Visión Puntual

+ La política de la intimidación enrarece la elección en Edomex

+ La crisis política de Valle de Bravo y la poca sensibilidad de Alejandra del Moral

+ Y la autoridad estatal ¿dónde andará?

+ Los “partiditos” que convirtieron la contienda electoral en un jugoso negocio.

+ Froylán Santana les da la vuelta en el Distrito federal 18 y rompe el “carro completo” que tanto presumen los panistas

Por: José Contreras Contreras

Nada más alejado de la democracia que el proceso electoral que vive actualmente el Estado de México. Las propuestas quedaron a un lado y la ley del más fuerte ha salido a relucir no solo en lo financiero ni en las estructuras electorales, sino en la violencia política.

Desde el primer minuto del 30 de abril, cuando se abrió el proselitismo para elegir presidentes municipales y diputados locales en el Estado de México, parece que se abrió la Caja de Pandora para dar lugar a un ambiente turbio y oscuro donde lo de menos es qué opinan los ciudadanos, pues ahora los partidos políticos, los grupos delictivos y los intereses poco claros se han apoderado de las campañas políticas.

Hay caos más famosos que otros, quizá por lo mediático de los involucrados, pero lo cierto es que son decenas de acontecimientos que han venido a enrarecer las campañas proselitistas pues se ha hecho uso de la intimidación, del agandalle y de la represión para tratar de inclinar la balanza a la hora de la votación.

En otros tiempos fue el uso del dinero, bajo la premisa de que el que tiene más saliva come más pinole, y, al calor de ese recurso, se trató y, en muchos casos, se logró inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato para convertirlo en alcalde o diputado.

Entonces se habló mucho sobre el origen del dinero y se resumió en dos fuentes principales: los gobiernos federal, estatales y municipales en apoyo de sus respectivos partidos políticos, y los grupos delictivos que podían “inyectar” a favor de cualquiera para hacerlo que arrasara en cualquier elección.

Sin embargo, los mecanismos de “control” que desarrolló la autoridad electoral, vía la fiscalización sobre el origen de los recursos que operaban en las campañas políticas, parece que liberaron a otro monstruo, quizá más peligroso, que es ese fenómeno de violencia que hoy lamentablemente distingue a las actuales campañas políticas.

Y las manifestaciones de violencia van desde lo más bordo, como lo hace Antorcha Campesina en los municipios de la zona oriente donde paga a sus golpeadores para irrumpir en los actos de campaña de los candidatos de cualquier otro partido político, hasta los sofisticados mecanismos como los sicarios e intimidadores que se están utilizando en el sur y poniente mexiquense para “levantar” y amenazar a los candidatos e “invitarlos” a que se retiren de la contienda.

Este último “mecanismo” provocó, por ejemplo, que el novel partido político fuerza por México se quedara sin candidatos en municipios como Tlatlaya y Amatepec, donde ya estaban armadas las planillas municipales y los abanderados a diputados federales y locales y, una noche antes del registro, los implicados hablaran por teléfonos a los dirigentes estatales para informarles que no iban a participar porque habían recibido sorpresivas “visitas domiciliarias” en las que se les advirtió que, si lo hacían, podrían recibir peores represalias.

Pero Fuerza por México y Amatepec y Tlatlaya no son los únicos casos, como éstos hubo más en otras regiones del Estado de México, todos antes del inicio de las campañas proselitistas, y otros cuando éstas ya habían arrancado, pero en todos los casos el resultado fue el mismo: el retiro repentino de los candidatos.

LA CRISIS DE VALLE DE BRAVO

Quizá el caso más reciente y significativo es el ocurrido en Valle de Bravo, ese paraíso turístico donde pareciera que todo es miel sobre hojuelas, pero en realidad no es así, por el contrario. La situación en ese Pueblo Mágico está muy caliente, y no solamente porque literalmente a plena luz del día y en medio de una concentración de seguidores priistas un grupo de amedrentadores haya llegado a amenazar y “levantar” a la velocista olímpica Zudikey Rodríguez, candidata del tricolor a la presidencia municipal, sino porque eso desembocó el fin de semana una reacción en cadena, desde el ámbito político, que bien podría tener efectos inesperados en la elección que se llevará a cabo dentro de 14 días.

Es muy grave lo que ocurrió con la candidata del PRI a la presidencia municipal de Valle de Bravo, pero es todavía más escandaloso que el propio Partido Revolucionario Institucional, y en particular, su presidenta, Alejandra del Moral Vela, haya tenido la desfachatez de aparecerse precisamente en Valle de Bravo, el sábado pasado, para encabezar un acto proselitista de “apoyo” a sus candidatos, pero sin la presencia de Zudikey Rodríguez.

