GOBIERNO FEDERAL PRESIDIDO POR CLAUDIA SHEINBAUM PONE FIN A PRIVILEGIO FISCAL DE DÉCADAS
PAOLA MARÍN

Durante más de tres décadas, las aportaciones de los bancos al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) fueron deducibles de impuestos, lo que representaba alrededor de 10 mil millones de pesos anuales en detrimento de las finanzas públicas.
La medida fue autorizada tras la crisis de los noventa, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo convirtió deuda privada en deuda pública, con el aval del Congreso mediante los votos del PRI y del PAN. El 96 por ciento del pasivo correspondía a empresarios y banqueros responsables de quiebras financieras y de empresas privatizadas.
En contraste, solo una mínima parte del rescate bancario benefició a pequeños ahorradores. Hasta hoy, el país ha pagado más de 2 billones de pesos únicamente por concepto de intereses derivados de aquel esquema.
Será hasta el Paquete Económico 2026, que el actual gobierno federal presentará en los próximos días, cuando se elimine la deducibilidad de estas aportaciones y los bancos comiencen a pagar impuestos por dichos recursos.
La modificación legal busca poner orden en las finanzas públicas y cerrar otro capítulo de privilegios heredados de los gobiernos priístas y panistas, que durante décadas favorecieron al gran capital.