Ese cambio tendría que ser incluido en el presupuesto de 2017 que la Secretaría de Hacienda enviará al Congreso el 8 de septiembre porque afecta los ingresos del gobierno.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) del país también podría disminuir la carga fiscal para los fondos permitiéndoles utilizar las pérdidas por inversiones no rentables para compensar los impuestos que pagan. Y eso sólo requeriría cambios a las regulaciones existentes en lugar de requerir la aprobación de los legisladores.
La Secretaría de Hacienda también está considerando maneras de impulsar el sector fintech reduciendo los trámites y la carga administrativa para las nuevas empresas y esclareciendo las reglas para el naciente sector. La oficina de prensa de la Secretaría de Hacienda se negó a hacer comentarios sobre si se están considerando cambios en el sector de capital privado.
El crecimiento está ayudando a México a alcanzar a Brasil en inversión de capital privado. Mientras que Brasil representó el 63 por ciento de la recaudación de fondos de capital privado en América Latina en 2008, un porcentaje muy superior al 3 por ciento de México, México superó a Brasil por primera vez el año pasado, al representar el 29 por ciento de la inversión, en comparación con el 26 por ciento de la mayor economía de la región, de acuerdo con Emerging Markets Private Equity Association.
Al mismo tiempo, el sector mexicano tiene espacio para crecer si utilizamos a otros mercados como barómetro. La inversión de capital privado fue del 0.03 por ciento del producto interno bruto el año pasado, igual que Nigeria, una tercera parte del monto de Brasil e inferior al 1.95 por ciento del Reino Unido, 1.41 por ciento de Estados Unidos, 0.31 por ciento de la India y 0.1 por ciento de China.
México utilizó su proceso de presupuesto anual del año pasado para crear certificados de inversión (CerPIs) para proyectos, con el propósito de ayudar a las Afores invertir en capital privado. La nación también creó fideicomisos de inversión en energía e infraestructura, conocidos como Fibra E, para fomentar una mayor inversión en estos sectores bajo reglas similares a la versión mexicana de los fideicomisos de inversión inmobiliaria conocidos como REIT. Esos productos se añadieron a los fideicomisos de inversión en capital privado (FICAPs) ya existentes.
El sector de capital privado también recibió un impulso cuando México decidió en 2009 permitir que los fondos de pensiones conocidos como Afores invirtieran en capital privado.