Juan Carlos Paredes
Nos adelantaron el Día de los Santos Inocentes.
El viernes pasado, el Banco Mundial dio a conocer un estudio en el que se establece que en México ya hay más más Clase Media (39.6%) que Pobres (21.7 puntos porcentuales).
Se trata de una enorme, inmensa patraña, de una atroz mentira.
Veamos. Los “ejecutivos” de los bancos ganan 14 mil pesos al mes; los servidores de la nación 11 mil; los maestros 12 mil; los policías 12 mil; los obreros, 10 mil pesotes al mes.
El promedio de los cerca de 23 millones de afiliados al IMSS, es de 18 mil pesos cada 30 días. Es el ingreso más alto en la historia del país, pero solo se incrementó en un 4.3 por ciento en relación con el año pasado.
Las cifras alegres del BM establecen, que “clase media”, la componen aquellos asalariados que perciben 16 mil pesos al mes o un poco más.
Otros parámetros internacionales más serios estableces que para que seas considerado “Clase Media”, se debe tener un ingreso superior a los 50 mil pesos mensuales.
Estos gobiernos pro capitalistas de Morena que aplauden la mentira atroz del Banco Mundial son capaces de manejar que quienes ganan más de 20 mil pesos al mes son “millonarios”.
Desde luego que se ha avanzado, pero de ninguna manera se ha mejorado lo suficiente.
El promedio de aumento a los salarios mínimos durante los últimos tres años del sexenio de López Obrador, fue de 20.66%.
Con mejores condiciones macroeconómicas del país que con AMLO, en los dos primeros años del gobierno de Sheinbaum, el incremento a los salarios de hambre, de esclavitud, es del 12.5%.
Y la inflación subyacente será superior al 5% anual en este par de años.
Claro que hay un avance, pero este incremento de solo el 12.5 por ciento y con tendencia a la baja, es a todas luces insuficiente, y condena a 90 millones de compatriotas a vivir en la oscuridad.
Se trata de dos terceras partes de la población (quienes sobreviven con un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos) que nunca tendrá el ingreso suficiente para pagar la entrada de su familia para acudir a una obra de teatro y mucho menos para abordar un avión.
Durante 2024-2025 el aumento al salario mínimo se frenará en 17 puntos.
Con AMLO hubiera subido el 42 por ciento.
En los dos primeros años de la presidenta Claudia Sheinbaum apenas será de 25 puntos porcentuales.
Este freno a la mejor acción de gobierno de López Obrador es lo que no debe permitir la gente con conciencia social.
Debemos trabajar todos y en especial la gente progresista, de izquierda en la demanda colectiva en cuanto a la urgente necesidad de que se frene un poquititito las estratosféricas ganancias, la explotación extrema de los dueños del dinero, de los capitalistas, de los propietarios de los medios de producción.
De otra manera se acumulará más y más el desencanto, la indignación de las mayorías por sobrevivir en condiciones de miseria.
Y en algunos años estallará esta gran ira popular acumulada, por el momento contenida.
Ya basta de salarios de hambre. Ya basta de tanto silencio cómplice y con tufo neoliberal de los “progresistas” de izquierda.
Hay que alzar la voz: la primara prioridad del país es que continúe el aumento sustancial, de al menos 20% anual a los salarios de esclavitud, también conocidos como salarios mínimos. ¡No más salarios de hambre! ¡Mulla ian merces famis!
Un aderezo más a este caldo de cultivo que generará en algunos años una revolución: la inseguridad.
Con este salario mínimo a todas luces inconstitucional, por ser indigno, que nadie se queje de los muy altos (a la baja si, pero muy, muy altos) niveles delictivos.

