Por: José Contreras Contreras
Extinción perredista
Una semana después de la elección constitucional del pasado 1 de julio del año 2018, cuando López Obrador y Morena arrasaron en las urnas en todos los niveles, escribí aquí una opinión en la que señalé que, tras esos resultados, el Partido de la Revolución Democrática era el más proclive a la extinción; señalé las causas que venía para el exterminio total de esa fuerza política, y muchos me tacharon de loco y debatieron que el PRI era el más afectado. Ayer se dio el primer paso en un proceso de extinción que no tiene reversa para el llamado partido del sol azteca.
Podemos señalar este martes 19 de febrero como el día que comenzó la muerte del PRD en el país. La salida de nueve diputados federales de ese instituto político, entre ellos el mexiquense Javier Salinas Narváez, y el anunció “extraoficial” del abandono al PRD del senador de Nezahualcóyotl, Juan Zepeda, ex candidato a gobernador del Estado de México, dejó al borde del colapso a ese partido político, el cual tendrá que hacer algo urgente en las próximas horas para evitar pasar a la historia.
Dicen que todo principio tiene un fin, y en el caso específico del Partido de la Revolución Democrática hay que reconocerle que su inicio marca un antes y un después en la política nacional, pues hay que recordar que la suma de esfuerzos de grandes hombres de la izquierda mexicana como Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, entre otros, dio origen a lo que primer se conoció como Frente Democrático Nacional, y luego se convirtió en lo que hoy conocemos como PRD.
El PRD en etapa terminal.
Pero esa gloriosa historia perredista está a punto de concluir, y para comenzar el PRD está a punto de quedarse sin grupo parlamentaria tanto en la Cámara de Diputados federal como en el Senado de la República. Me explico. Para que un partido político sea reconocido como tal y signifique una “fracción” en las cámaras de representación de este país, éste debe cumplir con un requisito fundamental: la cantidad de diputados o senadores, según sea el caso, que lo representan en el Poder Legislativo.
Para el caso del Partido de la Revolución Democrática, la renuncia de nueve de sus diputados federales pone a ese partido político a un paso de quedarse sin “fracción parlamentaria”, y, si en las próximas horas se confirma la renuncia al PRD del senador rockero, Juan Zepeda, entonces ahí sí, en el Senado de la República, se quedará sin representación como partido, porque ya no tendrán la cantidad mínima necesaria para que el partido del sol azteca siga siendo reconocido como “bancada”.
Si un partido político no cuenta con “bancada” en la Cámara de Diputados o de Senadores, es simplemente como si no existiera. Los pocos diputados y senadores de origen perredista que ahí queden podrán seguir asistiendo, prácticamente a título personal, como representantes de un distrito determinado, pero ya no serán vistos ni respetados como parte de un partido político nacional, seguirán siendo diputados o senadores, pero nada más.
Cuando un partido político pierde presencia como bancada en la Cámara de Diputados federal o en el Senado de la República, se le acaba también una serie de “derechos”, que en realidad son prebendas para los partidos políticos en nuestro sistema político y de representación, lo cual parte desde el simple hecho de tener un área específica para sus diputados y senadores en los respectivos edificios que albergan al Poder Legislativo; el uso de insumos de trabajo que se asignan “por partido”, como automóviles, teléfonos celulares y hasta computadoras.
Pero ahí no para la cosa, este asunto se extiende directamente a recursos económicos asignados a cada partido político, no cosas materiales como los insumos antes descritos, sino específicamente dinero, dinero que se le da a cada partido político en proporción directa al número de diputados que integra su fracción o “bancada”, para de ahí pagar a los que les sirven, desde secretarias, choferes y asesores, lo que significa que no hablamos de 2 pesos, sino de mucho.
Si el PRD deja de ser “bancada” en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, pues perderá ese dinero del cual, hay que decirlo claramente, también se benefician los dirigentes de los partidos políticos, porque la “costumbre” política es que los diputados y senadores aporten directamente una parte de su salario a su instituto político, pero como ninguno de los diputados y senadores está dispuesto a que le quiten esa parte de su salario, entonces se utiliza el dinero que reciben por ser “bancada” en esas cámaras de representación para la “contribución voluntaria” a su instituto político.
¿Qué va a pasar si dejan de recibir ese dinero? ¿Los pocos diputados y senadores que queden van a cubrir ese “aportación voluntaria” con sus respectivos salarios? ¡Claro que no! Lo que sigue es que el resto de los diputados y senadores renuncien también al PRD, se declaren “independientes” o “diputados o senadores sin partido político”, para que no les sigan “ordeñando” sus salarios.
