Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

 

La Antorcha Campesina debe extinguirse

 

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es claro cuando coloca la mira sobre sus objetivos específicos, y en ese nivel está ahora la organización política y social autodenominada como Antorcha Campesina, que a nivel nacional encabeza Aquiles Córdova Morán, y que en el Estado de México tiene a algunos de sus “mejores” exponentes como Marisela Serrano y su marido Jesús Tolentino Román Bojórquez.

La “Antorcha Mundial”, como la denomina sarcásticamente el propio López Obrador, tiene las horas contadas y pueden cruzarse apuestas de cuánto tiempo durará en el escenario nacional. Es un hecho que para el titular del Ejecutivo federal esa supuesta organización social debe extinguirse.

El autodenominado “Movimiento Antorchista” fue fundado en 1974 en el municipio de Tecomatlán, localizado en la región de la Mixteca Baja, en el estado de Puebla, por un grupo de 40 universitarios y campesinos encabezados por el ingeniero agrónomo Aquiles Córdova Morán, actual Secretario General del Movimiento.

Ciertamente se trató de un movimiento de reivindicación social, de esencia campesina, que buscaba defender las causas de quienes vivían en zonas rurales marginadas, y que las únicas tierras que tenían eran las que llevaban en las uñas.

Como todo movimiento de tintes socialistas, Antorcha Campesina cursó el camino del levantamiento y el enfrentamiento a la autoridad constituida, por lo que los gobiernos priistas de finales de los años setentas y principios de los ochentas, comprendieron que eran mejores como “aliados” que como “enemigos”, y ahí nació un “matrimonio” que poco a poco se prostituyó y terminó lamentablemente en lo que ahora es Antorcha Campesina.

Los gobiernos priistas alimentaron en ese movimiento, sobre todo cuando descubrieron que les podía ser útil, porque como todo perro hambriento era capaz de fungir como arma letal cuando se trataba de enfrentar a los adversarios políticos, a cambio de un poquito de “alimento”.

Antorcha Campesina y el lucrativo negocio de los pobres.

Sin embargo esa negra relación entre priistas y antorchistas se salió de control al paso de los años; en primera, porque los gobiernos, y hablo en plural porque no fue solamente el gobierno federal el responsable, hicieron crecer exponencialmente al número de pobres que reclutaba Antorcha Campesina para formar las hordas humanas que movilizaba a favor de los intereses del Partido Revolucionario Institucional, sobre todo cuando se trataba de ganar elecciones.

En segundo término, sin que se dieran cuenta los gobiernos del otrora partido casi único de este país, los campesinos se salieron de las zonas rurales y, con base en movimientos migratorios naturales derivados de la carencia económica, se fueron a las ciudades a formar cinturones de miseria hacia donde se trasladó la presencia del antorchismo, lo que hace que ahora la fuerza de esa organización no esté precisamente en el campo, como su nombre de “Campesina” le refiere, sino más bien en los centros de marginación urbana, y si de esos hablamos por supuesto que el “imperio” está en el Estado de México.

La zona oriente de esta entidad, municipios como Chalco, Valle de Chalco, Chimalhuacán e Ixtapaluca son precisamente el “fuerte” de esa negra organización, desde donde aprovechan vilmente la pobreza de la gente para sus fines políticos y económicos.

En este mismo espacio comenté ayer acerca de la tonta conferencia que el diputado Telésforo García Carreón ofreció en Toluca el martes, en la cual “destapó” los más de 60 negocios que tiene ahora esa organización. Sí, negocios. No solamente gasolineras que hoy están bajo la mira de la autoridad por presuntamente vender combustibles robados, sino tiendas departamentales y hasta hoteles.

Ese es el “desarrollo” que Antorcha Campesina logró en estos años. De defensores de las causas campesinas a empresarios.

Sin embargo, lo más grave del asunto no es que los antorchistas se hayan hecho de sus “negocitos” para disfrute de sus dirigentes, por supuesto, porque de éstos poco o nada es lo que llega a las masas militantes. No, el verdadero negocio de Antorcha Campesina no es el que dijo el diputado Telésforo García Carreón, el fondo económico multimillonario que opera esa organización proviene precisamente de los pobres.

Los pobres son el mejor negocio de los dirigentes de Antorcha Campesina, desde Aquiles Córdova Morán hasta los grillos con que opera en suelo mexiquense, sobre todo el matrimonio de Marisela Serrano y Jesús Tolentino Román Bojórquez.

Trataré de explicar de forma muy resumida dónde está el negocio de los antorchistas. Los dirigentes, insisto.

