La coalición opositora venezolana Mesa de Unidad Democrática, mencionó que la tregua dada al gobierno y acordada con el Vaticano finalizara hoy cuando se reúnan las delegaciones del proceso de diálogo político para superar la crisis.
Jesús Torrealba, el secretario ejecutivo de la MUD, señaló que los venezolanos «necesitamos soluciones urgentes» a los problemas, por lo que la tregua acordada finalizará.
Torrealba precisó que nuevamente la calle se va a reactivar en defensa del pueblo, que «está pasando trabajo».
Debido a la tregua, la oposición suspendió sus movilizaciones populares y la Asamblea Nacional, Congreso unicameral con mayoría opositora, congeló el juicio político contra el presidente Nicolás Maduro para determinar su responsabilidad en la crisis del país.
Torrealba afirmó que la tregua «no es una amenaza», tal como lo plantean los voceros del oficialismo.
«Eso no significa que nosotros tengamos que pararnos o no de la mesa, porque la mesa es un escenario más de lucha. Se trata de hacer lo que se tenga que hacer. De caminar y mascar chicle. De estar en la mesa haciendo lo que se tenga que hacer y estar en la calle haciendo lo que tenemos que hacer», recalcó.
Indicó que se reunió con el enviado del Vaticano, Claudio María Celli, quien representa a la Iglesia Católica como facilitadora del diálogo.
Enfatizó que irán mañana a la mesa de diálogo a atender de manera urgente el tema de la «solución electoral a la crisis, la crisis humanitaria, a restablecer el equilibrio de poderes del país, con el respeto que se merece la Asamblea Nacional».
Hoy se espera que las mesas que se instalaron entreguen un resultado de las conversaciones, lo que sería el primer producto del diálogo.
Las expectativas sobre los acuerdos en la mesa bajaron en los últimos días, debido a las posiciones inflexibles de ambos lados.
La oposición pide la liberación de los políticos presos, una fecha para un referéndum contra Maduro o adelanto de elecciones, el respeto a la Asamblea y la solución a la crisis provocada por el desabastecimiento de alimentos y medicinas.
A su vez, el gobierno se niega a aceptar una prueba electoral o liberar a los opositores presos, pide además que se acaben las protestas y la «guerra económica», que atribuye a empresarios de la oposición.