
En la próxima elección judicial del 1 de junio en el Estado de México, la juventud brilla por su ausencia. Apenas el 4% de los aspirantes tienen entre 18 y 29 años, mientras que los adultos mayores de más de 60 años representan apenas el 3.2%. La mayoría de los perfiles —un 31.4%— se concentra en el rango de los 30 a los 40 años, reflejando un proceso dominado por generaciones intermedias.
En cuanto a la preparación académica, el nivel de Maestría es el que presenta mayor sobrecupo: 211 aspirantes compiten con este grado. En contraste, solo 9 personas con posdoctorado se han postulado, y 21 lo hacen con una especialidad, el grado académico más bajo dentro del proceso.
Las especialidades jurídicas también marcan una tendencia clara. El área Penal encabeza con 159 candidaturas, seguido por el ámbito Familiar con 92 registros y el Civil con 90. Las postulaciones con enfoque mixto suman 16, mientras que el área Laboral apenas reúne 4 aspirantes en todo el estado.
La geografía electoral tampoco pasa desapercibida. Entre las cuatro regiones en que se divide la entidad, Toluca lidera con 57 registros, consolidándose como la zona con mayor participación. Más atrás, Tlalnepantla y Texcoco empatan con 27 candidaturas cada una, y en el fondo de la tabla aparece Ecatepec con solo 17 aspirantes.
Aunque el proceso judicial se presenta como un ejercicio democrático amplio, las cifras evidencian una marcada concentración en ciertos perfiles: edades medias, alta escolaridad y una hegemonía penal en las especialidades.
Esta elección no sólo definirá nuevos rostros en el poder judicial, sino también los matices y perspectivas que predominarán en la impartición de justicia mexiquense.