SAURI: CON ALITO, EL PRI PERDERÁ EL REGISTRO

ADVIERTE LA EXDIRIGENTE NACIONAL DEL TRICOLOR QUE ESTE PARTIDO PODRÍA PERDER SU REGISTRO EN EL 2030

SUSANA CORREA

La exgobernadora y exdirigente nacional del PRI, Dulce María Sauri, afirmó que el Revolucionario Institucional podría perder su registro en 2030 bajo la dirección de Alejandro «Alito» Moreno.
La afirmación ha generado un intenso debate dentro del partido y ha puesto en evidencia las tensiones internas en uno de los partidos más antiguos de México.

Según Sauri, la falta de liderazgo efectivo y la desconexión con las bases del partido han debilitado al PRI, llevándolo a una situación crítica.
La dirigente subraya que si no se toman medidas correctivas, el partido corre el riesgo de desaparecer del mapa político nacional. «La dirigencia actual ha fallado en mantener la unidad y en adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad,» señaló Sauri en una reciente entrevista.

La advertencia de Sauri llega en un momento delicado para el PRI, que ha sufrido una serie de derrotas electorales en los últimos años. La pérdida de gubernaturas y escaños legislativos ha disminuido significativamente su influencia política, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la estrategia y liderazgo de Moreno. Muchos miembros del partido comparten la preocupación de Sauri y abogan por una renovación completa de la dirigencia.

En respuesta a las declaraciones de Sauri, Moreno ha defendido su gestión, argumentando que ha trabajado para modernizar el partido y hacerlo más competitivo. Sin embargo, las críticas continúan, y la posible pérdida del registro en 2030 es vista como un llamado de atención urgente para realizar cambios estructurales. «Estamos en un punto de inflexión. El partido necesita una transformación profunda si quiere sobrevivir,» insistió Sauri.

La situación del PRI pone en relieve los desafíos que enfrentan los partidos tradicionales en un panorama político cambiante. La capacidad del PRI para adaptarse a estos cambios y resolver sus conflictos internos determinará su futuro en la política mexicana. Con el reloj avanzando hacia 2030, el partido deberá decidir si se reforma desde adentro o enfrenta la posibilidad de perder su estatus legal y relevancia política.

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