- “Se han atropellado nuestros usos, costumbres y nuestra cosmovisión, provocando una asimilación forzada”
Grupo Puntual / Martha Romero
TOLUCA, México, 15 de Octubre de 2019.- La diputada independiente Juliana Felipa Arias Calderón afirmó que la legislación actual en materia indígena es imperfecta porque deja muchas lagunas que no permiten que la justicia se cristalice como debe ser, al tiempo se señalar que la protección de los derechos de los pueblos originarios no es una dadiva, sino una obligación del Estado Mexicano.
Durante la in inauguración del Seminario Permanente de los Derechos Indígenas, agregó que en la protección de los derechos de los pueblos originarios deben participar los tres órdenes de gobierno y los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, cada uno en su esfera de acción.
“El convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo como norma superior en materia indígena señala que los gobiernos deben asumir la responsabilidad de desarrollar con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger sus derechos y a garantizar el respeto a su integridad”, añadió.
Arias Calderón recordó que el 12 de octubre es una fecha para festejar en encuentro de dos mundos; sin embargo, no se puede celebrar el exterminio de las tribus nativas de Norteamérica a manos de los europeos, pues tal vez lo más benevolente fue la relación del mestizaje en Hispanoamérica, donde la fusión de dos culturas fue el común denominador y los pueblos originarios han sido los menos beneficiados.
“Se han atropellado nuestros usos, costumbres y nuestra cosmovisión, provocando una asimilación forzada. México no ha sido la excepción, primeramente con la invasión de los europeos las tierras mexicanas a base de la fuerza y la intriga, donde miles de indígenas perdieron la vida”, resaltó.
Por último, dijo que la Constitución Política reconoce que la nación es pluricultural y plurietnica, por lo que los pueblos originarios no pueden eludir el contacto con el mundo exterior y estar al margen de la globalización, así como de la modernidad tecnológica, pero debe ser sin perder su identidad.