CON TAL DE QUE LOS PARTIDOS LE APROBARÁN LA REFORMA ENERGÉTICA, NEGOCIÓ LA DEROGACIÓN DEL PRINCIPIO HISTÓRICO DE LA NO REELECCIÓN
GABRIELLE REYES

En su abismal enfermedad por robar a la nación, el expresidente Enrique Peña incluso “vendió” el principio histórico de la No Reelección.
El escritor, periodista y analista político Pedro Mellado explicó en su columna de Sin Embargo, que Peña negoció con las dirigencias de los partidos políticos la Reforma Energética a cambio de derogar de la Constitución la No Reelección.
El expresidente y exgobernador del Estado de México quería obtener prevendas y recursos millonarios en dólares por la venta de las áreas productivas de la CFE y de Pemex.
Este artículo, lo manejó el experto en relación a que la presidenta Claudia Sheinbaum enviará la semana pasada al Congreso de la Unión, una iniciativa de reforma constitucional para rescindir la reelección de cargos públicos, que solo ha servido para que muchos políticos, busquen perpetuarse como legisladores federales y estatales, y como alcaldes y regidores en los municipios del país, donde viven del erario sin el mínimo esfuerzo.
La reelección en cargos públicos, fue una reforma constitucional que se concretó en diciembre del 2013, acordada entre el gobierno del priista Enrique Peña Nieto y las dirigencias de los partidos PRI, PAN y PRD, a cambio de que avalaran sus reformas en materia energética, para favorecer y privilegiar los negocios de empresas nacionales y extranjeras.
En el marco de un acuerdo político llamado Pacto por México se aprobó dicha reforma que ningún beneficio le ha aportado al país, explicó Mellado.
La reelección de cargos que entró en vigor el martes 11 de febrero del 2014, no benefició a la democracia, pero sí permitió a las dirigencias partidistas ejercer un mayor poder y control en la postulación de candidatos a puestos de elección popular, fortaleciendo cacicazgos y grupos facciosos.
Uno de los argumentos para justificar la reelección de legisladores, federales y estatales, así como presidentes municipales, regidores y síndicos, es que eso ayudaría a su profesionalización, algo que en la práctica no ha ocurrido.
También se arguyó que la reelección le daría estabilidad política a los ayuntamientos y a los congresos, y tampoco ocurrió, al contrario sólo contribuyó a perpetuar en sus cargos a fósiles y caciques en los partidos políticos, apunta el experto en análisis electoral.
Y asegura que tampoco funcionó el supuesto de que legisladores, alcaldes, regidores y síndicos se esmerarían en cumplir responsablemente sus tareas ante el temor de que el pueblo los castigara en las urnas, riesgo que fue superado al ser postulados, muchos de ellos, por la vía de la Representación Proporcional, proceso en el cual no es determinante el voto directo de los ciudadanos.