Se llama Fondo para el Desarrollo y Fortalecimiento de los Municipios. En 2016 se conformó con 81 millones de pesos, y de acuerdo con el Presupuesto 2017, el año que viene se incrementará a 87 millones de pesos, dinero que es ejercido por el Congreso local de manera discrecional y sin ninguna fiscalización.
En los hechos, ese dinero se reparte discrecionalmente según lo acuerde “el Consejo”, conformado por un presidente y cuatro consejeros, mismos que son nombrados por cada uno de los partidos políticos representados en el Congreso.
La ley que lo crea establece la posibilidad de que tenga gastos de operación con la única limitante de que estos no superen el 8 por ciento del total del Fondo, que funciona como una dependencia más, con la diferencia de que se encuentra “escondida” en el Poder Legislativo y opera con total opacidad.