Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

¿Educación o salud?

La disyuntiva es ¿regresar o no regresar a clases presenciales el 30 de agosto? El gobernador Alfredo del Mazo ha sido más que disciplinado para llevar la fiesta en paz con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de forma inteligente ha respaldado todas las medidas que desde el Gobierno de México se han dictado, no solo en cuestión de pandemia sino prácticamente en todos los ámbitos de la administración pública.

Sion embargo, en esta ocasión la situación no es tan sencilla, pues todo el mundo puede hacer cuentas “alegres” y proyecciones ligeras sobre lo que sucederá si eventualmente se manda a las aulas a casi 4.5 millones de niños y jóvenes que integran la plantilla educativa mexiquense.

Ninguna otra entidad del país cuanta con un sistema educativa estatal tan robusto como el Estado de México, por lo que lo que en cualquier otro lugar pueda ser una “gripe”, acá se podría tonar en pulmonía, pues no es lo mismo un brote de contagio de Covid-19 en una escuela de 200 o 300 alumnos, como las hay en Oaxaca, Guerrero o Hidalgo, que en un plantel donde hay más de mil estudiantes como muchas mexiquenses de Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla e incluso de la capital del Estado de México.

Acá las cosas tienen que darse con el doble de cuidado que en cualquier otra entidad del país, más si se considera que en estos momentos ya son muchos los hospitales que reportan saturación, y si a eso se le va a sumar un factor de riesgo tan importante como podría ser meter en una sola escuela a cientos de infantes o adolescentes, pues en una de esas provocamos que la atención hospitalaria se desborde y la capacidad de respuesta se derrumbe, con las trágicas consecuencias que eso puede representar.

Sin embargo, también hay que comprender que en este asunto del regresar o no a clases presenciales hay también factores políticos muy importantes que deben tomarse a consideración, y uno de ellos, quizá el principal, es que la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez es mexiquense.

Delfina Gómez Álvarez

Sobre los hombros de la profesora Delfina Gómez descansa una gran responsabilidad, pues ella ha sido la directamente encargada de que la voluntad del Tlatoani de Macuspana se cumpla al pie de la letra en materia de regreso a clases presenciales, por lo que aquellos de que “llueve, truene o relampagueé se volverá a clases el 30 de agosto” podría poner en peligro a miles de niños y jóvenes del Estado de México con tal de cumplir la voluntad de la máxima autoridad de la Cuarta Transformación.

Ya tenemos la experiencia de que para el gobierno de López Obrador los criterios científicos y técnicos pasan a una segundo o tercer nivel de importancia cuando se trata de hacer valer sus metas políticas, así ha sido a lo largo de año y medio que este país ha enfrentado la peor pandemia del último siglo. Entonces, que a nadie le extrañe que con tal de cumplir el designio del inquilino del Palacio Nacional la profesora Delfina Gómez haga valer su poder y mande a las aulas a todos los niños mexiquenses, así como a los adolescentes y jóvenes que forman parte del sistema educativo nacional.

Ahora lo interesante será ver hasta dónde llega la firmeza de Alfredo del Mazo Maza, a quien ciertamente se le ha visto prudente y firme en el manejo de la pandemia de Covid-19, pero quien nunca a ocultado su cercanía con el señor López Obrador y a quien difícilmente se le pondrá en contra en esta ocasión tan importante.

Hay que tomar en cuenta que si el regreso a clases presenciales le resulta bien al gobierno de la Cuarta Transformación, no habría mayor éxito político para los morenistas, pero si la medida fracasa, como es muy probablemente que suceda, no porque uno lo desee sino porque las condiciones sanitarias así lo permiten visualizar, entonces será un paso atrás muy importante para los seguidores de López Obrador.

Así de importante será el regreso a clases presenciales en materia política. Aparentemente se trata de un asunto que no debería salir de lo sanitario y educativo, pero no es así, en realidad se trata de la próxima jugada importante en materia política para el país. Quien resulte vencedor en esta disyuntiva, dará un paso multidimensional hacia la próxima contienda electoral en este país.

