Editorial

Tiempos de cambio en la CODHEM

El pasado 13 de Agosto, Myrna Araceli García Morón fue electa por el Congreso del Estado de México como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México por un periodo de cuatro años, con posibilidad de ser reelecta por un periodo más de igual tiempo.

Desde el día que rindió protesta al cargo ante el pleno de la LX Legislatura del Estado de México se le ha visto poco públicamente a quien fuera magistrada presidenta del Tribunal Administrativo de esta entidad; sin embargo, se sabe que su labor comenzó desde lo interior para quizá pronto mostrar hacia fuera lo que está pasando.

Por ahí de mientras ya comenzaron los cambios en el primer nivel de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, y aunque tampoco se han hecho públicos lo cierto es que será este 30 de agosto cuando la mayoría entren en vigor para dar paso a un nuevo periodo administrativo.

Una de las áreas donde la nueva presidenta de la CODHEM ya dictaminó reestructuración es en el área de Comunicación Social, responsable de la imagen pública del organismo y de la difusión de su quehacer en beneficio de la sociedad.

En los últimos años esa área se distinguió por una amplia e intensiva función de difusión que colocó a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México como un ente vivo y activo, lo que no había ocurrido anteriormente cuando eran los menos los que por lo menos sabían que existía el organismo estatal garante de los derechos fundamentales de las y los mexiquenses.

Elisenda Domínguez Contreras, responsable de esta reciente etapa en la comunicación y difusión de la CODHEM, logró incluso colocar a ésta muy por encima, en materia de conocimiento público, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual, por cierto, también cayó en el letargo desde el controvertido nombramiento de su actual presidenta nacional, a quien después de los escándalos no se le ha visto haciendo nada relevante, al menos trascendental en medios de comunicación.

La mancuerna Jorge Olvera García-Elisenda Domínguez Contreras trajo para la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México una de sus mejores épocas, no solamente se logró posicionar como institución pública, sino que logró el reconocimiento estatal y nacional como un organismo autónomo, dinámico, muy activo y cercano a la sociedad.

Lo más importante, quizá, es que logró ubicarse a la CODHEM en la confianza ciudadana y esto permitió que cada vez sean más las y los ciudadanos del Estado de México que crean en ese organismo autónomo y se acerquen al mismo en busca de protección cuando perciben que sus derechos individuales están siendo vulnerables.

Eso no es nada fácil de lograr, mucho menos en tiempos tan convulsionados como los que ha significado la pandemia y todavía más complicado de lograr en una sociedad tan compleja y extensiva como la mexiquense, con más de 17 millones de habitantes, cada uno una historia, cada uno un problema y cada uno convertido en una aspiración de respeto y garantía de su ser.

Lo que se logró en la CODHEM los últimos años es digno de reconocer y destacar, y advertir que no será nada fácil lograr siquiera igualar lo realizado en materia de información, comunicación, difusión y vinculación social, pues la “vara” queda muy alta para quien sea designado por la nueva presidenta, Myrna Araceli García Morón, quien tiene frente así como primer reto que la conozcan, que la sociedad mexiquense sepa quién es en realidad, pues quizá en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de México haya hecho una buena labor, lástima que nadie se enteró de ella.

Ahora le corresponde la valiosa oportunidad de demostrar quién es y de qué está hecha, comenzando por la delicada tarea de mostrar a la sociedad del Estado de México que sí tiene el tamaño necesario para labrar la nueva etapa de la defensa de los derechos humanos de las y los mexiquenses.

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