RED POLITICA

Mario Alberto Falcón Correa

Muchos intereses en juego en el Edoméx

Con el ruidoso registro de Josefina Vázquez Mota este domingo por el Partido Acción Nacional, el escenario electoral por la gubernatura del Estado de México está listo.

Históricamente, la elección de gobernador en el Estado de México llama la atención de políticos y partidos, principalmente, por su cercanía a los comicios presidenciales.

En los tiempos del partido hegemónico, la atención se centraba en el representante presidencial al quinto informe del gobernador en turno, porque se tomaba como indicio de la candidatura presidencial.

También se le atribuyó el carácter de “laboratorio electoral” al ser el especio donde se medían las fuerzas de los distintos grupos participantes en la sucesión gubernamental. Se tenía entendido que la formación de la que surgía el candidato a gobernador, sería la voz dominante en el proceso federal.

Aunque todo lo anterior se quedó en calidad de “leyenda urbana” porque nunca se documentó su validez, no podríamos negar que en este 2017, el proceso mexiquense tiene connotaciones interesantes.

El Presidente Enrique Peña Nieto y su partido, la derrota de Alfredo del Mazo Maza no solamente afectaría su entorno familiar, sino la viabilidad del PRI de disputar en 2018 la Presidencia de la República. Después de las derrotas de 2016, no pueden perder el último y más fuerte bastión con el que cuentan. Perder el Estado de México, no solamente es sacar al PRI de la jugada; es sacarlo del estadio.

Andrés Manuel López Obrador, pragmático y oportunista como siempre, sabe que es difícil aspirar a la gubernatura con la maestra Delfina Gómez, una ama de casa de bajo perfil, aprovechada en Texcoco por el cacique Higinio Martínez Miranda y que logro llevarla a la alcaldía primero y a una diputación federal después-

Delfina Gómez es el ariete de López Obrador y su partido Morena, en busca de acopío de seguidores para su proyecto personal del 2018 como candidato presidencial de Morena por tercera ocasión.

Sabe el tabasqueño que el Estado de México es la mayor reserva de votos en el País. Que el abstencionismo ha sido históricamente alto y en ello, cifra López su interés, llevando a la maestra Delfina como su “juanita” en la campaña. La presencia de AMLO en tierras mexiquenses no es en apoyo de su candidata, sino en función de su propia campaña disfrazada.

Con el convencimiento de Josefina Vázquez Mota para presentar su candidatura, el PAN recupera puntos que lo hacen más competitivo.

Al mismo tiempo, consolida a Ricardo Anaya, su líder nacional, como fuerte aspirante a la candidatura presidencial y le gana un importante round a Margarita Zavala en la carrera interna.

Vázquez Mota conoce el amargo sabor de la derrota, pero sobre todo, de la traición, motivo principal por el que se resistía a aceptar su postulación y aunque le hayan prometido una férrea unidad del panismo alrededor de su imagen, no es del todo segura, pese a que Anaya procurará arroparla, porque así conviene a sus intereses.

Para el PRD la elección de gobernador en el Estado de México, tiene como objetivo principal, un reposicionamiento que le permita competir en el 2018 por conservar su histórico 18 por ciento de la votación que le darían los diputados y senadores que actualmente tiene.

Juan Zepeda será el candidato. No cabe la menor duda. Con ello, se consolida también la corriente Izquierda Democratica Nacional que regentea Héctor González Bautista y que junto con Nueva Izquierda de los Chchos, tratan de reconstruir al PRD que les heredó Cuauhtémoc Cárdenas.

De tal suerte que la elección de gobernador del Estado de México, antes del arranque formal o legal –como quieran llamarle- se ubica en tres tercios, con una pírrica ventaja del PRI sobre Morena y de esta respecto del PAN.

Se juegan el todo por el todo, tras bambalinas, Enrique Peña y el PRI; Ricardo Anaya y el PAN, con López Obrador y Morena.

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