Después de 4 años enfrentados en el punto de implementación del Acuerdo, el 24 de junio pasado, propios y extraños se sorprendieron cuando durante la firma del cese al fuego bilateral y definitivo, se informó que ambas partes acataban el fallo que estaba por dar la Corte Constitucional, sobre la forma de refrendación del Acuerdo.
Desde 2012 las FARC-EP abogaban por una constituyente, mientras el gobierno siempre insistió en la refrendación plebiscitaria. En el fallo en cuestión, la Corte sobre el plebiscito “estableció que el resultado de este no tenía ningún efecto jurídico respecto al acuerdo de paz, si bien implicaba una obligación política para el presidente”.
La Colombia de estas primeras semanas de octubre pasará a la historia como un columpio entre la esquizofrenia de un triunfo a punta de mentiras del no, y un Acuerdo de Paz que a pesar de negarle vigencia empieza a recuperar su dinámica.