Si a López Obrador le sale bien el regreso a clases, recuperará en buena medida la confianza ciudadana y el respaldo político que el pasado 6 de junio se observó que ha sido minado para su causa, pero si no le resulta, la caída de la Cuarta Transformación será el comienzo de una tragedia anunciada en la que difícilmente habrá forma de reponerse en los dos años que faltan para volver a cuestiones de elegir candidatos e impulsarlos para ir en busca de la Presidencia de la República.

A nivel local el impacto de esta disyuntiva será también definitivo. Si Alfredo del Mazo Maza se deja llevar por su aparente apego al poder central y éste se equivoca y falla el retorno a las clases presenciales, arrastrará a su partido político, el Revolucionario Institucional, a una derrota anunciada dos años antes de comenzar el proceso político. Si, por el contrario, Del Mazo Maza se mantiene en la línea de los criterios científicos y técnicos y decide no aliarse a los designios de López Obrador y prioriza la salud de niños y jóvenes del Estado de México, y el tiempo le da la razón, estaría casi firmando el triunfo electoral de quien él mismo decida que lo suceda en el cargo que hoy ostenta.

Así es que esta misma semana se deberá definir la autoridad mexiquense y dar la cara a un asunto que parecería no tener mayor relevancia, pero en el cual están mezclados tantos factores que podría ser, por adelantado, el factor definitivo p mantenga o no el control de la gubernatura del Estado de México por un sexenio más.

Así es que hagan sus apuestas: Respaldará Del Mazo a López Obrador y a su ejecutora Delfina Gómez Álvarez en esta arriesgada decisión que parece ser más producto de la imposición que sustentada en factores y criterios técnicos y científicos, o se desmarcará de una vez por todas de la sombra presidencial y asumirá una decisión más consciente y valorada en la que se ponga por encima de cualquier criterio el bienestar de las y los mexiquenses, sobre todo de los menores de edad que en este momento no cuentan con ningún tipo de protección, a través de las vacunas, para hacer frente a la pandemia de Covid-19.

La UAEM pone el ejemplo

Haciendo uso adecuado e inteligente de la autonomía, en el mejor sentido de la palabra, el Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Carlos Eduardo Barrera Díaz, sí antepuso el bienestar de alumnos y profesores a cualquier instrucción enviada desde la Presidencia de la República e inteligentemente determinó, con el respaldo del Consejo Universitario, que era mejor adoptar un sistema mixto en el semestre que arrancó apenas el martes pasado.

Así los alumnos del bachillerato, licenciaturas, maestrías y doctorados permanecerán en sus casas tomando clases a distancia, en un 90 por ciento de los contenidos programáticos, dejando un escaso 10 por ciento de visitas a los planteles de la UAEM, únicamente a desarrollar prácticas y otras actividades que definitivamente no se pueden ejecutar en casa.

Carlos Eduardo Barrera Díaz

Sin embargo, estas actividades como las prácticas de laboratorio se llevarán a cabo con aforos limitados y bajo estrictos protocolos sanitarios, que van desde el uso obligatorio de cubrebocas para todos los asistentes hasta la desinfección de espacios antes y después de las sesiones presenciales.

Qué bueno que el Rector haya antepuesto el bienestar de la comunidad universitaria a cualquier capricho y que, al menos en la Universidad Autónoma del Estado de México, “llueve, truene o relampagueé” sea primero la salud y la vida de los alumnos y después cualquier tipo de capricho, venga de donde venga.

Ojalá que el ejemplo puesto por el Rector Carlos Eduardo Barrera Díaz y el Consejo Universitario sea observado y seguido por los niveles básicos de la educación mexiquense, donde incluso existe mayor riesgo porque, como ya se dijo, para los menores de 18 años todavía no se ve para cuando se cuente con un esquema eficiente de vacunación contra la Covid-19.

Paralizada la justicia electoral

Envuelto en su peor crisis política y de credibilidad, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación está quedando muy mal a los mexicanos y ha dado prioridad a sus broncas internas, dejando para otro momento su principal obligación, que sería aclarar todas las inconformidades que arrojó la pasada elección del 6 de junio.

