Trabajan con el desarrollo descubierto por el Premio Nobel, Yoshinori Ohsumi, para determinar por qué ocurre el envejecimiento del sistema nervioso, científicos mexicanos del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El descubrimiento de la existencia del proceso de autofagia, el mecanismo de las células para degradar y reciclar algunos de sus componentes que están enfermos o no funcionan, es lo que permitió que el premio Nobel de Medicina 2016 se le otorgara al investigador japonés.
Para llevar a cabo sus experimentos e investigaciones, los mexicanos trabajan con un ratón genéticamente diseñado por el científico Noboru Mizushima para estudiar la autofagia. Mizushima fue discípulo de posdoctorado del hoy Premio Nobel y escribió algunos artículos científicos con él, por lo que el trabajo de los investigadores de la universidad es una continuidad de lo que desarrolló el investigador.
Mizushima descubrió en sus investigaciones que el ratón posee los mismos genes que hacen posible que se lleve a cabo el mecanismo referido en la levadura.
Después identificó estos genes en una pareja de ratones —macho y hembra— y les pegó una proteína llamada verde fluorescente (GSP) que da color. Con la GSP pegada a los genes es posible darle seguimiento a este proceso en el cuerpo del ratón como si fuera un mapa y poder observar su funcionamiento en un ser vivo.
El papel de la autofagia en el desarrollo cerebral de los mamíferos durante el embarazo es lo que se busca, y también por qué cuando envejecemos se reduce esta capacidad de las células de nuestro cuerpo para degradar partes enfermas de sí mismas.