Antorcha Campesina se dice defensor de las causas de los pobres, y como hay muchos pobres, pues agrupa a los más que se puede. Como a los pobres les hace falta prácticamente todo: vivienda, servicios, empleo, educación, pues Antorcha Campesina se encarga de “brindarles” esos satisfactores.

Antorcha Campesina se apropia de todos los terrenos que puede en el país, no solo en el Estado de México, para ahí fundar sus “colonias antorchistas”. Se vuelve en “fraccionador”, por supuesto ilegal, y al cabo del tiempo se pone a repartir lotes de hasta 10 metros cuadrados para que los más necesitados levanten ahí paupérrimas viviendas con cartones o cualquier cosa que logran rescatar de tiraderos de basura.

Luego, ya entrados en negocios, pues les ofrece “créditos”, sí, dinero para comprar materiales de construcción con qué fortalecer esas paupérrimas viviendas, comienzan con láminas de asbesto y metal, y luego pasan al cemento, tabicón y cualquier cosa para “endurecer” los muros que en principio fueron hasta de papel o de las lonas que se adjudican en las campañas electorales.

Una vez que la “colonia antorchista” ha sido levantada, viene otra parte importante del negocio, que es la prestación de servicios básicos como energía eléctrica y agua potable, la cual, en el mayor de los casos, simplemente se la roban de las instalaciones públicas para llevarla con “diablitos” y mangueras hasta las colonias. Por el miedo que les tienen, dado el grado de violencia con el que actúan, normalmente las autoridades y empresas prestadoras de los servicios de agua potable y electricidad no les cortan ese tipo de instalaciones, porque saben que tendrán enfrentamientos muy graves.

De ahí pasan a otros servicios ya más elaborados, entre los que destaca la educación. Antorcha Campesina crea sus propias “escuelas”, también paupérrimas al principio, también en dizque salones de lámina o de cualquier cosa que pepenen de la basura, y ponen al frente como “maestros” a aquellos cuadros juveniles de su organización que lograron por lo menos terminar la educación básica.

Prácticamente ninguno de sus “maestros”, que son cientos, tal vez miles en todo el país, cursó nunca la educación normal, menos cuentan con alguna licenciatura en Pedagogía o algún área afín que les permita enseñar a otros, pero eso les vale gorro y esos son los que “educan” a sus cuadros básicos de pobres.

En todos estos trámites hay dinero de por medio. Los lotes que “reparten” tienen precio, hay que pagar, aunque sea de poquito en poquito, pero hay que cumplir con la “organización” so pena de sanciones que pueden llegar a la expulsión de Antorcha, y quizá eso le dolería a pocos, si no fuera porque la expulsión de la organización implica también ser despojado del mismo terreno y sacado por la fuerza, siempre de forma violenta, del lugar donde se “fundó” la colonia antorchista.

Los créditos para materiales de construcción evidentemente hay que pagarlos, a pesar de que la mayoría del cemento, varilla, mortero, láminas y tabicón proviene de programas gubernamentales, a los cuales están inscritos por supuestos, pero los líderes de Antorcha Campesina deciden a quién se entrega y a quién no ese tipo de beneficios.

Pero como la gente es humilde y de muy escaso nivel educativo, si no es que nulo, en la mayoría de los casos, pues nunca se enteran de que esos materiales de construcción no fueron comprados, sino que los desviaron de programas de desarrollo social, federales, estatales, municipales, y antes, al menos en el Estado de México, en muy buena medida de los fondos que administraban los diputados locales para “gestión” social, el llamado Programa de Apoyo a la Comunidad (PAC).

El acceso a los servicios de agua potable y energía eléctrica por supuesto que los dirigentes los cobran a los “beneficiarios” de sus supuestos programas de apoyo a los más necesitados, a pesar de que en realidad tanto el agua como la luz en la mayoría de los casos es robada de postes y mediante válvulas conectadas ilegalmente a las redes hidráulicas municipales.

Y la educación antes descrita no escapa del mismo esquema, aunque sea muy poco, también se le cobra a cada padre de familia que lleva a sus hijos a las ”escuelas” antorchistas, y de ahí sale para pagar a los “maestros” y para ir fortaleciendo la infraestructura, al tiempo que presionan con movilizaciones, marchas, plantones, huelgas de hambre y otras “estrategias” para que la autoridad federal, estatal y municipal ceda y al paso de los años brinde el reconocimiento oficial de esos planteles.

Cuando lo logran, como también presionan para que las autoridades reconozcan sus “colonias antorchistas” y luego les den servicios públicos formales, pues ellos siguen cobrando a los “beneficiarios”, y ese dinero por supuesto va a parar a los dirigentes.

