Dylann Roof fue declarado culpable el jueves de la aterradora matanza a tiros de nueve feligreses negros que estudiaban la Biblia en una iglesia, en una ratificación de la imagen presentada por la fiscalía de un joven blanco que pretendía provocar una guerra racial o restablecer la segregación.
Pero eso no ocurrió. En lugar de ello, el mayor cambio derivado de esa matanza perpetrada el 17 de junio de 2015 que conmocionó a la nación fue el retiro de la bandera confederada del Capitolio de South Carolina, donde había ondeado durante 50 años en la parte superior del inmueble principal o en un asta en los prados circundantes.
En su confesión ante el FBI, el joven dijo que perpetró la masacre después de que investigara «delitos de negros contra blancos» en internet. Dijo que escogió una iglesia porque le acarreaba poco peligro para perpetrar su acción.
El joven le reiteró el jueves al juez que quiere fungir como su abogado durante la fase en la que se analizará si se le impone la pena de muerte.