SITUACIÓN MUY COMPLICADA PARA ESE SECTOR SI SE CONCRETAN ARANCELES DEL 25%, ADVIERTE JOAQUÍN VELA
ARTURO BAENA

La industria automotriz mexicana, uno de los pilares de la economía nacional, se encuentra bajo amenaza luego de que el expresidente estadounidense Donald Trump anunciara su intención de imponer un arancel del 25% a la importación de automóviles y autopartes.
Así lo consideró el catedrático universitario y exdiputado federal y local del Estado de México, Joaquín Vela.
Hizo ver que la medida, de concretarse, afectaría directamente a más de 840 mil empleos y comprometería una de las ramas más productivas del país.
Durante 2024, México produjo cerca de 4 millones de unidades automotrices, exportando más del 80% al mercado estadounidense. Esta industria representa el 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB) y coloca al país como el séptimo productor mundial y el primero en América Latina, consideró.
Y dijo que el impacto económico sería profundo, especialmente en los diez estados del norte y centro del país donde se concentran 43 plantas armadoras y 600 fábricas de autopartes.
Según el economista Joaquín Vela González, la estrategia de Trump busca presionar a las empresas estadounidenses para que retiren su inversión de México y regresen a producir en su país. Primero con aranceles que compliquen la operación transfronteriza, y luego con subsidios como incentivo.
Sin embargo, los bajos costos laborales, la infraestructura y los beneficios fiscales en México siguen siendo factores de peso que dificultan ese traslado.
La incertidumbre ya se deja sentir: en los últimos tres meses las exportaciones automotrices han caído, en parte por el temor a cambios en las reglas del comercio bilateral. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), que daba cierto marco de estabilidad, se tambalea frente a estas amenazas, y la economía mexicana podría resentirlo severamente.
Joaquín Vela advierte que, si bien muchas de las plantas en México son de capital extranjero, emplean mano de obra nacional y están integradas a cadenas globales de valor. Desmantelarlas o forzar su traslado tendría costos elevadísimos, incluso para el propio Estados Unidos. Aun así, la vulnerabilidad estructural de no contar con inversión nacional en el sector se hace cada vez más evidente.
El catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM concluye que esta crisis es una oportunidad para corregir el rumbo. Es urgente establecer un Plan Nacional de Desarrollo que reduzca la dependencia, impulse la industria nacional, y aproveche el nearshoring con nuevas condiciones que protejan la economía local. “Si no aprendemos ahora, nos volverán a dejar encuerados”, advirtió.