LAS PRECIPITACIONES PLUVIALES EN EL VALLEMÉX DE JUNIO, JULIO Y AGOSTO LLENARÍAN EL ESTADIO AZTECA MIL VECES
HORACIO JIMÉNEZ

La Ciudad de México y los municipios conurbados registraron durante junio, julio y agosto de este 2025 un volumen histórico de lluvias no visto en más de medio siglo.
De acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua), tan solo en julio se acumularon más de 500 millones de metros cúbicos de agua, cantidad equivalente a llenar 400 veces el Estadio Azteca.
Y las precipitaciones pluviales durante los pasados meses de julio y agosto, también fueron las más fuertes de la historia reciente.
Y en los primeros días de septiembre, también se han registrado intensas lluvias, con estragos en cuanto a inundaciones y encharcamientos.
El director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Jorge Zavala, explicó que el problema no solo es la cantidad de agua caída, sino la velocidad con la que ésta escurre hacia las zonas bajas.
Por ello, propuso medidas de mitigación como reforestar barrancas y cuencas, construir represas de contención y diseñar infraestructura que reduzca la rapidez de los flujos para dar margen de respuesta al sistema de drenaje.
Aunque la megalópolis del Valle de México fue una de las más afectadas, el fenómeno se replicó en gran parte del país.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que en junio, las lluvias superaron en 51.3 por ciento el promedio histórico nacional.
El impacto del cambio climático es ya un factor ineludible.
No se trata únicamente de lluvias extremas, también se han intensificado las olas de calor y las sequías, como ocurrió en junio de 2023 con una onda de calor sin precedentes en diversas regiones del país.
Frente a este panorama, Zavala subrayó la necesidad de pasar de la gestión de crisis a una estrategia de prevención y adaptación.
Señaló que fortalecer la infraestructura hídrica, monitorear el clima, ordenar el crecimiento urbano y promover la educación ambiental son condiciones indispensables para enfrentar fenómenos cada vez más extremos.