Si se corta esa fuente de financiamiento hacia la dirigencia del PRD, morirá de inanición, simplemente no podrá sostener ningún proyecto político sin ese dinero, lo que, evidentemente, causará su muerte definitiva. Eso es lo que ocurrirá en las próximas semanas, poco a poco, pero la vela se extingue irremediablemente en el PRD, y si no me creen, el tiempo me volverá a dar la oportunidad de decirles: se los dije.
Los responsables de la muerte del PRD
Detrás de cada homicidio siempre hay uno o más responsables, tanto materiales como intelectuales, y en el caso específico del Partido de la Revolución Democrática claro que hay quien originó lo que hoy está sucediendo y que tarde o temprano terminará con la exigua vida del partido del sol azteca.
Héctor y Víctor Bautista, exprimieron al PRD hasta extinguirlo.
Los hermanos Héctor y Víctor Bautista López son los responsables de la muerte del PRD. No hay que buscar mucho para saber que desde Nezahualcóyotl se fraguó el principio del fin de ese partido político.
Hay que reconocer que ellos también fueron los responsables de los tiempos de bonanza del PRD, cuando el PRD se convirtió en una auténtica fuerza opositora al sistema priista mexicano, ellos fueron los responsables de fortalecer la estructura priista, no siempre con estrategias o acciones muy transparentes, sino más bien basados en la presión, que casi se convirtió en extorsión, y posterior a ello en la negociación con el poder público, siempre para ganar más poder y, sobre todo, dinero.
Héctor y Víctor Bautista hicieron de Nezahualcóyotl el principal bastión perredista, ahí se acunaron y desde ahí lograron, hay que reconocerlo, contribuir a uno de los mayores éxitos en la historia del PRD, que fue ganar el gobierno de la capital del país, del otrora amarillo Distrito Federal, que junto con el cambio de nombre oficial a Ciudad de México parece que marcó también el final de la época del dominio perredista.
Los Bautista pusieron y quitaron alcaldes, diputados locales y federales, senadores, y en las negociaciones políticas contribuyeron a colocar gobernadores en el Estado de México, el más claro caso es Eruviel Ávila Villegas, quien si bien es cierto llegó a la gubernatura como candidato del PRI, lo cierto es que la presión que inclinó la balanza a su favor vino desde el PRD, cuando los Bautista negociaron, presionaron y difundieron con toda la fuerza que “si Eruviel no era candidato del PRI a la gubernatura, ellos lo abanderarían como candidato del PRD a la misma posición política”.
Esa histórica campaña de los Bautista hizo que Arturo Montiel Rojas “doblara” las manos y aceptara a Eruviel Ávila Villegas como candidato del PRI a la gubernatura mexiquense, lo que luego le cobraron a quien sí se convirtió en gobernador mexiquense con una larga lista de prebendas y beneficios económicos y políticos sin comparación histórica.
Así atesoraron la fortuna de la cual ahora gozan los hermanos Bautista, la cual nunca se les ha hecho suficiente, por lo que nunca han dejado de presionar y negociar, como su principal estrategia para siempre ganar del poder público.
Pero quizá a los hermanos Bautista se les pasó la mano y se les detuvieron las manecillas del reloj, nunca supieron cuando parar, y aún después de la grave derrota que el PRD cosechó el 1 de julio del 2018, gracias a su fallida alianza con el PAN, los hermanos Bautista no saciaron el apetito de poder y dinero y han seguido “mamando” como becerros de la ubre perredista.
Quienes rodean a Juan Hogo de la Rosa, actual presidente municipal de Nezahualcóyotl, no dejan de comentar, en murmullos primero y luego a voz abierta, que los Bautista ya tienen hasta el gorro al munícipe de Neza, como también hartaron al hoy diputado Juan Zepeda, a quienes no se cansan de recordarles que “son lo que son gracias a los Bautista”, y sin miramientos y con muy poca vergüenza, prácticamente viven extorsionándolos, siempre sacándoles dinero, “favores”, y uno que otro “apoyo”.
Por eso Juan Zepeda prefirió declararse “enfermo” hace casi un mes, solicitó licencia a su curul en el Senado de la República y puso tierra de por medio, y quienes saben de política aseguran que en las próximas horas regresará a retomar sus funciones legislativas, previa renuncia al PRD, y franca afiliación al partido Movimiento Ciudadano, donde directamente hizo la negociación para garantizar que ya no le sigan quitando la mitad de su salario, y que sea él nuevamente candidato a la gubernatura del Estado de México, pero ahora con base en una alianza de partidos políticos exclusivamente de izquierda.