Por último, está el negocio del empleo. Antorcha Campesina es actualmente la red más grande en el país de empleo informal oficializado. Aunque suene ridículo, esto existe. Se trata de que el que no tenga empleo lo puede conseguir fácilmente en la misma organización, siempre que se esté dispuesto a compartir ganancias y aportar una renta permanente.

Por supuesto que no se trata de plazas laborales ni legales ni formales, son simplemente “amparos y permisos” para ejercer el trabajo informal como vendedores ambulantes, limpiadores de calzado, cargadores en mercados y centrales de abasto, e incluso operadores de unidades de transporte público, irregulares, por supuesto, que los dirigentes tienen y operan al interior de sus misma zonas de influencia: los cinturones de miseria de las zonas urbano-populares.

En Antorcha Campesina se ofrecen créditos para hacerse de un carro de papas, hotdogs, hamburguesas, tacos de canasta, entre otros, siempre y cuando se entregue una cuota fija del dinero obtenido en las ventas, crédito que incluye ya el “amparo” y la “representación” legal del vendedor, a sabiendas que violará la ley al ejercer el comercio en vía pública.

Pero en Antorcha Campesina todo se puede, todo se logra, todo se obtiene, y no porque sean muy fregones sus dirigentes para pelear a favor de los pobres, sino porque son un grupo de verdaderos bandidos decididos a cualquier cosa con tal de seguir viviendo a expensas de los demás, a enriquecerse de las constantes cuotas que aportan sus afiliados.

Alguien va a cuestionar e incluso ellos tratarán de decir que ¿cómo se puede vivir de los pobres si éstos nada tienen? La respuesta es simple, si tienen, muy poco, pero tienen, y la misma organización, que algunos consideran una verdadera mafia, se encarga de que todos produzcan, de una forma u otra, para de ahí mismo enriquecerse.

Hace poco más de un año pregunté personalmente a Jesús Tolentino Román Bojórquez que cuántos miembros integraban su organización. Son desparpajo me respondió que en el Estado de México eran más de 500 mil los antorchistas. Vamos a creerle.

Si cada uno de los 500 mil antorchistas aporta a esa organización diariamente 1 peso, que es lo que le cobran por ejemplo a los pepenadores que tienen trabajando en los basureros, entonces estamos hablando de medio millón de pesos que llega a las arcas de la “Antorcha Mundial”, como le dice López Obrador. ¿Qué persona no sería feliz y viviría a todo lujo con un ingreso de 500 mil pesos diarios? Así es el negocio antorchista que pretende extinguir nuestro Presidente de México.

 

Se Busca

 

Agradeceremos a las autoridades correspondientes que emitan una Alerta de búsqueda a favor de José Manuel Uribe Navarrete, a quien la última vez que se le vio con vida, recogió la Toma de Nota en la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado de México como secretario general del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México, lo cual ocurrió el pasado 11 de diciembre.

De entonces a la fecha nada se sabe de este ilustre profesor que tanto luchó para hacerse de ese puesto, para dirigir a uno de los gremios más importantes del Estado de México, el de los profesores que tanto orgullo dan a esta entidad.

Uribe Navarrete está desaparecido. Prometió ponerse a trabajar “desde el primer día”, si ganaba la elección, lo cual, según la autoridad laboral del Estado de México, sí logró. Entonces ¿qué andará haciendo el profesor?

José Manuel Uribe Navarrete, que alguien le avise que ya es tiempo de que se ponga a trabajar.

Pasada la elección interna del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México Uribe Navarrete se metió en un lío jurídico pues su más cercada competidora demandó la presunta ilegalidad del proceso, por eso, aunque rindió protesta como secretario general, una vez que el órgano electoral falló a su favor, tuvo que mantener bajo perfil hasta que la situación se resolviera en instancias judiciales.

Incluso hubo un amparo que la autoridad federal otorgó a la planilla opositora a Uribe Navarrete y que lo inmovilizó un tiempo, pues se trató de una especie de suspensión que ordenó, en su momento, que él no podía ejercer el cargo hasta tener en las manos la llamada toma de nota, que no es otra cosa que el reconocimiento legal a un sindicato, a su dirigencia.

Pero creo que alguien le debería avisar que eso ya pasó, que ya puede ponerse a trabajar, que ya es hora de cumplir lo mucho que prometió durante su campaña, lo cual, por cierto, en caso de cumplirse será de mucho beneficio para el magisterio mexiquense. Ojalá así sea.