Ni una palabra en torno del “levantón” a la candidata a alcaldesa, mucho menos una postura firme y decidida en contra de la violencia electoral. Nada, absolutamente nada, como si a la dirigente estatal priista no le importara lo sucedido a su abanderada, en un tácito acto de complicidad con quienes presuntamente habrían ejercido ese tipo de acto de presión para tirar su campaña.

O simplemente no sucedió y todo e trató de un “montaje”, como incluso lo advirtió el presidente del Consejo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, Maurilio Hernández González, para tratar de atraer los reflectores e intentar “martirizar” a Zudikey Rodríguez para empujar y que levante su campaña, o la misma presidenta estatal del Partido Revolucionario Institucional, Alejandra del Moral Vela cedió ante la presión de las fuerzas oscuras y dejará la candidata a la presidencia municipal de hacer campaña por miedo o por precaución.

Cualquiera que sea el caso se trata de una decisión verdaderamente desafortunada, pues es tanto como enseñar a los grupos fácticos la “puerta” para su intervención en las elecciones estatales y federales. Si alguien les estorba, si no les acomoda en sus oscuros intereses, pues ya saben ahora cómo se hace y cualquiera, sea o no de grupos de la delincuencia organizada, ya sabe qué es lo que debe hacer para descarrilar cualquier campaña.

AUTORIDAD TIBIA, GOBIERNO AUSENTE

Sin embargo, más allá de los partidos políticos, la autoridad federal, estatal y municipal es la responsable de garantizar que existan condiciones adecuadas para que el proceso electoral se lleve a cabo en los mejores términos el próximo 6 de junio, y eso no está ocurriendo.

La autoridad estatal se cansó de repetir desde el viernes que existe una mesa política en la cual están sentados todos los presidentes o representantes formales de los distintos partidos políticos para coordinar acciones para que las elecciones se realicen en paz y con plena civilidad.

Sí, es cierto, existe tal mesa política e incluso ya se suscribió un “pacto de civilidad” al que todos están comprometidos a respetar para que los ciudadanos puedan ir a las urnas con pleno respeto a su integridad física y que la voz de los mexiquenses se exprese libremente en las urnas a través del voto.

De que existe, sí existe, pero de que funcione o que aporte resultados concretos, pues la vedad no se ve muy claro. Los presidentes de los partidos políticos fueron con mucho interés a la primera sesión de tal mesa política, pero a partir de la segunda sesión las cosas han ido a la baja. Ya son solo o dos o tres partidos políticos cuyos dirigentes estatales acuden, ahora participan ahí los representantes de los representantes de los representantes, funcionarios de tercer o cuarto nivel en sus respectivos partidos políticos, sin mayor poder de decisión y mucho menos capacidad para garantizar que las cosas transcurran en paz en las elecciones por venir.

Estamos muy a tiempo de que la situación se corrija y mejore, pues, de no hacerlo, la paz y la estabilidad del Estado de México estará en riesgos, antes, durante y después del 6 de junio, lo que de manera alguna conviene a nadie de los involucrados en el proceso, y hay que recordar que en tal proceso, no solamente los partidos políticos son los involucrados, pues las elecciones, nos guste o no, compete a todos y cada uno de los ciudadanos y sus familias. Es decir, la elección es cosa de todos y todos deberíamos estar atentos a que el proceso no se vicie y mucho menos se empañe.

Cierto que durante años muchos exigieron que el gobierno, en sus tres niveles, se mantuviera al margen de los procesos electorales, sí en materia de organización y control, pero no puede ni debe hacerse a un lado en su responsabilidad intrínseca de verificar y garantizar que existan condiciones adecuadas para que la elección transcurra en los mejores términos, sobre todo que la vida de las personas –candidatos o no—no se ponga en riesgo.

EL NEGOCIO ELECTORAL

Donde las cosas se pondrán interesantes en los próximos días es en los llamados partidos políticos emergentes, esos a los que se les dio registro para participar en el actual proceso electoral y cuyo principal objetivo es la sobrevivencia; es decir, lograr mínimo el 3 por ciento de la votación general válida del país para ratificar su derecho a mantener el registro y, quizá lo más importante para algunos: seguir recibiendo recursos públicos, vía prerrogativas, lo que se convierte en el mayor atractivo para sus fundadores y promotores.

En eso partidos “chiquitos”, los cuales difícilmente aspiran a triunfos en municipios o distritos, para el caso del Estado de México, hay un creciente descontento porque, al parecer, algunos se pasaron de listos y ya hicieron negocio previo a la posibilidad de mantener el registro y las consecuentes prerrogativas.

