Grupo Puntual | Columna Invitada

Ha concluido el proceso electoral del Estado de México, en estos días seguramente le entregarán su constancia de triunfadora a la Maestra Delfina Gómez, y partir de ese momento el pueblo que votó por ella preguntará ¿y qué sigue?

Muchos de ellos esperan que a partir de septiembre que tome protesta como gobernadora en el Estado de México, este se transforme en algo parecido a un edén cuando menos, pero los grandes retos seguirán ahí, la pobreza y la marginación, la alerta de género, el sistema de procuración de justicia podrido, la escasez de agua y la falta de distribución equitativa y social de la misma, el fortalecimiento de la oferta de empleo digno y bien remunerado, el mantenimiento a fondo de la infraestructura pública avenidas, carreteras y autopistas que están semidestruidas, de las autopistas de cuota tendrá que buscar ajustar sus tarifas abusivas y falta de mantenimiento, renovar miles de escuelas que están en el abandono y todo esto con unas finanzas prácticamente en números quien sabe de que color pues la deuda es de alrededor de 55 mil millones de pesos y dada la opacidad de los últimos gobiernos estatales seguramente será de mucho más, y si a esto le sumamos un marco jurídico diseñado para fomentar el incumplimiento, la corrupción y el arreglo por debajo de la mesa que por décadas ha existido y beneficiado a muchos empresarios y desarrolladores inmobiliarios, el panorama se complica y mucho.

​Renglón aparte es el entorno político en el que desde Palacio de Gobierno se negociaba con el congreso local y la clase política en una especie de reglas no escritas con el Gobernador en turno, que todo decidía tanto en su partido como en los de enfrente, las candidaturas en todos los partidos, contratos, asignación de notarias, concesiones e incluso destierros o la ley del hielo a los indeseables, de cierto modo había ritos de conducta ante el gobernador que siguen a la letra tanto los de casa como la oposición, de ahí que muchos opositores se volvían expertos en administrar la derrota jamás el triunfo porque era más cómodo estar en la mesa a la hora del reparto que quedarse viendo desde la puerta, así crecieron los partidos de oposición en el Estado de México alimentados y creados por un poder totalitario desde casa de gobierno, lo cual podría ser una ventaja para la Gobernadora entrante el problema es que el PRI no sabe ser oposición, no lo entienden no esta en su ADN, ellos solo saben seguir sus ritos y los consejos que les manda decir su jefe político en turno, no saben ante esta nueva forma como conducirse si pedir dinero poder o los dos como era su costumbre, no entienden esta nueva forma de austeridad en el gobierno que desaparece los gastos a los que están acostumbrados de que el gobierno pague todo hasta los gastos de casa y lograr descuento en todo tipo de impuestos y contribuciones además de condicionar cualquier programa social del que puedan sacar beneficio, seguramente que les causara conflicto una gobernadora que solo tiene una casa, un coche modesto y que no tiene casa en Malinalco y Valle de Bravo de fin de semana ni departamento en alguna ciudad del extranjero.

En el otro extremo el PAN acostumbrado a negociar como parte del sistema cada vez se desdibuja más de sus orígenes y sus principios se parece cada vez más a quien criticaron por décadas y hoy hasta son aliados, son familia pues con las mismas virtudes y defectos. Por lo que este primer año no será terso para la Maestra Delfina existen todavía muchos sindicatos, organizaciones de comerciantes, grupos sociales, empresas de transporte público que la van a poner a prueba para saber hasta donde se tensa la cuerda, difícil en un Estado donde esa es la conducta para obtener algo lo que sea, pero algo así de indefinido. Finalmente tendrá que lidiar con sus propios compañeros de partido algunos que vienen desde hace décadas en la labor y que están acostumbrados al sistema anterior y que hoy esperan un reconocimiento público y tomar parte del gobierno por que creen que es su derecho y que la Maestra les debe algo… SEGUIMOS LA SEMANA QUE VIENE.