Por: Antonio Huerta Gutiérrez

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) cumplirá este lunes el viejo ritual “democrático” de su dirigencia estatal. Ritual porque es cualquier cosa menos una elección interna, es simplemente un acto en el que aparentemente se cumplen los requisitos de una convocatoria lanzada con antelación, la cual cierra lo más posible la posible participación de su militancia para que no haya más que uno que tenga la oportunidad de inscribirse y, de facto, convertirse en el próximo dirigente. Así, Eric Sevilla Montes de Oca, hasta ayer secretario de Desarrollo Social del gobierno mexiquense, será quien supla la ausencia de Alejandra del Moral Vela, quien dejó la presidencia estatal priista hace unos días sin aclarar por qué lo hizo. Como sea, Del Moral Vela deja la vara muy alta, pues logró su principal objetivo: revivir al muerto. La exdirigente priista elevó la votación de 1 millón 666 mil 558 sufragios obtenidos en el año 2018 a 1 millón 765 mil 023 votos en el año 2021; de 11 diputados entregó el doble (22) tres años después y de 21 presidencias municipales pasó a 48. El reto ahora es doblar nuevamente esos resultados y, de paso, mantener la gubernatura en manos del tricolor. Nada fácil.