Por: Antonio Huerta Gutiérrez
En el 2018, cuando el efecto López Obrador los llevó a las presidencias municipales mexiquenses, la mayoría de los alcaldes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) argumentaron que les habían dejado las arcas vacías, que los salientes se habían llevado hasta el sillón, que prácticamente los dejaron endeudados y que por eso no podían hacer que sus administraciones arrancaran. La situación no será diferente a partir del 1 de enero del 2022, los que se van abusaron de los recursos municipales, la mayoría para financiar sus propias campañas proselitistas, lo malo es que éstas fracasaron y no habrá tiempo de recuperar ese dinero que era del pueblo y que simplemente desapareció.
