¡Buenos Días Señor Gobernador!

Por: Antonio Huerta Gutiérrez

El conflicto que lamentablemente terminó en agresión física directa contra de la presidenta municipal de Amanalco de Becerra, María Elena Martínez Robles, tiene un fondo político muy serio: la mal llamada “chapulineada”, que no es otra cosa que el hábito de algunos políticos de brincar de un partido a otro sin ningún recato y dejando los principios y valores para mejor oportunidad, siempre y cuando haya de por medio un beneficio personal. Martínez Robles ganó en Amanalco el pasado 6 de junio como candidata a presidenta municipal del Movimiento Ciudadano, y una vez que “amarró” el triunfo escuchó el “canto de las sirenas” del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de donde la convencieron para cambiar de bandera y sumarse a la 4T. Evidentemente quienes la apoyaron por el partido naranja le fueron a reclamar el “cambiazo” desde el primer día de su gestión, el 1 de enero. Lo malo es que las cosas llegaron a límites que no se pueden ni deben tolerar, menos en contra de cualquier mujer.  

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