco, se aventó una verdadera babosada, de esas cuando quieres quedar bien y lo único que logras es hundirte en el fango.

Resulta que el “célebre” alcalde del otrora poderoso municipio que antes producía calzado de calidad internacional, y que ahora simplemente venden en tianguis mal hechos zapatos importados de León, Guanajuato, en el mejor de los casos, y de China, en el peor de las circunstancias, se “aventó” un momento de filosófica reflexión para responder a la invitación que públicamente hizo hace unos días el presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, para que los municipios del Valle de Toluca unan fuerzas para enfrentar el problema de la falta de combustibles.

Sánchez Gómez señaló, en su oportunidad, que el esfuerzo que realiza su administración de rentar pipas para acarrear combustible y abatir la escasez tendría que ser respaldado en un esfuerzo metropolitano, porque, evidentemente, si no se hace de esa forma, poco lucirá la gasolina que se traiga a la capital mexiquense, pues el lógico suponer que los vecinos de localidades limítrofes, como San Mateo Atenco, precisamente, se moverán a Toluca a cargar combustible porque en sus localidades no habrá.

Sin embargo, el presidente municipal de San Mateo Atenco se envolvió en su bandera de “no es mi bronca” y respondió mediante un mensaje publicado en sus cuentas en redes sociales para dejar en claro que, al menos él, no va a mover ni un dedo para tratar de contribuir a solucionar el problema de la falta de gasolinas y diésel que afecta la región.

Julio César Serrano González, alcalde de San Mateo Atenco, oculta su ineficacia detrás del discurso político.

Julio César Serrano recurrió a lo que le queda de inteligencia, la cual, por cierto, no ha demostrado en los primeros tres años que tuvo la oportunidad de ser presidente municipal de San Mateo Atenco, para tratar de convencer a propios y extraños que “él no hará uso de recursos públicos para ir por gasolina”.

De inmediato, vecinos de San Mateo Atenco lo tundieron en sus propias redes sociales y le respondieron cosas como “no hace uso de recursos públicos para ir por gasolina, pero qué tal para comprar casa nueva”, o “qué va a hacer algo para solucionar la falta de gasolina, si no ha sido capaz de resolver en tres años el problema de inundaciones”.

“La voz del pueblo es la voz de Dios”, dicen por ahí, por lo que creo que ya no es necesario que aporte mi punto de vista sobre el “súper discurso” de alguien que lo único que evidentemente desea ocultar es su falta de capacidad.

 

La última y nos vamos…

 

Crece el rumor de la pronta sustitución de Raymundo Martínez Carbajal de la secretaría de Movilidad del Estado de México. No son pocas las causas, comenzando por el lío no resuelto de la aplicación de las medidas de “seguridad” en las unidades del transporte público, las cuales, por cierto, se “cayeron” cuando en la Cámara de Diputados le dejaron al descubierto que detrás de las empresas asignadas para equipar de cámaras y botones de pánico había una turbia relación entre los accionistas y el todavía titular de Movilidad.

No faltan razones para pensar en la salida de Martínez Carbajal, sobre todo en un momento tan complicado como el que actualmente enfrentan millones de mexiquenses que han tenido que dejar el vehículo particular y hacer uso de transporte público, por falta de combustibles.

Raymundo Martínez Carbajal, se tambalea.

Lo malo es que en este momento de crisis queda de manifiesto el estado real de nuestro sistema de transporte público mexiquense, que supuestamente regula el señor Martínez Carbajal, el cual, por cierto, hace un año hizo el compromiso de modernizar, sanear, regular y casi que dejarlo peinado para una buena foto. Lo cual no ocurrió, al menos hasta ayer que tuve la gran «oportunidad» de subir a una desvalijada unidad de esas muchas que circulan en el Valle de Toluca.

Miles han tenido que subir a jugarse la vida a un transporte público corrompido, donde es evidente que los operadores dan todas las facilidades a delincuentes para que suban a sus unidades a saquear las pertenencias de quienes ahí viajan, que no cumplen con las mínimas normas de seguridad, y que, además, cobran lo que quieren.

Hasta hace un par de semanas un viaje, por ejemplo, en taxi, costaba en promedio 35 pesos en cualquier punto del centro histórico de Toluca, mientras que no abandonara los límites de la ciudad, pero hoy, cuando barato, el mismo viaje es de 50 pesos.

El argumento lógico es la escasez de combustibles. Los choferes de taxis dicen que tienen que recuperar rápido las muchas horas que están invirtiendo para ir a formarse frente a las gasolineras a esperar que les llenen el tanque, por lo que ahora los viajes son cortos y caros.

¿Y la secretaría de Movilidad? ¿Los inspectores que tendrían que impedir que cada quien cobre lo que le venga en gana? Pues seguramente en el mismo lugar que el titular del área, Raymundo Martínez Carbajal, a quien ya lo extrañan por su oficina, y cuando va, solamente es con el fin de verificar que siga cobrando. ¿O no?

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