Así es que si alguien lo conoce y lo ve por ahí, pues por favor avísenle que llegó la hora de chambear, y si lo está haciendo, pues sería conveniente recordarle que en este negocio de los personajes públicos lo importante no es poner el huevo, sino cacarearlo. Mientras trabaje debajo del escritorio o solo él sepa que lo está  haciendo, pues difícilmente sus agremiados, más de 100 mil maestros del Estado de México, se enterarán siquiera de que existe. Santo que no es visto, no es adorado. No lo olvide.

 

PRD en extinción

 

Si bien es cierto que todos los partidos políticos en el Estado de México están en crisis, a excepción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), hay uno que verdaderamente está patas para arriba, y ese es el Partido de la Revolución Democrática.

El ahora diputado local Omar Ortega Álvarez, quien cobra puntualmente al mismo tiempo en la Cámara de Diputados y en el Comité Directivo Estatal, está a punto de perder uno de sus jugosos “huesos”, porque en unos días más será reemplazado por un “consejo directivo”.

El problema no es que se cambie dirigente, eso tendría que ser un proceso normal, por decir lo menos, el asunto de fondo es que no existen condiciones para llevar a cabo esa transformación, esa democratización como elegantemente le llaman algunos perredistas a nivel nacional.

Omar Ortega Álvarez dejará de tener doble salario, se le acaba el periodo como dirigente del PRD.

El caso es que ahora el poder político de ese partido ya no recaerá en un solo hombre, como sucede hasta el momento, sino que la idea es crear un “consejo de notables” en el que estén representadas las llamadas “tribus” que han hecho famoso a ese instituto político-electoral.

Se dice que el consejo directivo tendrá cinco miembros, pero el problema es que, al menos en el Estado de México, las tribus dominantes del perredismo son más de cinco, muchas más, y por lo que será casi imposible ponerse de acuerdo, asunto en el cual nunca han sido buenos, pues el PRD es algo así como una olla de presión en la que cada uno lucha por sus propios intereses, y el partido es lo de menos.

Ahí viene una nueva “fuga de talentos”, porque en el PRD así se arreglan las cosas, cuando alguien no está conforme, simplemente se va, y más ahora que existe una alfombra roja, o quizá debo decir guinda, que conduce directamente a Morena, a donde van a parar todos los cartuchos que ya no son útiles en el PRD.

Refundación, cambio de siglas, nuevo diseño de logotipo, eso en realidad pasa a un segundo plano, lo que necesariamente tiene que lograr el Partido de la Revolución Democrática es unidad, acuerdo, reconfigurarse al interior, ya lo de la fachada se puede arreglar después.

 

La última y nos vamos…

 

El diputado local del Partido Acción Nacional, Edgar Olvera Higuera, podría pasar a la historia estatal, no por su “legado” legislativo, sino por ser el primero, en esa posición, en ser sometido a juicio político y desafuero.

En la Contraloría del Poder Legislativo del Estado de México se integra un interesante expediente sobre las presuntas responsabilidades administrativas en que habría incurrido Olvera Higuera en su reciente gestión como presidente municipal de Naucalpan.

Se han girado oficios ya para citar a proveedores que presentaron denuncia formal en su contra, quienes están reclamando el pago de adeudos diversos que dejó pendiente el ex presidente municipal de Naucalpan.

Edgar Olvera Higuera, en la mira, tiene mucho qué explicar sobre el quebranto financiero que dejó a su paso como alcalde de Naucalpan.

De integrarse adecuadamente el expediente, el próximo periodo ordinario de sesiones podría distinguirse por su “calor” político derivado de la lucha frontal en contra de la corrupción que tienen como bandera permanente los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional, en lo cual Edgar Olvera parece ser que es el primer objetivo.

Dicen quienes saben que la información sobre las presuntas anomalías administrativas y financieras de la gestión de Edgar Olvera en Naucalpan no provienen exactamente de la actual administración municipal que ahora encabeza Morena en la persona de Patricia Durán Reveles, sino que son los propios ex colaboradores del panista quienes han acercado interesante información que podría ayudar a desenmascarar el asunto y revelar dónde fueron a parar algo así como 150 millones de pesos que andan haciendo falta en la tesorería municipal, o que por lo menos hasta el momento no han sido capaces de comprobar en su gasto lícito.

Es muy interesante ver que cada vez que Diario Puntual publica en internet y redes sociales algo relacionado con el presunto desvío de recursos en Naucalpan, hay decenas de ciudadanos de esa localidad que responden con mucho ánimo y ofrecen más y más información al respecto.

¿De qué tamaño será el asunto como para que haya tantas personas enteradas y dispuestas a colaborar con su puñito de tierra para la fosa que presumiblemente ya le cavan en la Contraloría del Poder Legislativo al “ilustre” panista? Veremos pronto. ¿O no?

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