EL PAÍS HOY

Ernesto Soto

Desde los bancos le ponen el dedo a cuentahabientes

No hay pierde, desde el interior de los bancos halconean a los cuentahabientes que retiran fuertes cantidades de dinero, para que afuera los asalten los cómplices de los empleados bancarios. De lo contrario no se explica cómo suceden esos delitos, cuando se supone que hay secrecía por parte del personal de alguna sucursal bancaria.

Aunque el tema es muy evidente, y han crecido los asaltos a cuentahabientes, ahora el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México señaló que hay informantes al interior y exterior de las sucursales bancarias que ofrecen detalles a los asaltantes para cometer los ilícitos contra sus víctimas. “Suponemos que hay halcones al interior de las sucursales o personal de las mismas que pueda estar coludido, ya que ofrecen detalles de la persona y su vestimenta, o del monto retirado”, reveló el organismo en un reporte dado a conocer hace algunas semanas.

Este delito, por cierto, exonera a los empleados bancarios coludidos, pues al ser un delito que ocurre en la vía pública, la responsabilidad del banco se diluye, incluso cuando se origina al interior de sus instalaciones, también la responsabilidad es del cuentahabiente.

Un caso muy significativo que comprueba lo dicho anteriormente es el que pasó hace unos días cuando un empresario que depositaría 300 mil pesos en el Santander ubicado en avenida Morelos, entre Congreso de la Unión y Melchor Ocampo, colonia Magdalena Mixhuca, delegación Venustiano Carranza, fue asaltado dentro de la sucursal. Antes, los ladrones fueron al menos contra cuatro cuentahabientes, a los que también despojaron de su efectivo.

Al final nadie se responsabilizó por los robos. En el banco nadie dijo nada y se lavaron las manos, pero es evidente que los hampones estaban bien enterados de las cantidades que portaban las víctimas. Entonces, ¿esos sitios financieros son tierra de nadie? ¿A quién acudir, porque nadie tiene la certeza de estar seguro aun dentro de las instalaciones?

Una solución que da este consejo es que regresen los llamados “anfitriones”, o empleados que preguntan qué operación harán a los clientes que ingresan a los bancos, que piden a los usuarios no usar los celulares y monitorean el tiempo en que una persona permanece en la sucursal sin hacer trámite alguno.

Según datos de esta institución, en 2015 hubo un incremento de 42.1 por ciento en el robo a cuentahabiente respecto 2014. En 2016 hubo una reducción de 29.8 por ciento, en comparación con 2015. En el primer cuatrimestre de 2017 este delito ha bajado 28.6 por ciento con relación al mismo periodo de 2016.

Ahora bien, el 82 por ciento de los robos se comete cuando las víctimas salen de una sucursal bancaria y el restante 18 por ciento cuando los cuentahabientes salen del cajero automático. Estos atracos se dan para disimular un poco cuadras adelante, pero es una farsa, pues los pillos van sobre seguro, aunque sea una colonia adelante.

Y es que los asaltantes tienen mucho tiempo para actuar dentro de las sucursales bancarias. Acciones que las cámaras captan, pero que son imágenes que mantienen bien protegidas los directivos bancarios, pues es evidente que los ladrones merodean dentro de esos sitios, se sientan, levantan y actúan ante las cámaras.

¿No debía haber vigilancia estricta dentro de los bancos? Yo creo que sí, porque muchos desvalijados retiran sus ahorros, quieren realizar un negocio, y en un abrir y cerrar de ojos se quedan sin nada, en la ruina, y antela la complacencia de los malos empleados que antes los halconearon.

Deja un comentario

Nombre y Correo obligatorios (Tu correo electrónico no será visible).