Sucede que al inicio del proceso electoral, los dirigentes de esas fuerzas políticas se acercaron con personas que tenían capacidad política o capacidad económica para sustentar una campaña política y, endulzándoles el oído, los convencieron de participar como sus candidatos, bajo la promesa de que recibirían “apoyo” de los partidos precisamente para desarrollar sus campañas.

Hubo montos pactados que se dijo que los candidatos recibirían antes del 30 de abril, día en que comenzó el proselitismo, lo que supuestamente se entregaría en cuentas que les ordenaron abrir ex profeso para tal objetivo y que una parte más de lo comprometido se entregaría en especie, principalmente vía utilitarios, que son todos esos artículos que se utilizan para la promoción de los candidatos y que van desde gorras, playeras, y otras cosas como tortilleros, vasos, tasas y una larga lista de propaganda.

Pues llegó el 30 de abril, comenzaron las campañas proselitistas y el dinero no llegó. Se les dijo que la autoridad electoral no había entregado a tiempo las prerrogativas, lo cual es falso porque tanto el Instituto Nacional Electoral como el Instituto Electoral del Estado de México cumplieron a tiempo y en forma con la entrega de los recursos, pero resulta que alguien por ahí se los quedó.

A la fecha los candidatos del Partido Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas, Verde Ecologista y otros siguen esperando que el recurso económico “aterrice” en sus cuentas, pero éstas siguen tan vacías como el día que las abrieron, y de los utilitarios ni hablar, porque tampoco llegaron. Mejor los candidatos tuvieron que echar mano de recursos propios para elaborar banderines, trípticos, lonas y cualquier cantidad de utilitarios para tratar de llamar la atención, todo a costa del recurso propio, porque el de los partidos sigue brillando por su ausencia.

Ya algunos candidatos preparan quejas que en este sentido presentarán ante los órganos electorales correspondientes, muchos reclamando a los institutos electorales –federal y estatal—la entrega de ese dinero, demandas que seguramente tendrán respuesta pronta con los comprobantes de que tanto INE como IEEM sí entregaron a los “partiditos” el dinero que les correspondía, por lo que ahora habrá que investigar quién se quedó por ahí con lo que no era suyo.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS.

La elección se ha tornado muy interesante. Los triunfos “seguros” que hace algunos meses tanto se presumían no serán así. Nadie en este momento se puede decir ganador, a pesar de los intentos de fundamentar sus “triunfos” adelantados en encuestas levantadas por distintas empresas, la mayoría de ellas sin registro ante la autoridad electoral, por lo que sus resultados carecen de certeza y seriedad.

Sin embargo, hay otros sondeos, más creíbles, que arrojan ya resultados inesperados en materia de intención del voto. Un ejemplo paradigmático en este sentido es lo que ocurre en el Distrito federal 18, con cabecera en Huixquilucan.

En ese territorio se daba por descontado el “carro completo” para el Partido Acción Nacional, el cual ha detentado el poder político los últimos cinco años. El PAN juraba –todavía hace unas semanas—que, sin coalición– ganaría la presidencia municipal, la diputación local, la diputación federal y, de paso, otra curul en la próxima Legislatura local por el principio de representación proporcional desde la cual pretende establecer a su próximo coordinador de esa fracción.

Pero las cosas se le han complicado. Por lo menos en la elección del diputado federal en el Distrito 18, con cabecera en Huixquilucan, el candidato panista se rezaga peligrosamente y ahora el abanderado del Partido Revolucionario Institucional, Froylán Santana Gil, marcha a la cabeza en las preferencias electorales.

Dicen que la confianza mató al gato y eso es lo que les está ocurriendo a los albiazules de Huixquilucan, creen que la tienen “comprada” y no es verdad. Dicen que “en política lo único seguro es que no hay nada seguro”, y el próximo 6 de junio parece que se llevarán una decepción muy importante en una tierra que creían dominada.

Froylán Santana Gil está demostrando que más “sabe el diablo por viejo que por diablo” y ya se les fue arriba en todos los sondeos con más de 30 puntos en las preferencias electorales, seguido del PAN con menos de 25 puntos y con 15 Morena. Serán 14 días muy intensos de proselitismo, previo a la elección del 6 de junio, y este tipo de sorpresas podrían registrarse en otras latitudes como Cuautitlán Izcalli donde el “vende candidaturas” de Daniel Serrano ya se cree alcalde sin darse cuenta que cada día está más lejano su triunfo para el cual fue capaz de vender hasta su abuelita. ¿O no?

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