LAS CANDIDATAS PRESIDENCIALES TUVIERON UN ENCUENTRO EN CUAUTITLÁN IZCALLI CON LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA

Mireya Ayala

Las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se reunieron con la crema y nada de la jerarquía católica, el episcopado mexicano.

En reunión con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la candidata presidencial de Morena-PT-PVEM, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó su compromiso de mantener buenas relaciones con las congregaciones religiosas, y en especial con la iglesia católica, con la cual tiene muchas coincidencias, especialmente con el pensamiento humanista del Papa Francisco.

Los obispos mexicanos manifestaron sus preocupaciones por la inseguridad y violencia que permea por todo el país y afecta la paz de la población, tema en el cual mencionaron la Agenda Nacional por la Paz, como una iniciativa que impulsa la iglesia católica.

La candidata señaló que México vive un momento de grandes oportunidades para su desarrollo económico y se comprometió a atender las causas que originan la violencia.

En su cuenta X (antes Twitter), Claudia Sheinbaum, agradeció la invitación del Episcopado Mexicano para poder platicar sobre el proyecto de nación y atender sus preocupaciones. Reconoció el pensamiento humanista del Papa Francisco y la labor que hacen los obispos para atender las causas que generan la violencia.

Luego subrayó que respetar la libertad religiosa es una convicción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Por su parte, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz, de la alianza Fuerza y Corazón por México, refrendó a los jerarcas su “afinidad con los valores de la vida cristiana centrados en el amor al prójimo y el servicio a los demás que aprendió en su comunidad indígena”.

Y aseguró a los purpurados que lo que la anima a estar en la política “no es la búsqueda de poder, sino el de servir a los más necesitados y favorecer el desarrollo de todos”.

En la reunión se abordaron temas como la educación integral y humanista, la migración forzada, la pobreza, el respeto a las instituciones democráticas, a los derechos humanos, y especialmente la libertad religiosa y libertad de expresión, sin las cuales no es posible la armonía social.