Por lo que hace al presidente municipal de Nezahualcóyotl, municipio del cual prácticamente viven las finanzas del PRD hoy en día, pues el futuro de Juan Hugo de la Rosa está en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al cual se ha visto muy ligado incluso antes de la pasada elección presidencial.
Si Juan Hugo de la Rosa se declara fuera del PRD y corta el financiamiento que hasta hoy sostiene a favor del PRD, y se va a Morena, pues será como cortar el cordón umbilical a un no nato y dejarlo morir de inanición. Eso es lo que le va a suceder al partido del sol azteca, y la responsabilidad directa de todo esto es de los hermanos Bautista, así es que si a alguien hay que cobrar el homicidio, pues será a ellos.
¿Quién gana con la muerte del PRD?
Existen dos claros beneficiarios de la muerte del Partido de la Revolución Democrática, por un lado, el Movimiento de Regeneración Nacional, el cual ciertamente como que no necesita mucho a más perredistas que llegarán en la migración, y por otra parte el partido Movimiento Ciudadano también saldrá beneficiado por el movimiento.
Para Morena la llegada de cuadros como Juan Hugo de la Rosa no es significativa desde el punto de vista de renovación de cuadros, pero lo que sí podría garantizar es el triunfo en la próxima elección municipal de Nezahualcóyotl, con lo que eliminaría el último bastión perredista, y de paso Morena se adjudicaría uno de los presupuestos municipales más importantes del país para seguir fortaleciéndose como partido político.
«A río revuelto…» Morena el gran ganador
Dicen los que tienen dinero o poder que “un poco más, nunca está de más”, así es que Morena podría desbordar sus cajas, chicas y grandes, con el apoyo del próximo presidente municipal que seguramente pondrá Juan Hugo de la Rosa, o quizá se sacrifique para hilar un tercer periodo como alcalde, aunque sea por interpósita persona.
Para el caso de Movimiento Ciudadano las cosas no están nada fáciles, pues reconocido como un partido político “chiquito”, cualquier adición siempre será muy bien recibida, y si en verdad logran la incorporación de Juan Zepeda, pues darán un paso muy importante para contar con una estructura electoral real en Nezahualcóyotl, porque hay que reconocer que el senador Juan Zepeda, alias “El Mustang”, pandillero de corazón y rockero por vocación, resultó mejor operador político de lo que se esperaba, y ahora cuenta ya con un verdadero movimiento político en los barrios más “gruesos” de esa localidad.
Movimiento Ciudadano podría bien salir muy fortalecido con la llegada de juan Zepeda, porque a lo mejor tendría en él al verdadero dirigente que el llamado partido naranja siempre ha buscado en el Estado de México, un ser capaz de movilizar y activar a la sociedad para hacer proselitismo y ganar elecciones. Juan Zepeda sabe hacerlo, ya lo demostró como candidato a gobernador y como candidato a senador, por eso está ahí.
La última y nos vamos…
En toda esta revolución política que implica la extinción del Partido de la Revolución Democrática el PRI debiera de aprovechar la coyuntura y salir beneficiado, pero no sucederá así porque carece hoy de un verdadero operador político capaz de sentarse en la negociación política con cuadros tan valiosos como Juan Hugo de la Rosa o Juan Zepeda.
El PRI está desarticulado y no cuenta con una mano “fina” para sacar provecho de esta circunstancia. Los tecnócratas que hoy integran el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional saben hacer muchas cosas, quizá, pero política no, y para sacar provecho de un sisma como el que se vive en el PRD hace falta mucho más que haber ido a la primaria de la política.
Alejandra del Moral, incapaz de tejer fino.
Por ahí se rumora el regreso, ahora como dirigente estatal del PRI, del profesor Arturo Osornio Sánchez, hombre con muchas horas en la política mexiquense, verdadero operador, que, de ser cierto su arribo, haría que regresaran los verdaderos políticos a trabajar en el PRI para su pacificación, reordenamiento y reestructuración que dé paso a la resurrección del tricolor.
Pero hoy no está como para esas lides, como para tejer fino y convencer a los perredistas de venir a fortalecer al PRI.
Si el PRD se hizo grande y alcanzó su madurez política en Nezahualcóyotl, hay que recordar que lo hizo con base en la estructura política que en otros tiempos era precisamente del PRI, y lo más sencillo sería devolver al César lo que es del César, pero lamentablemente, al menos en ese aspecto, el PRI está manco, cojo y hasta ciego, al menos por el momento. ¿O no?