El Estado de México es una de las entidades del país que más elecciones “al aire” tiene todavía debido a que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no ha sido capaz de dictaminar respecto a esas inconformidades.

Son más de 14 los municipios mexiquenses donde los resultados conocidos por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Electoral del Estado de México podrían derrumbarse y dar paso, incluso, a nuevas elecciones, pues las inconformidades interpuestas y las pruebas entregadas por los quejosos han dejado de manifiesto que las del 6 de junio no fueron las elecciones más legales y correctas de las que se tenga memoria. Por el contrario, podrían considerarse como un gran catálogo de porquerías y marrullerías que derivaron en resultados “de dudosa procedencia”.

Aunque no se ha querido aceptar, porque a nadie en la política mexiquense le conviene, el asunto es tan grave como que hay casos casi comprobados de campañas políticas financiadas por dinero sucio, principalmente de la delincuencia organizada que es ama y señora de las tierras del sur, donde los malos hacen ganar a quien le viene en gana y para ello no solamente empleó el dinero a manos llenas, sino, además, la intimidación y el miedo para descarrilar las elecciones.

Ausente el Tribunal Electoral

Casos como esos son los que tienen almacenados en cajas de archivo muerto los magistrados que integran la Sala Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y de la misma instancia estatal, donde parece que no les corre prisa y el tiempo se detuvo para generar un vado político que conviene muy poco a la democracia mexiquense.

Ojalá que se resuelva pronto la crisis que vive en su presidencia la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se decida por cualquier vía quién es el verdadero presidente de esa instancia, porque hasta este momento hay dos cabezas visibles y ninguna de las dos con el peso suficiente como para tomar decisiones claras y contundentes.

A ver si ya teniendo un solo presidente de ese organismo, sus sucursales, como la asentada en la capital mexiquense, se ponen a trabajar de a deveras y asumen decisiones para aclarar o recomponer el proceso electoral que arrojó resultados poco claros y menos contundentes en distintos municipios de la entidad, y que, si no se corrige a tiempo, se puede poner en riesgo el futuro político de esas localidades.

La última y nos vamos…

Estos resultados electorales, confusos y manchados de todo, son en buena medida resultado de un pésimo trabajo del responsable de la política interior del Estado de México, donde se apostó por el “dejar hacer” antes de poner la mano firme y asumir la responsabilidad de sacar adelante un resultado claro y legal.

El Secretario General de Gobierno, Ernesto Nemer Álvarez, quedó a deber lamentablemente a los mexiquenses. La famosa Mesa Política que tanto presumió que sería la instancia para lograr acuerdos que favorecieran un proceso electoral ordenado y transparente resultó solamente un fiasco.

Ernesto Nemer Álvarez

No son pocos los dirigentes de partidos políticos que han hecho público que sí llevaron a esa mesa diferentes asuntos que era importante atender para llegar al 6 de junio con condiciones políticas favorables para el desarrollo de la elección en buenas condiciones; sin embargo, poco o nulo caso se le hizo a todo eso.

Asuntos como la intromisión de grupos de la delincuencia organizada en el desarrollo de las campañas políticas de los candidatos se planteó ante el responsable de la política interior del Estado de México, pero los dirigentes de los partidos políticos solo recibieron esquivas o muletillas como respuestas. “Tomamos nota, señores presidentes de partidos políticos, y vamos a tomar las medidas pertinentes para que esto no suceda más”, les dijo Ernesto Nemer Álvarez en más de una ocasión, sin que eso derivada en acción alguna que en realidad contribuyera a que las cosas resultaran mejor para las fuerzas políticas.

Esa actitud tan fría y distante, que derivó en la inacción de la instancia que encabeza, del Secretario General de Gobierno del Estado de México tendrá evidentes efectos en su proyecto de lograr la candidatura priista a la gubernatura de esta entidad. Era la mejor oportunidad de demostrar capacidad y firmeza en la operación política, y simplemente la dejó pasar.

“La tenía, era suya, y la dejó ir”. ¿O no?

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